Deuda y garantizados como refugio
Mientras dure el conflicto, los expertos aconsejan monetarios o garantizados para los más conservadores. Quienes toleran un nivel de riesgo moderado pueden optar por deuda emergente o gestión alternativa. Para los arriesgados, acciones bajo lupa
La renta variable está de infarto. Si las tropas aliadas avanzan, los mercados suben, si se encuentran con cualquier obstáculo viene la caída. Sesiones con bajos niveles de contratación y al ritmo de la guerra obligan a los gestores de los fondos a refugiarse en otros activos menos volátiles. La renta fija, los fondos de mercados monetarios y los productos garantizados son las estrellas.
'La guerra se ha erigido como el factor principal de la evolución de los mercados financieros en el corto plazo pero no puede eclipsar el análisis a medio plazo. La economía global mantiene la tónica de la debilidad y seguirá forzando políticas monetarias expansivas', comentan en Santander Central Hispano Gestión de Activos. 'En este contexto', añaden, 'es difícil que se produzca un cambio de tendencia consistente en las Bolsas a pesar de que las valoraciones resultan atractivas y de que las cotizaciones se encuentran en los niveles de hace cinco años'.
Opinión parecida ofrecen en Crédit Agricole 'hay que abandonar el escenario de una guerra rápida y se perfilan ya los riesgos de grandes conmociones en el mercado del petróleo y de recesión de la economía mundial'.
'Después de la finalización de la guerra podremos observar que lamentablemente la situación económica continúa igual y que no ha habido cambios en las cifras macroeconómicas que nos hagan albergar esperanza sobre los resultados de las compañías, único factor que realmente puede catapultar la renta variable, por lo que la renta fija tendrá muchos adeptos', afirma Manuel Lorán, director de ABN Amro Asset Management.
'Los fondos monetarios, los de renta fija a corto plazo y los garantizados son la alternativa refugio en general y para épocas de guerra en particular', asegura Juan Ignacio Crespo, director de análisis de Lipper.
En la gestora de SCH amplían algo más el abanico: 'Para los que sí toleran un cierto nivel de riesgo, las oportunidades pueden estar en renta fija emergente, bonos de alta rentabilidad o la gestión alternativa. Capaces de superar la rentabilidad de la deuda y con un nivel de volatilidad sustancialmente menor al de las Bolsas'.
La recomendación de la sociedad de valores Tressis es: 'fondos muy cautelosos y con un perfil de riesgo mínimo'. En esta línea, su directora de fondos de inversión María Folque, se inclina por 'monetarios dinámicos, que permiten arañar algo de rentabilidad a la deuda, complementados con fondos de gestión alternativa'. Abante pide prudencia.
'La opción más sensata es mantener al máximo una cartera de renta fija ante la volatilidad de la Bolsa', comenta David Burns, director de Schroders. Matiza que 'es un refugio seguro aunque no va a ofrecer tantos rendimientos como en el pasado'. La recomendación de Schroders es apostar por fondos de renta fija en euros para no correr riesgos de tipo de cambio. Reparten la inversión entre un 25% en deuda euro a corto, 25% en deuda corporativa, 25% más en títulos europeos emergentes, 20% bonos europeos que no son de la zona euro y el restante 5% en fondos monetarios. Respecto a la renta fija, en Franklin Templeton optan por los productos a corto plazo denominados en euros y los de mayor plazo de ámbito global. En Banif se inclinan por la renta fija corporativa.
En Crédit Agricole destacan que sus gestores, que habían rebajado sus posiciones en renta fija, han dado preferencia a las inversiones a corto plazo y a la renta fija privada, cuyos diferenciales respecto a los bonos del Estado han disminuido en 15 puntos básicos a lo largo de la semana pasada.
Sobre dónde refugiarse, Ramón Pereira, director general de Franklin Templeton, señala que 'la respuesta obvia podría ser la liquidez para los que se fijan en el corto plazo o tienen necesidades monetarias inmediatas'. 'Aquellos con el deseo y la capacidad de invertir a mayores plazos se les presentan oportunidades muy interesantes a los deprimidos precios actuales'. 'La experiencia ha demostrado que tradicionalmente las Bolsas tardan menos de seis meses en recuperar los niveles anteriores a los conflictos', añade Pereira. Al inversor medio le aconsejan en Franklin Templeton y en MFS diversificar la cartera por áreas geográficas, plazos y tipos de activos. Como mercados alternativos, Ramón Pereira destaca el chino, con un fuerte crecimiento de la demanda interna, alternativa a considerar dentro del riesgo que supone invertir en países emergentes. Opinión similar tienen en Banif y Mellon, donde también incluyen a Rusia y Europa del Este.
Para concluir, en mercados desarrollados Franklin Templeton y Mellon recomiendan invertir en empresas valor, que tradicionalmente han ofrecido como colchón de rentabilidad unos mayores ingresos por dividendos. 'æpermil;stas se comportan bien en ciclos bajista', resaltan en Banif.
Aprender de la historia reciente
Mirar atrás puede ayudarnos a comprender la volatilidad actual de las Bolsas. Cuando la Guerra del Golfo los mercados de valores registraron unas alzas entre el 15% y el 20% en las tres primeras semanas del conflicto y, en el momento que el ataque estaba a punto de finalizar, experimentaron un rebote hasta alcanzar una subida acumulada del 30% (en el caso del Índice General de la Bolsa de Madrid la revalorización acumulada en dos meses alcanzó el 35%), según el análisis realizado por Juan Ignacio Crespo, director de Lipper.En el ataque a Afganistán, de octubre, los mercados experimentaron un alza que en un mes llegó a ser del 15% y en dos meses del 22%.En este conflicto, la reacción inicial del Ibex 35 ha sido una subida del 13%, con retrocesos posteriores que han dejado esa revalorización casi en la mitad y nuevos avances al compás de las noticias provenientes del frente.En cuanto a predicciones: 'Probablemente, la revalorización completa se eleve al terminar la guerra, si no se prolonga más allá de dos meses, hasta niveles parecidos a los de las ocasiones anteriores', asegura el director de análisis de Lipper.La divisa americana que en 1991 primero (durante un par de semanas) se debilitó y luego subió un 20% frente a las monedas europeas, para debilitarse de nuevo a mediados de año, ha saltado esta vez la fase inicial de debilidad, recuperando casi un 5% frente al euro y cediendo luego posiciones.Por lo que se refiere a las materias primas, el oro tradicionalmente es un refugio en tiempos de guerra. Antes del estallido la cotización llegó a alcanzar 372 dólares el lingote y ahora ha retrocedido hasta 320 dólares.Una buena noticia es el comportamiento del petróleo. La OPEP está dispuesta a incrementar la producción y el precio se mantiene en 25/27 dólares barril.