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Arte

Tiempo de Frida

Sus autorretratos son un icono y también las obras más caras del arte latinoamericano del siglo XX. Frida Kahlo despierta pasiones en el arte, la literatura y el cine Por Marisol Paul

A Frida Kahlo (1907-1954) le gustaba pintar autorretratos, 66 en total. La explicación la dio en una ocasión la propia artista: 'Porque a menudo estoy sola, porque soy la persona que mejor conozco'. Uno de ellos, pintado en 1929, a la edad de 22 años, fue puesto a la venta por la casa de subastas Sotheby's en Nueva York en mayo de 2000. El precio se estimó en catálogo entre tres y cuatro millones dólares. Se remató en 5.065.750, un precio récord para una obra de arte latinoamericano. Récord, por cierto, que ostentaba Kahlo desde la primavera de 1995 con otro autorretrato, éste con mono y loro.

Frida levanta pasiones. Y no sólo en el arte. Su figura ha inspirado más de cien libros, en inglés y en español, el servicio postal estadounidense emitió en verano de 2001 un sello conmemorativo de la artista de Coyoacán, el primer homenaje postal que realizó Estados Unidos a una mujer hispana, y su biografía es llevada de nuevo a la gran pantalla -el próximo viernes se estrena en España Frida, dirigida por Julie Taymor e interpretada por la actriz mexicana Salma Hayek-.

En vida, en cambio, era más conocida por ser la esposa del muralista Diego Rivera y por su activismo político que por su arte. La necrológica de The New York Times es reveladora, primero la presenta como esposa de Diego Rivera, a continuación recuerda que también ella es pintora y por último da cuenta de la que fue su última aparición pública, una manifestación contra la intervención norteamericana en Guatemala, acto de marcado carácter comunista.

Hubieron de transcurrir dos décadas desde su muerte cuando la imagen de Frida despertó la curiosidad del mundo. La obra de Frida Kahlo ha sido interpretada como surrealista -participó en la Exposición Internacional del Surrealismo organizada en 1940 en la Galería de Arte Moderno en la capital de México-, un encuadre que la artista rechazaba, 'no pinto sueños, pinto mi realidad', llegó a declarar. Si bien muchos de sus trabajos contienen elementos fantásticos y surrealistas, en ninguno de ellos se desprendió por completo de la realidad.

Sus cuadros son pura biografía visual, en los que se aprecia gran parte de la tragedia y dolor que durante tanto tiempo sufrió como consecuencia de un accidente. Nadie como ella ha legado a la humanidad un testimonio biográfico tan incisivo a través de la pintura, señalan los responsables del Museo Dolores Olmedo Patiño, en Xochimilco, que exhibe permanentemente una colección de 27 pinturas y dibujos de Frida Kahlo.

Kahlo desarrolló un lenguaje pictórico propio, en el que revalorizó la cultura nativa de su país. Llevaba la flora y fauna mexicanas a sus cuadros, pintaba cactus, plantas selváticas, rocas de lava, monos, perros Itzcuintli, ciervos, papagayos, animales que formaban parte de su rebaño de animales caseros, y que en sus cuadros aparecen como compañeros de su soledad.

Flora y fauna con las que ha seducido al mundo. En 1939, André Breton organizó la exposición Mexique, con pinturas, esculturas, fotografías y diversos objetos de arte popular. Una de las obras expuestas era el autorretrato The frame, que fue adquirido por el Louvre, convirtiéndose en el primer cuadro de un artista mexicano del siglo XX en entrar en el museo parisino. Sus cuadros se encuentran también en el Museo de Arte Moderno de Nueva York o el Centro George Pompidou, de París.

Frida compartió esa mexicanidad con Rivera y una generación de artistas y escritores en la década posrevolucionaria. Una búsqueda de identidad nacional que resultó determinante y, sin embargo, el celuloide ha pasado sobre ella de puntillas.

La Frida de Julie Taymor -la realizadora de la aclamada Titus-, basada en la novela de Hayden Herrera, ha sido nominada por la AFI (American Film Institute), de los Estados Unidos, una de las diez mejores películas del año. Un éxito esperado tratándose de una producción realizada para cautivar a Hollywood. Hayek persiguió el proyecto durante seis años -se confiesa admiradora de la pintora desde niña- y fue necesaria su implicación en la producción. La actriz de Veracruz se muestra orgullosa del resultado y no entiende la polémica que su película ha desatado en México. Falsa y ausente de rigor son las principales críticas que acumula. 'Es una película trivializante y que decepciona', se puede leer en Reforma, mientras Manuel Ávila Camacho, coleccionista que conoció en su infancia a Diego y Frida, sentencia: 'La película insulta uno de los movimientos culturales más importantes de la historia de México y daña la imagen de la pintora en el mundo'.

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