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Actividad europea

La rebaja beneficia a los inversores y al Tesoro pero daña el ahorro y la banca

Como todas las iniciativas de gran calado económico, éstas siempre provocan satisfacciones entre quienes salen ganando y críticas por parte de quienes no se sienten tan beneficiados por las mismas.

Inversores. La última decisión adoptada por el BCE no reporta más que buenas noticias para los inversores, ya sean empresas o particulares y muy especialmente para quienes son titulares en la actualidad de un crédito hipotecario. La reducción, que ya venía adelantando el principal índice de referencia de las hipotecas españolas, el euribor, en los últimos meses, supondrá nuevos descensos en la cuota de todos aquellos que tienen un préstamo ligado a este índice. No en vano este índice cerró el pasado mes en el nivel más bajo de su historia, en el 2,5%, según datos provisionales y a la espera de que el Banco de España los haga oficiales.

Este descenso, en el que todavía no se recogía la bajada de 0,25 puntos en el precio del dinero, supondrá un ahorro de 48 euros al mes y 572 euros al año en una hipoteca tipo de 90.000 euros a 15 años.

Pero los titulares de hipotecas no son los únicos beneficiados. El momento actual se convierte en el más idóneo para solicitar financiación ajena. De hecho, no hay que olvidar que el principal objetivo de una medida como ésta es estimular la actividad por dos vías: el consumo y la inversión. Una muestra de ello es el aumento del volumen de crédito gestionado. Según datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), hasta noviembre este volumen había aumentado un 20,3%, situándose en los 369.619 millones de euros, frente a los 307.185 millones de igual periodo de 2001. Según la AHE, en diciembre la tasa de crecimiento habría vuelto a rondar el 20%.

Tesoro. El actual entorno de tipos de interés en mínimos beneficia en gran medida al Tesoro. Por un lado, coloca deuda a precios muy razonables, la rentabilidad actual también está en muchos casos en mínimos históricos. Además, esta circunstancia ha permitido la recompra de deuda antigua más cara, lo que ha reducido ostensiblemente la factura a pagar.

Ahorradores. En el lado opuesto de los inversores se encuentran los ahorradores. La remuneración ofrecida por las entidades financieras a los depósitos ha ido cayendo en paralelo a la rebaja de los tipos de interés. Así, mientras en 1995 el tipo sintético al que pagaban los pasivos ascendía al 6,31% en los bancos y el 6,08% en las cajas, según los últimos datos del Banco de España de noviembre pasado, ahora el tipo ha caído al 2,21% en ambas entidades. Además, la actual tasa de inflación (3,7%) absorbe esa exigua ganancia obtenida. En septiembre, las familias españolas tenían en depósitos y efectivo 471.443 millones de euros.

Banca. El sistema bancario español se ha caracterizado en los últimos años por haber aprovechado la espectacular rebaja del precio del dinero para lanzar una agresiva política de ofertas, que sitúan, por ejemplo, sus tipos hipotecarios entre los más baratos de Europa. Eso se ha traducido en una irremediable reducción del margen de intermediación de las entidades (la diferencia entre el tipo al que prestan el dinero y el que ellos pagan al ahorrador), lo que provoca la búsqueda de nuevas fuentes de ingresos.

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