Economía exige a las aseguradoras información sobre sus planes de negocio
Las inspecciones que habitualmente realiza la Dirección General de Seguros (DGS) mediante visitas a las entidades son diferentes este año. No sólo se revisan los estados contables de las compañías, sino que, dentro de un proyecto en pruebas, éstas deben empezar a suministrar datos sobre su plan de negocio. Al pedir información cualitativa, Seguros intenta poner la primera piedra para allanar el camino de los grandes cambios que la directiva europea Solvencia II introducirá en la gestión de riesgos de las aseguradoras, explican fuentes del Ministerio de Economía.
Esta normativa busca que las compañías gestionen el riesgo de insolvencia con un modelo interno que se adapte al perfil de cada una y determine unos recursos propios mínimos exigibles en cada caso. Las entidades con una mala gestión del riesgo se verán abocadas a aportar más capital y reservas. La norma sigue los pasos de Basilea II, que regula el nuevo acuerdo de capital para la banca.
Los datos cualitativos serán claves para definir el sistema de control de riesgos en cada compañía. Por este motivo, la DGS ha decidido echar a rodar en pruebas una inspección más a fondo que recabe datos de perspectivas de negocio a medio plazo, tipos de riesgo que afronta, sistemas de control interno, viabilidad y racionalización de las estructuras de distribución, entre otros. Esto supone también una especie de ensayo para el supervisor que con Solvencia II deberá mejorar la eficiencia. El fin último es poder anticiparse y detectar situaciones de posible quiebra o ruina de una entidad para que sean evitables.
La postura española
Como en la norma para la banca, Solvencia II también estará articulado en tres pilares: los requerimientos de recursos propios, una supervisión más eficiente y la exigencia de una mayor transparencia en la información por parte de las aseguradoras. Según los informes ya emitidos y presentados a la Comisión Europea, probablemente se impondrán dos niveles de recursos propios: uno mínimo o imprescindible sin el que la aseguradora no podrá operar en el mercado y un nivel objetivo algo superior 'vinculado a una probabilidad baja de ruina', tal como explicó en una conferencia la semana pasada el coordinador de Solvencia II en la DGS, Javier Bernaldo de Quirós.
En junio la Comisión aprobará el esquema definitivo de Solvencia II. Semanas después definirá el calendario de implantación y empezará la segunda fase de elaboración para los diversos grupos nacionales y europeos.
La postura española ya está esbozada además de consensuada con el sector. Una de las propuestas principales que exponen aseguradoras y regulador es que el nuevo sistema de control de riesgos se implante de tal manera que sea fácilmente adoptable por las entidades medianas y pequeñas. Por ello piden que en una primera fase se admita aplicar un modelo interno parcial junto con el estándar.
Proponen, asimismo, que no se discrimine con exigencias de capital diferentes a bancos y cajas que comercializan los mismos productos de seguros que las aseguradoras. Lograr el mayor nivel de armonización al aplicar el sistema para evitar distorsiones es otra de las propuestas.
Anticiparse a las situaciones de peligro
La mala gestión se ha llevado por delante a muchas pequeñas aseguradoras en los últimos años. Que el supervisor, en este caso la Dirección General de Seguros, sea capaz de detectar con antelación un peligro de insolvencia para evitar el colapso de una entidad es la aspiración máxima que en principio debería cumplirse con Solvencia II.Pero Seguros quiere anticiparse a la modificación de su forma de supervisar y desde el último trimestre del año pasado ha puesto en marcha un plan de modernización para actualizar las herramientas informáticas al servicio de su labor de vigilancia. Terminará en 2005 y cuenta con un presupuesto inicial de 4,81 millones este año. Las bases de datos sobre las compañías serán más exhaustivas y se mejorarán los sistemas de alerta temprana de riesgos.