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Críticas

Los inversores reclaman modernización y más trasparencia a la Bolsa de Nueva York

Tras los escándalos por contabilidad engañosa, que han forzado a las empresas a aumentar su transparencia, y las multas contra los bancos de inversión por análisis engañoso, ahora le toca el turno a la Bolsa de Nueva York (NYSE). La comunidad financiera de Wall Street quiere aprovechar la actual motivación de los reguladores y el aparente empeño de la industria financiera para limpiar el mercado de malas prácticas, incluidas las de la operativa bursátil.

La investigación iniciada a finales de abril sobre cinco de los siete especialistas de la Bolsa de Nueva York ha reabierto un viejo debate, el de la utilidad de estos operadores y su transparencia.

La misión de los especialistas es la de cruzar las órdenes de compra y venta de sus clientes -las firmas de inversión- y proporcionar contrapartida. No obstante, estos operadores no pueden ejecutar órdenes por cuenta propia aprovechándose de la información que poseen a través de los mandatos de compra y venta de sus clientes. Los especialistas tienen prohibido sacar beneficio con los diferenciales de precio -deben casar las órdenes al mismo precio al que son introducidas- y sus ganancias derivan de una tasa que cargan al intermediario bursátil.

La NYSE sospecha, sin embargo, que los especialistas han jugado sucio y ha iniciado una cruzada contra el fraude en su seno, aunque las investigaciones del órgano rector de este mercado se han tornado en su contra.

En un artículo muy crítico con la Bolsa neoyorquina y sus responsables, The Economist destacaba recientemente que un caso como el de los especialistas hubiera pasado inadvertido en otros tiempos. 'Las cosas han cambiado, (...) esta vez parece que habrá presión política para seguir el caso de forma agresiva', apunta The Economist.

La semana pasada Charles Schwab, fundador y presidente de la mayor firma de valores por Internet de EE UU y del mundo, pidió a la Bolsa neoyorquina un cambio en su sistema de casación de órdenes. En palabras de Schwab, éste 'alienta el abuso' y daña la credibilidad de los inversores'. 'El sistema de los especialistas tuvo su día. A lo mejor, lo que ahora necesitamos es un poco más de tecnología', señaló Schwab. Este veterano inversor, que ya se enfrentó al statu quo hace 30 años cuando consiguió que la SEC eliminara la norma que obligaba a todos los intermediarios de Wall Street a cobrar la misma cuota por transacción, acusó a la NYSE de no ser transparente y de estar sometida a la agenda que marcan los especialistas.

A principios de mes, The Wall Street Journal señalaba en uno de sus editoriales que el presidente de la Bolsa de Nueva York, Richard Grasso, 'debería darse de cuenta que los inversores merecen obtener el mejor precio o el anonimato y la velocidad de un mercado electrónico'.

No terminan aquí las críticas. Según recuerda un gestor de fondos estadounidense, cerca de un 25% del volumen diario que mueve la Bolsa de Nueva York lo realizan los especialistas. 'Nos quieren vender que sus actividades en el mercado son para mantener la liquidez. Pero ¿no les parece un poco sospechoso la cantidad de dinero propio que mueven en un día?', apunta este experto.

Grasso se defiende

Los ataques hacia el sistema de fijación de precios de la Bolsa de Nueva York han empujado a su presidente a llevar a cabo una defensa a ultranza de los especialistas. Para Richard Grasso, este sistema es el único que garantiza que un inversor no experto obtenga un buen precio en sus operaciones bursátiles.

En una conferencia ante empresarios estadounidenses (titulada Restablecer la confianza de los inversores en el mundo), Grasso destacó que sin los especialistas los shocks bursátiles hubieran sido mucho mayores, ya que una de las tareas de estos operadores es la de reducir al máximo los diferenciales apostando con su propio dinero en contra de la tendencia del mercado.

El poder de los especialistas y la norma 500

Las grandes Bolsas del mundo tienen un sistema de casación de órdenes electrónico. Todas, menos la de Nueva York, la más grande, la más influyente. ¿Por qué insiste el mercado neoyorquino en mantener un sistema considerado por muchos como obsoleto?No falta quien ve en los especialistas una figura mediática. Sus puestos de negociación, las pantallas, la frenética actividad que desarrollan y los petos coloreados que llevan algunos les convierten en la fotografía o la pieza televisiva perfecta.Los más críticos más serios apuntan al poder de las firmas especialistas en el seno de la NYSE. Tres de las siete entidades (La Branche, Fleet Specialist y Bear Wagner) tienen representantes en el consejo de dirección de la Bolsa. Asimismo, las grandes firmas de inversión con representantes en este consejo poseen participaciones en los especialistas, como Fleet Boston en Fleet Specialist, Goldman Sachs en Spear Leeds & Kellog, o Bear Stearns en Bear Wagner.Otra crítica es que la NYSE opera como un club exclusivo que se aprovecha de su poder e influencia para dificultar la competencia y mantener el statu quo. La norma 500 impone severas condiciones -como la de la aprobación de la junta de accionistas por amplia mayoría- a las compañía que cotizan en esa plaza y decidan irse a la competencia, llámese Nasdaq o American Stock Exchange. Los responsables del Nasdaq -un mercado electrónico donde no existe la figura de los especialistas, pero sí la de los creadores de mercado- llevan años protestando por tipo de normas, que tachan de monopolísticas.Algunos expertos añaden que el sistema de los especialistas es menos eficiente. El regulador de los mercados de EE UU ha reconocido que las órdenes se ejecutan mucho más rápido a través de plataformas electrónicas y que los spreads (diferencias de precio entre las órdenes de compra y venta) son menores en el Nasdaq.

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