Coface advierte un fuerte aumento de los impagos comerciales en la UE
Brasil y Turquía tienen un riesgo de inestabilidad política 'muy importante, que las empresas exportadoras o con intereses en esos países deben tener en cuenta', explicó Jerome Cazes, director general de la aseguradora de créditos Coface durante una conferencia de la compañía celebrada en Barcelona.
En el caso de Brasil, es preocupante 'la deuda externa y el estrecho margen de maniobra del presidente Lula (Luiz Inácio da Silva), que debe cumplir la aspiración de cambio de sus electores con grandes limitaciones económicas'. En el caso de Turquía, Coface advierte de la inestabilidad que suponen la situación de la minoría kurda y el papel del ejército en la vida política, dos cuestiones que siguen pesando a la hora de valorar las perspectivas de pertenencia a la Unión Europea.
A pesar de estas advertencias, Xavier Denecker, director de Coface Ibérica, explicó durante la conferencia sobre riesgo-país que a las empresas españolas les debe preocupar 'mucho más' el empeoramiento de la economía de países como Francia, Alemania, Italia y Portugal. El 71% de las exportaciones españolas tienen como destino la Unión Europea y precisamente los cuatro países citados ocupan los primeros puestos del ranking de receptores de productos procedentes de España. Según las cifras que maneja la aseguradora, la tasa de impagos ha aumentado considerablemente en esos países en los últimos ocho meses.
Atonía de la demanda
En un análisis por sectores de la economía mundial se puede concluir que todos, aunque por diferentes motivos, siguen contenidos por la atonía de la demanda. El automóvil, la gran distribución, el textil y la construcción son sectores enfrentados a la ralentización de la demanda de los hogares. Mecánica y nuevas tecnologías están sufriendo la contracción de la inversión de las empresas, mientras que el químico, el papelero o el acero están pendientes de la recuperación de la demanda mundial.
Por último, los expertos coincidieron en señalar que el final de la guerra de Irak no ha supuesto un empuje a la economía tal y como muchos pronosticaban.