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Sentencia

Las farmacéuticas, tan pendientes del laboratorio como de los tribunales

El sector farmacéutico es, tradicionalmente, estable. Las ventas de medicamentos no experimentan súbitas alzas o bajas, y tampoco dependen del ciclo económico. Los inversores están acostumbrados a estar pendientes, eso sí, del desarrollo de nuevos compuestos. Cuando un nuevo fármaco es aprobado para su comercialización, las farmacéuticas tienen ante sí una nueva fuente de ingresos que, a veces, multiplica los resultados. Pero ahora estos mismos inversores tienen un ojo en los tribunales.

La sesión del lunes fue un buen ejemplo. Las compañías tradicionales como Bristol Myers, Merck, Pfizer o Elli Lilly sufrieron pérdidas superiores al 5%. El Tribunal Supremo de Estados Unidos sentenció que el Estado de Maine puede fijar precios más bajos para las medicinas que son prescritas a los ciudadanos que no tienen seguro médico.

La sentencia anula una anterior que prohibía esta ley a instancia de una demanda de las compañías del sector. Abre la puerta a unos descuentos que, según los expertos, pueden ser del 30% para los 70 millones de estadounidenses que no disponen de seguro médico.

Subida de Genentech

Mientras tanto, las acciones de Genentech, mitad biotecnológica y mitad farmacéutica, se disparaban el 45%. Los últimos resultados de los ensayos clínicos de su tratamiento anticancerígeno Avastin reflejaron un aumento significativo de la esperanza de vida de los pacientes con cáncer de colon. 12 analistas elevaron la recomendación sobre la compañía. Aunque ésta no ha dado estimaciones de ingresos en caso de que el Avastin sea comercializado, todos ellos esperan que sea un fármaco rompedor.

A veces los nuevos fármacos son un arma de doble filo. Abren a las compañías una gran fuente de ingresos, pero sus efectos secundarios llevan a los laboratorios a los tribunales. Es lo que le ocurrió a Bayer con su fármaco estrella Lipobay, también conocido como Baycol, contra el colesterol. El Baycol era el fármaco de Bayer que más crecía, y prometía ingresos de 1.000 millones de euros al año. Pero la empresa tuvo que retirar la comercialización de este medicamento, que se vinculó a la muerte de más de 50 pacientes. Bayer perdió más de un tercio de su valor en Bolsa, y acto seguido empezó la batalla judicial, una vez que los afectados demandaron a Bayer. No obstante, los primeros asaltos de ésta han sido favorables a Bayer, que ha subido con fuerza.

La sentencia de Maine no supone aún una derrota para el sector farmacéutico, pues los términos de la ley no han sido aprobados definitivamente. No obstante, 20 Estados planean medidas similares para disminuir el gasto farmacéutico, atenazados muchos de ellos por problemas de déficit y deuda. Este tema, además, entronca con otra preocupación de las farmacéuticas, como es la fabricación de medicamentos genéricos por parte de los países en vías de desarrollo que no pueden pagar los tratamientos más caros.

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