La cumbre islámica evita pronunciarse sobre la forma de superar la crisis
La cumbre que los países islámicos celebraron ayer en Doha eludió la discusión de las propuestas destinadas a superar la crisis de Irak.
'Las divisiones en el mundo árabe e islámico, las diferencias dentro del Consejo de Seguridad y el continuo despliegue militar en la región no son factores que ayudan a evitar la guerra', reconoció al término de la cumbre el ministro de Exteriores de Qatar, jeque Ahmed ben Yasem al Thani.
El comunicado con el que se clausuró la reunión se quedó en una mera declaración de buenas intenciones. Los 56 Estados miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI) pidieron a los Estados musulmanes no tomar parte en la guerra contra Irak, pero no condenaron a los que ya albergan a miles de soldados de Estados Unidos listos para invadir Irak, y que son casi todos los del golfo Pérsico.
Asimismo, el comunicado sugiere que la crisis iraquí se resuelva a través de la ONU y hace una llamada para preservar la unidad territorial de Irak y su soberanía, así como la de sus vecinos.
Contrariamente a las previsiones, la cumbre no se ocupó ni hizo la menor alusión a las iniciativas planteadas en los últimos días por dos países miembros de la OCI para buscar una salida a la crisis iraquí.
Una de ellas era de los Emiratos Árabes Unidos y consiste en el exilio de Sadam Husein y su plana mayor con garantías sobre su vida, además del establecimiento de una especie de protectorado internacional sobre Irak.