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América Latina

Escaso margen para que el real se pueda fortalecer más

El real ha sido, junto con el peso argentino, la divisa latinoamericana que mejor comportamiento ha registrado en el año, al apreciarse más de un 13%. Este movimiento alcista se explica por los importantes progresos observados en los últimos meses tanto en lo que respecta a los fundamentos económicos de este país como en la confianza depositada por el mercado en las políticas económicas de la nueva Administración de Luiz Inácio Lula da Silva.

En las últimas semanas, la evolución del real se ha visto favorecida además por el logro de una importante victoria de la Administración en la Cámara baja, con la votación de una enmienda constitucional que permitiría la independencia del Banco Central. El mercado ha interpretado esta victoria como una señal de que otras reformas, como la de las pensiones y la tributaria, podrían ser aprobadas en los próximos meses.

Los fundamentos económicos también han acompañado este movimiento de apreciación de la moneda. La continua disminución del déficit en cuenta corriente permitiría reducir las necesidades de financiación externas de 2003 en 7.000 millones de dólares. Asimismo, en el plano fiscal, las cifras de superávit primario de los primeros meses del año han ratificado el cumplimiento de la meta de 4,25% del PIB para 2003 pactada con el FMI. En el plano monetario, el firme compromiso antiiflacionista del Banco Central, que ha subido sus tipos de interés 850 puntos básicos desde octubre, se ha traducido en una reducción de la inflación en los últimos meses.

La continua disminución del déficit corriente permitirá reducir la necesidad de financiación externa de 2003 en 7.000 millones de dólares

Pese a que el contexto parece favorecer el fortalecimiento del real, éste podría no ser el caso en los próximos meses. Hasta el momento, la apreciación ha sido oportuna, puesto que ha permitido la moderación de una galopante inflación. Sin embargo, a partir de finales del segundo trimestre, cuando la inflación comience a converger con el objetivo del Banco Central, el Gobierno podría priorizar otros objetivos por encima del fortalecimiento del real. Lo que debe quedar claro es que los extraordinarios esfuerzos acometidos en los últimos meses para fortalecer la moneda perderán sentido cuando aminoren las presiones inflacionistas, por lo que una sostenida apreciación del real a lo largo de este año luce poco probable.

De la mano de favorables indicadores en lo que se refiere al sector industrial y de las encuestas presidenciales, el peso argentino se ha apreciado más de un 4% en la semana. El real, por su parte, mantiene también su tendencia positiva al apreciarse poco más de 1%, impulsado por unos datos de comercio exterior que dan cuenta de un dinamismo de las exportaciones sorprendente y por las expectativas de que se presente la reforma de la seguridad social al Congreso en los próximos días.

La inversión directa cae un 33%

En 2002, por tercer año consecutivo, continuó la tendencia descendente de los flujos de inversión extranjera directa (IED) destinados a América Latina y el Caribe. De acuerdo a las estadísticas de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en su informe anual sobre la inversión extranjera en la región, la IED a Latinoamérica disminuyó un 33% con respecto a 2001, al bajar de 84.000 a 56.700 millones de dólares.Esta caída no sólo acelera el ritmo de contracción observado en los dos años anteriores (12,6% en 2000 y 11% en 2001) sino que es, por primera vez, mayor a la disminución de los flujos de IED mundiales (27%). Adicionalmente, a diferencia del patrón observado entre 1998-2001, en 2002 la transferencia neta de IED hacia la región no fue suficiente para compensar la transferencia negativa neta de recursos financieros (inversión en cartera).El informe señala que la disminución de la IED a nivel global se debió a factores múltiples entre los cuales destaca la desaceleración de las principales economías mundiales, la marcada reducción de las privatizaciones y la espiral descendente en la financiación disponible para las empresas transnacionales. En América Latina se sumaron a estos factores la mayor inestabilidad económica y política y el aumento de la aversión al riesgo ante las crisis en Argentina, Uruguay y Venezuela.El informe destaca el carácter permanente de la tendencia contractiva de los flujos y recomienda a los países receptores adoptar políticas más activas para identificar, atraer y consolidar las inversiones.

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