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Desaceleración

El repunte de la inflación subyacente enturbia la bajada del IPC hasta el 3,1%

La inflación registró en abril, por fin, el efecto escalón que llevaba anunciando el Gobierno desde hace varios meses. El abaratamiento del petróleo en comparación con las subidas producidas en la primavera de 2002 ha provocado que el índice de precios de consumo (IPC) se desacelere bruscamente en tasa interanual, desde el 3,7% de marzo al 3,1% de abril. La inflación acumulada en los cuatro primeros meses (de enero a abril) queda en el 1,3%.

A la bajada del precio del petróleo se ha sumado el buen comportamiento del grupo de comunicaciones, que disminuye su tasa anual tres décimas, situándose en el 2,7% gracias al recorte en las tarifas telefónicas.

Los alimentos frescos, otrora inflacionistas, han colaborado también al control de los precios, manteniéndose estables en lo que va de año.

Sin embargo, todos estos datos, sin duda positivos, han quedado algo ensombrecidos por el comportamiento de la inflación subyacente, la que descuenta del índice general los elementos más volátiles como la energía y los alimentos frescos. La tasa subyacente (que mide el componente estructural del IPC), lejos de reducirse, incluso se ha elevado una décima, pasando del 3,2% al 3,3%. De ello se infiere que los precios tienen una resistencia a la baja a medio plazo y que, quizá, el suelo se encuentre en el 3%.

No opina así el Gobierno. El secretario de Estado de Economía, Luis de Guindos valoró ayer positivamente el recorte del IPC en tasa interanual hasta el 3,1% e insistió en que lo que importa es la 'tendencia' de los precios. 'A finales de 2002 estábamos en el 4% y ahora, cuatro meses después, hemos reducido la tasa casi un punto', dijo.

En su opinión, tanto la tasa de variación del índice general como del subyacente seguirán frenándose en los próximos meses, 'hasta situarse por debajo del 3%', aunque muy lejos aún de la previsión oficial (2%). A su favor juega la desaparición de otros factores inflacionistas que se dieron en 2002, como la transición de la peseta al euro, la subida de impuestos indirectos o las tensiones en los alimentos no elaborados.

Pero De Guindos se olvida de otros condicionantes que se están incorporando en la evolución de los precios. Uno de ellos es el comportamiento del vestido y el calzado. Se esperaba que en abril registrara un aumento, después del periodo de rebajas, pero no en la cuantía en que finalmente se ha producido (un alza del 8,5% de media, abril sobre marzo).

La repercusión del vestido y el calzado ha provocado que el IPC general se eleve casi un punto (ocho décimas) en abril, si se tiene en cuenta la tasa mensual (sobre marzo) y no la interanual. También ha influido la subida del grupo del ocio y cultura (1,5%), aunque esté muy condicionada por el calendario turístico (la Semana Santa se ha producido este año en abril).

Servicios

El comportamiento de los servicios será clave para comprobar si la inflación continúa su senda descendente o, por el contrario, inicia el mismo camino que la tasa subyacente. Los servicios, en su conjunto, se mantienen con un crecimiento interanual (abril de 2003 sobre abril de 2002) del 4% y una inflación acumulada en lo que va de año del 2,2%. Dentro de ellos, los hoteles, cafés y restaurantes mantienen tasas similares (4,4% en interanual y 2,4% en acumulada). Clave será también la evolución de las cotizaciones del crudo en los mercados internacionales (ahora se sitúan en torno a 25,5 dólares el barril) y la traslación de estos precios en origen al precio de venta final por parte de las petroleras.

Ayer, De Guindos quiso ser políticamente correcto con ellas, destacando que los precios medios ponderados de las gasolinas antes de impuestos son similares a los de la media comunitaria. No obstante, avisó que, en el caso de los gasóleos, no se está produciendo una traslación tan rápida de las rebajas de las cotizaciones internacionales a los precios que paga el consumidor, algo 'que se deberá vigilar en adelante'.

El diferencial de precios con Europa vuelve al entorno del punto

La desaceleración del IPC en tasa interanual, del 3,7% al 3,1%, tiene también su reflejo en términos armonizados con la Unión Europea. Según publicó ayer el Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación del IPC armonizado español se frenó en abril hasta el 3,2% desde el 3,7%, cinco décimas menos.Ello permitirá, posiblemente, una reducción del diferencial de precios con la media comunitaria, ya que se prevé que la inflación en la zona euro no se haya desacelerado tanto como en España (Eurostat publicará el dato en los próximos días).El Ministerio de Economía calcula que el diferencial de precios se habrá reducido en abril desde los 1,5 puntos en que ha estado situado en los últimos meses al entorno de un punto. El vicepresidente económico del Gobierno, Rodrigo Rato, se felicitó ayer por este hecho, pero también avisó que en algunos sectores como el del calzado y el vestido 'se exige un mayor esfuerzo por parte de aquellos que fijan márgenes de beneficio'. La reducción del diferencial de precios es una cuestión deseada por los sindicatos y por la patronal CEOE, ya que un fuerte diferencial sostenido en el tiempo mina la competitividad de los productos españoles en relación con los de los socios comunitarios.Ayer mismo, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, recalcó que el crecimiento de la economía debe basarse en un modelo que prime la productividad y la competencia. 'Existen tres áreas en las que es necesaria una mayor presencia de las nuevas tecnologías como son las Administraciones públicas, las pymes y la ciudadanía', añadió.Las diferencias de precios también se perciben dentro del territorio nacional. La Rioja y Murcia (3,8%, respectivamente) y Cataluña (3,7%) son las comunidades más inflacionistas. En el furgón de cola se encuentran Cantabria, Canarias y Extremadura (2,6%).

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