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Arte

El Velázquez vanguardista

Antoni Tàpies ha sido distinguido con el Premio Velázquez de las Artes Plásticas, equivalente al Cervantes de Literatura, por su trayectoria artística Por M. Paul

El de la Bienal de São Paulo es el primer premio que recoge su biografía. Era 1953, el año en que Antoni Tàpies (Barcelona, 1923) viajó por primera vez a Nueva York y descubrió las afinidades entre el expresionismo abstracto americano y su propia obra. Desde entonces, el artista lo ha recibido prácticamente todo: el Premio de la Unesco y el David Bright Foundation Award, el del Carnegie Institute de Pittsburgh, el Grand Prix du Président de la República Francesa, el Premio Rubens, en Siegen (Alemania), el premio del British Arts Council, el Príncipe de Asturias de las Artes, la Medalla de Oro de la Generalitat... El pasado jueves, el jurado del Premio Velázquez de las Artes Plásticas, el equivalente al Cervantes de Literatura, reconoció la trayectoria artística de Antoni Tàpies, 'una figura indiscutible en el arte moderno no sólo de España sino de todo el mundo'. Aunque el pintor no hace mucho caso a los honores, 'no trabajo ni para tener premios ni para ganar dinero', declaró en una ocasión, Tàpies se muestra honrado de recibir un premio bautizado con el nombre de un artista al que admira, a pesar de que no es la mejor época para recibir premios a causa de la guerra con Irak, un conflicto que está seguro que le influirá.

El Velázquez, creado hace dos años con el mismo espíritu del Cervantes: el deseo de fomentar los intensos lazos de unión entre la cultura y la creación artística de los pueblos iberoamericanos, dotado con 90.000 euros y una beca de 30.000 euros para un artista menor de 35 años, elegido por el artista premiado, recayó el año pasado en el pintor murciano Ramón Gaya, de 91 años.

En su segunda edición, el jurado, formado por Ramón González de Amezúa, Miguel Zugaza, Juan Manuel Bonet, José Guirao, Kosme de Barañano, Miguel Fernández Cid, Javier González, Ángel González García, Dámaso Santos Amestoy, Carlos Zurita, José Joaquín Isasi-Isasmendi, Ramón Gaya (no asistió) y José Joaquín Puig de la Bellacasa, acordó la concesión del premio por mayoría absoluta y definió a Tàpies como uno de los grandes renovadores de las artes plásticas de España y del mundo.

La ministra de Educación, Cultura y Deporte aseguró tras conocer el fallo del jurado que Antoni Tàpies 'hace una abstracción con una desnudez muy propia de nuestras tierras ibéricas'. Ramón González de Amezúa, director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, de la que Tàpies es miembro honorario desde 1989, destacó que 'cuando uno ve un cuadro suyo, inmediatamente se da cuenta de que es de él. Aunque no conociera el cuadro, su personalidad es tan fuerte que nos damos cuenta de su autoría'.

Para el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, además, no pasa desapercibida la actividad que desde hace años viene desarrollando la fundación del artista. La Fundació Antoni Tàpies fue creada por el pintor en 1984 para fomentar el estudio y la difusión del arte moderno y contemporáneo. Pieza clave de esos objetivos es el edificio donde la fundación tiene su sede, el que ocupaba la antigua Editorial Montaner i Simón, obra del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, en el Ensanche barcelonés, que acoge un museo, una biblioteca especializada y un auditorio.

José Guirao, director de la Casa Encendida de Madrid y ex director del Centro de Arte Reina Sofía, consagró a Tàpies como el pintor español de la segunda mitad del siglo XX. 'La primera mitad es Picasso, Miró, Dalí y Gris, el gran pintor de la segunda es Tàpies. Su obra no sólo tiene una influencia enorme dentro del arte español contemporáneo, sino que, además, consigue entroncar con los grandes movimientos artísticos internacionales'. Precisamente, Guirao fue hace dos semanas anfitrión de Antoni Tàpies en Madrid, con motivo de la exposición Tàpies. Escritura material. Libros, que permanecerá en La Casa Encendida hasta el 15 de junio. La muestra presenta una amplia selección de los libros de bibliófilo, realizados en estrecha colaboración con poetas y escritores como Alberti, Bonnefoy, Du Bouchet, Brodsky, Brossa, Daive, Dupin, Foix, Frémon, Gimferrer, Guillén, Jabès, Mitscherlich, Paz, Takiguchi, Ullán, Valente y Zambrano, entre otros.

Un universo de papel que Tàpies empezó a amar desde muy pronto y del que el artista se vale para rendir un homenaje a la literatura.

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