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Accionistas de Barreras preparan una oferta para quedarse con Babcock

Un intento más por encontrar un propietario solvente para Babcock Borsig España, la antigua Babcock Wilcox Española (B&W). La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) busca ahora en un grupo de empresarios propietarios del astillero vigués Hijos de J. Barreras el accionista ideal para la compañía vasca de bienes de equipo propiedad de la alemana Borsig, actualmente en suspensión de pagos.

El enésimo proyecto para dar solvencia a la privatización de Babcock Wilcox está en camino. Ni MacDermott ni Kvaerner ni Duro ni Borsig. Ahora es un grupo de accionistas propietario del astillero Hijos de J. Barreras, aglutinados en torno a Construcciones Navales del Odiel, el que se presenta como la agarradera de la SEPI para dar lustre a un proceso de privatización que no le ha dado más que problemas.

Construcciones Navales del Odiel, según fuentes del sector, tiene previsto presentar a la SEPI en la primera quincena de mayo un plan industrial que garantice la continuidad de la empresa vasca de bienes de equipo. Esta estrategia cuenta con el beneplácito de la alemana Babcock Borsig, su propietaria al 100%, que ya ha manifestado su intención de desprenderse de sus acciones gratis. Su participación se la ha ofrecido, incluso, al grupo público presidido por Ignacio Ruiz-Jarabo.

Una de las líneas maestras del plan que maneja Construcciones Navales del Odiel es contar en la antiguo Babcock Wilcox con una plantilla de 350 trabajadores, frente a los 650 de la actualidad. Su intención, igualmente, es centrar la actividad en la planta de Sestao (Vizcaya) y desprenderse de filiales como Babcock Montajes e Isotrón. Hijos de J. Barreras ha firmado un acuerdo de confidencialidad con la SEPI y ahora se dispone a conocer la situación económica, financiera e industrial de la empresa para posteriormente presentar, si considera necesario, una oferta formal de la empresa. Este grupo también tiene previsto recabar el compromiso del grupo público para que mantenga, e incluso aumente, los compromisos de financiación que contrajo cuando vendió Babcock a la alemana Borsig.

En el accionariado de Construcciones Navales del Odiel participan, entre otros, directivos de Hijos de J. Barreras. Estos ejecutivos eran los gestores del astillero vigués cuando era propiedad de la SEPI. También está presente un grupo familiar del País Vasco con intereses en el negocio pesquero y en el de conservas de pescado y los accionistas de Naviera del Odiel.

El problema para dar una salida a la situación de Babcock está en la actitud vigilante que mantienen las autoridades comunitarias sobre ayudas de Estado. El grupo público mantiene el argumento de que la Comisión Europea no le permite el trasvase de más ayudas al fabricante vasco de bienes de equipo.

Más subvenciones

El presidente del grupo estatal, Ignacio Ruiz-Jarabo, manifestó recientemente en Bilbao que el organismo comunitario no permite más subvenciones, según el acuerdo de privatización de la antigua Babcock & Wilcox. La SEPI sí que avala los concursos a los que se presenta la industria vasca, en un intento de propiciar su relanzamiento industrial.

La situación de la compañía es, en cualquier caso, critica. Su cartera de pedidos languidece, la plantilla piensa más en su futuro inmediato en detrimento de la producción y su accionista, la alemana Borsig, trata de solventar los problemas de su matriz. Babcock Borsig, además, se ha convertido en unos de los principales deudores de la firma con sede en Sestao y le debe más de 20 millones de euros por un préstamo que le concedió su filial española. Sus responsables ya han asegurado que su devolución es complicada.

La SEPI tiene en la actualidad pendientes de desembolso más de 20 millones de euros comprometidos en el proceso de privatización de Babcock Wilcox.

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