Revista de Prensa
Lo siguiente, cambiar la cara de Oriente Próximo
Todas las guerras son inciertas, pero ahora pueden hacerse algunas previsiones sobre el conflicto actual. Cuando la lucha haya finalizado, EE UU y sus aliados habrán ganado el conflicto militar (...). Y entonces (...) ¿quién gobernará en Irak? (...). Cualquiera que sea la decisión, sería deseable que Naciones Unidas se involucrara (...).
Uno de los legados más siniestros de Sadam Husein será las diferencias marcadas entre la coalición y Francia, Alemania, Rusia y China (...). Debe hacerse un esfuerzo por la reconciliación (...). Tenemos que ser muy prudentes y tener en cuenta la opinión del mundo árabe (...) sobre cómo reconstruir un Irak democrático y libre (...). El apoyo de EE UU a Israel ha sido comparado por el mundo musulmán con el trato recibido por los palestinos (...). Es el momento de que Bush obligue a Sharon y Arafat a hacer progresos (...).
La economía de EE UU y la guerra en Irak
Las incertidumbres creadas por la guerra en Irak (...) dificultan la proyección de previsiones económicas. Los riesgos geopolíticos no son los únicos que inciden en una recuperación económica, pero realmente inciden (...).
En EE UU el índice de confianza del consumidor fue elaborado antes de las hostilidades. La bajada de febrero no fue significante, pero fue asociada a una recesión. ¿Se incrementará la confianza al finalizar la guerra? (...).
Todo parece indicar que para los consumidores, a pesar de la importancia de la situación geopolítica, el fin de la guerra en Irak no será el final de la historia.