Cooperar para competir
Aunque los economistas clásicos, como Adam Smith o David Ricardo, defendieron el libre comercio, la experiencia enseñó que no era conveniente la apertura total de los mercados para países que llegaron tarde a la industrialización, pero tampoco podía mantenerse un proteccionismo elevado e indiscriminado.
Actualmente, la creciente competencia entre las empresas en una economía cada vez más globalizada exige a las mismas la aplicación de nuevas estrategias en la búsqueda de ventajas que le permitan seguir acumulando capital. La clusterización como vía para promover la cooperación de las organizaciones supone un paso más en la política de ordenación industrial de los Gobiernos y ha permitido materializar iniciativas de diversa índole en sectores estratégicos de las economías regionales.
Algunos ejemplos de implantación exitosa de esta nueva fórmula de cooperación en España son el cluster de Automoción o Naval en Galicia; los de la Energía, Conocimiento y Puerto de Bilbao, en el País Vasco; el de pavimentos, azulejos y baldosas cerámicas en Castellón o los microclusters comarcales en Cataluña.
Estas iniciativas son una alternativa sólida para garantizar la supervivencia de las pymes en el entorno globalizado
'Cooperar para competir' constituye el planteamiento base del programa de implantación de un cluster, una nueva política de ordenación industrial. Se trata de sistemas organizados de compañías e instituciones geográficamente cercanas que operan en un mismo sector de actividad y que buscan la mejora de su competitividad individual y colectiva a través de una estrategia de cooperación.
Colaboración empresa-Administración
La política de clusters permite crear ayudas horizontales que permiten impulsar el desarrollo de ciclos productivos básicos para la economía de una región determinada. Además, facilita la aplicación del modelo de planificación ideal, de 'abajo arriba', que parte de la implicación de los distintos actores del tejido económico-empresarial (empresas, centros tecnológicos, universidades, proveedores de servicios especializados, asociaciones, etc.).
En la práctica, para la puesta en marcha de planes de potenciación de clusters industriales, las Administraciones más activas suelen estructurar cada iniciativa en cuatro grandes fases. En primer lugar, la realización de un diagnóstico del sector industrial orientado a la identificación de los núcleos estratégicos de actividad con mayor viabilidad competitiva a corto y medio plazo; segundo, el desarrollo de un estudio sectorial que detalle el posicionamiento de esos núcleos estratégicos; tercero, la definición de un plan de acción para el cluster que contribuya a reforzar la competitividad de la empresa y, por último, su puesta en marcha.
El País Vasco, que ha sido considerado como la comunidad pionera en esta materia, ha impulsado, entre otros, la creación de los clusters del Puerto de Bilbao, Energía, Industrias de Medio Ambiente o Conocimiento. Por poner algunos ejemplos, entre las principales acciones de mejora de la competitividad gestadas por el cluster del Puerto de Bilbao (Uniporte Bilbao) destacan los planes de formación en Marketing Internacional y Calidad, la elaboración del Plan Estratégico del Puerto o el desarrollo de la herramienta Salida de buques BSB y del sistema de información estadística del comercio exterior (MIS).
El cluster de Energía del País Vasco, integrado por medio centenar de empresas e instituciones que alcanzan una facturación global superior a 10.000 millones de euros y proporcionan empleo a más de 25.000 personas, constituye otra de las iniciativas de mayor envergadura en este campo. Sus principales líneas de acción se centran en el apoyo a la penetración en otros mercados, coordinación de esfuerzos en investigación y desarrollo tecnológico, optimización de consumo y coste energético, impulso de nuevos negocios en el ámbito de la distribución de electricidad, gas, agua y telecomunicaciones y contactos con los principales fondos de financiación multilateral y bilateral.
El Cluster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) constituye el primer referente de la comunidad gallega en este tipo de políticas industriales. Su constitución en Vigo data de 1997 y agrupa a 54 proveedores del automóvil que emplean a unas 11.000 personas y alcanzan una facturación conjunta superior a los 1.700 millones de euros. La constitución del cluster dio lugar a un nuevo dibujo del sector de la automoción en Galicia basado en tres grandes ejes: el propio cluster, integrado por 54 pymes locales con proyección exterior, la planta de PSA Peugeot Citroën Vigo y el Centro Tecnológico del Automóvil (CTAG).
El otro apartado de los clusters gallegos es la Asociación Cluster del Naval Gallego (Aclunaga). Quedó constituida el 21 de septiembre de 1999 y está integrado por un centenar de empresas que proporcionan empleo a más de 10.000 trabajadores y alcanzan una facturación global en torno a los 1.000 millones de euros.
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Aportaciones a las pymes
Una importante iniciativa es la extensión del fichero EDI a las pymes, un formulario online hasta ahora sólo de uso exclusivo entre fabricantes y grandes proveedores con información sobre logística, planificaciones, pedidos, órdenes de entrega, etc. Según explica Luis Moreno, director general de CTAG 'las aportaciones a las pymes y a las empresas en general son claras, ya que les evita los desplazamientos fuera de la comunidad. Se benefician directamente de los logros de sus servicios de investigación y pone a su disposición un servicio de asesoría técnica y formación'.
Referente industrial
La constitución del Cluster de Empresas de Automoción de Galicia (Ceaga) constituye el primer referente de la Comunidad Gallega en este tipo de políticas industriales. La constitución dio lugar a un nuevo dibujo del sector de la automoción en Galicia, basado en tres grandes ejes: El propio cluster, la planta de PSA Peugeot Citroën Vigo y el Centro Tecnológico del Automóvil (CTAG).Alberto de Cominges, gerente de Ceaga explica que 'este nuevo modelo de gestión promovido por el cluster ha tenido una influencia decisiva en la evolución de la facturación, que ha experimentado un crecimiento del 50% en el periodo 1997-2002, con crecimientos interanuales por encima de la media del sector industrial nacional'. 'Además -apunta Alberto de Cominges- se han introducido nuevas funcionalidades demandadas por las empresas como la posibilidad de enviar ficheros adjuntos a las solicitudes de ofertas o el desarrollo de una herramienta informática de gestión de stocks'. La internacionalización es otro de los objetivos claves de Ceaga, que ha promovido distintos encuentros internacionales. Su efectividad se refleja en la evolución de las cifras de exportación, que han pasado de casi 500 millones de euros en 2001 hasta los 900 millones de euros en 2002. 'La próxima implantación de PSA Peugeot-Citroën en la ciudad de Kolin (República Checa) para la fabricación de 300.000 unidades anuales de un nuevo vehículo de pequeño tamaño supone una gran oportunidad de internacionalización para las pymes de Ceaga', afirma el gerente de Ceaga.