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Lealtad, 1

Fisuras serias entre los aliados

La incertidumbre geopolítica, que se encarna a corto plazo en la guerra entre Estados Unidos e Irak, aunque a largo plazo esconde mayores imponderables, atenaza la situación económica.

Los procesos de inversión, como ya han anunciado empresas emblemáticas de Estados Unidos, se paralizan a tres meses vista, como mínimo, y algunos Gobiernos, como el alemán, no esperan más tiempo para asegurar que la evolución económica en este año recién estrenado será peor de lo previsto. Los mercados vuelven a enfangarse, de este modo, en terreno abonado para el caos, la volatilidad y los recortes. Nada peor que la revisión apresurada de expectativas dentro de una situación prebélica que muestra diferencias notables respecto a contiendas anteriores.

La guerra que se anuncia marca diferencias notables respecto a la del Golfo, según los analistas. Estados Unidos y sus aliados formaron entonces un bloque compacto. Hoy las fisuras son notables. Los ejemplos de los Gobiernos alemán y francés son elocuentes. Pero la Administración Bush, que no la población estadounidense, al menos en proporciones exageradas, sigue impasible y advierte que atacará Irak, aunque sea en solitario.

Hay en esta coyuntura, además, una mayor contestación cívica que alcanza mayores proporciones, aúna más voces, a medida que pasa el tiempo. Las últimas horas están plagadas de noticias referidas a movimientos sociales en varios países del mundo, con el Reino Unido a la cabeza, que actuarán como escudos humanos en Irak.

Operadores, inversores, analistas y estrategas cruzan los dedos. Son muchos los que consideran ya que lo peor aún no ha pasado en las Bolsas y que los mínimos de octubre del año pasado están servidos. Es sólo, dicen, cuestión de tiempo. En la sesión de ayer este fantasma recorrió los mercados.

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