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Protestas

La directiva de opas recibe fuertes críticas en el Parlamento Europeo

El ponente parlamentario, el alemán Klaus-Heiner Lehne, reflejará ahora sus propias conclusiones en el informe sobre la directiva que debe presentar el próximo mes de febrero. Hace 18 meses su veredicto abortó el anterior intento de armonizar la legislación europea sobre ofertas públicas de adquisición (opas).

La necesidad de proteger al inversor minoritario fue casi el único común denominador durante las tres densas horas de la sesión pública convocada por la Comisión de Asuntos Jurídicos del Parlamento Europeo. Los ocho minutos de intervención de cada orador revelaron multitud de discrepancias entre la nutrida y selecta concurrencia, que en unos casos acusó a la Comisión Europea de falta de ambición y en otros de dejar indefensas a las empresas europeas ante los movimientos predatorios del capital estadounidense.

'La apertura del mercado europeo sólo será cabal si conseguimos echar el alto al derecho estadounidense y lo ponemos en su sitio', afirmó Eckart Sünner, el beligerante representante de la multinacional alemana Basf. Sünner, que exculpó a Alemania de cualquier responsabilidad en el fracaso del anterior proyecto de directiva, advirtió que 'el resto de empresas alemanas están muy de acuerdo con mis conclusiones' sobre el nuevo texto.

Tanto ahora como entonces, los grandes grupos industriales alemanes se niegan a que la legislación comunitaria impida a los consejos de administración adoptar medidas defensivas, a veces desde la propia estructura accionarial, ante una posible opa hostil. 'El capital de EE UU puede actuar con libertad en Europa mientras sus empresas se defienden contra las opa', resumió Sünner la amenaza que percibe Alemania.

Otros oradores sólo apreciaron proteccionismo y corporativismo en la tradición legal que concede al consejo de administración el derecho a aceptar o rechazar una oferta sin consultar con los accionistas. Para el representante de Vodafone, la operadora de móvil británica que se ha expandido por toda Europa, EE UU y Japón a golpe de operaciones amigables y hostiles, 'la única vía para resolver estas disputas es dar el poder a los accionistas'.

Pero esa propuesta, aparentemente sencilla, se topa con los derechos múltiples de voto que conlleva la propiedad de ciertas acciones, una tradición muy arraigada en varios países de la UE (Suecia, Dinamarca y Finlandia). La Comisión no se ha atrevido a incorporar el principio de 'una acción, un voto' a su propuesta de directiva, pues asegura que provocaría conflictos constitucionales en algunos países e indemnizaciones millonarias.

José María Garrido, representante de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, achacó el temor de Bruselas, 'más que a consideraciones jurídicas, a lo que los alemanes llaman real politik'. El abogado holandés, Jaap Winter, también defendió la supresión de los derechos múltiples de voto tras un periodo transitorio.

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