El avance hacia Bagdad da un empujón a Wall Street
Los partes de guerra volvieron ayer a escribir el guión de las Bolsas. Tras varias jornadas de dudas y temores sobre la duración y el impacto del conflicto, los inversores volvieron a apostar por una guerra rápida y victoriosa para las tropas estadounidenses y británicas.
El Dow Jones y el Nasdaq subían a una hora del cierre un 2,96% y un 3,74%, respectivamente, en una sesión con clara tendencia alcista desde la apertura. Las ganancias de ayer permiten al índicede la Bolsa neoyorquina y Nasdaq abandonar las pérdidas que acumulaban desde el inicio de los bombardeos sobre Bagdad. Así, el Dow avanza el 0,52% y índice tecnológico sube el 0,11% desde el pasado 20 de marzo.
Wall Street celebraba de esta manera que el ejército de EE UU se encuentra a las puertas de Bagdad. El avance supone también el último ejemplo de optimismo de los inversores estadounidenses sobre el desenlace de la campaña militar. En las dos sesiones precedentes los índices lograron sobreponerse a las malas cifras económicas, lo que a juicio de algunos observadores es visto como un signo de la resistencia de Wall Street frente a la incertidumbre que genera la guerra.
El martes los inversores pasaron por alto los datos de actividad industrial en marzo, los peores desde noviembre de 2001 y que apuntaban una contracción del sector. Pese a ello, el Dow Jones arañó una subida cercana al 1%. La reacción de ayer fue similar. La caída mayor de lo esperado de los pedidos de fábrica en el mes de febrero (1,5% de descenso frente al 0,6% previsto por el consenso de los analistas) no inmutó a los bolsistas, decididos a dar un empujón a los índices.
Un gestor de fondos estadounidense consultado ayer por Reuters quitaba importancia al repunte e insistía en que los mercados seguirán volátiles hasta el fin del conflicto. 'Hasta que no termine toda esta incertidumbre los inversores no prestarán la atención que merecen los fundamentales de la economía y a los datos empresariales. Sin embargo, la resistencia a vender registrada en las dos últimas sesiones puede ser un indicativo de que las Bolsas han encontrado un nivel de soporte', apuntó este experto.
Tirón tecnológico
El sector más beneficiado ayer por el empuje de la renta variable fue el tecnológico. Así, compañías como Intel (+6,76%) o Microsoft (+5,34%) subieron ante la expectativa de que una guerra corta anima la inversión y las empresas estadounidenses comiencen a gastar dinero en equipos informáticos. A la estela de estos dos blue chips avanzaron otros valores del sector, como BEA Systems (+9,01%) o Analog Devices (+6,95%).
No obstante, una de las compañías más negociadas ayer en el Nasdaq fue la biotecnológica Biogen. Esta empresa anunció ayer que sus beneficios del primer trimestre serán superiores a lo previsto gracias a las ventas de su fármaco contra la psoriasis, Amevive. El valor avanzaba un 12,41% a una hora del cierre.
AT&T (-3,18%) y Johnson & Johnson (-0,07%) se situaron a la cola de los valores del Dow Jones en la sesión después de recibir sendas opiniones negativas por parte de los analistas. En este sentido, Goldman Sachs, recortó la recomendación de la teleco a neutral desde mejor que el mercado.
Por otro lado, Morgan Stanley rebajó a Johnson & Johnson a igual que el mercado desde sobreponderar al entender que está sobrevalorada. Esta compañía es una de las mejores del S&P 500 en lo que va de año, con una subida del 8,8% frente al 0,16% del índice en el periodo.
La sesión de ayer trajo un nuevo empuje del grupo AMR, propietario de American Airlines. Los títulos de esta compañía ganaban ayer un 33,67%, con lo que acumulan una subida del 153% desde el lunes, fecha en la que los sindicados de la aerolínea y la compañía llegaron a un acuerdo que ha logrado esquivar la suspensión de pagos de la empresa.
Otra compañía con problemas que registró su tercera sesión consecutiva con importantes avances fue la eléctrica Reliant Resources. Ayer subió un 7,14% después de haber ganado el 4,7% el lunes y el 14% el martes, un día después de conseguir la suficiente financiación para evitar la bancarrota.