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CCAA

El impuesto sobre la herencia divide a las regiones del PP y el PSOE

Tiene fama de ser el impuesto de los ricos, pero éstos consiguen librarse de él. Las familias sin patrimonio tampoco lo pagan. Y si se reside en el País Vasco, en Navarra o, desde este año, en Cantabria, tampoco hay que tributar si la herencia pasa de padres a hijos o al cónyuge. ¿Quién soporta el impuesto de sucesiones? El ciudadano medio, que deja sus ahorros en forma de acciones o fondos de inversión, además de viviendas y el negocio familiar. Este tributo proporciona una recaudación que ronda los 1.200 millones.

Frente al IRPF, que por ejemplo en 2001 tuvo una recaudación líquida de 36.000 millones de euros, el impuesto de sucesiones parece poca cosa. En Cantabria, la exención de este año para transmisiones entre padres e hijos supondrá una merma de ingresos del 50%, unos 13 millones de euros. En La Rioja, una comunidad que ya ha anunciado la futura supresión parcial, estiman una merma de ingresos de 12 millones de euros. Y en Aragón, donde el consejero de Economía, Eduardo Bandrés, ha declarado que no ve 'ni justa, ni razonable' la supresión del impuesto, se estima que el 70% de lo recaudado es por este concepto.

Desde el PSOE, María Teresa Fernández de la Vega, portavoz en el Congreso, declaró ayer que 'las grandes fortunas no deben quedar exentas de la supresión del impuesto'. Una opinión manifestada desde las CC AA en las que gobierna este partido, como Asturias, y en las que no piensan reformar el tributo.

Pero ahora esas 'grandes fortunas' ya se libran del pago. Según los fiscalistas, al mal contribuyente le basta con crear una holding que posea el 100% de otra sociedad en la que parte de su activo tenga actividad económica y otra aglutine inversiones. Incluso si deja de tener actividad, durante 10 años, la sociedad podrá tener sólo inversiones en bolsa y disfrutar en el impuesto de la bonificación del 95% para herencia del negocio familiar.

'Tal y como se aplica ahora, es un impuesto injusto e inconstitucional', así opina José Aristónico, notario y director de la revista Escritura Pública. En su opinión, es un tributo con razón de ser, pero que se ha convertido en un cúmulo de exenciones y bonificaciones particulares que le hacen discriminatorio. Basta un ejemplo con dos hermanos: uno hereda la vivienda habitual; el otro recibe, por el mismo valor, dinero. El primero apenas tributará porque existe una bonificación del 95%. El hermano que reciba el dinero pagará por el total.

Para Luis Manuel Alonso, catedrático de Derecho Tributario, el impuesto puede ser, incluso, inconstitucional. Por su parte, José Manuel Vázquez, de Garrigues, cree que la mayor desigualdad se da en el ámbito territorial. Desde que unos territorios contemplan grandes exenciones, los contribuyentes querrán desplazarse a ellos con sus negocios. Este proceso parece irreversible porque el Estado no tiene competencia para suprimir o unificar el impuesto. De momento existe en la mayoría de los países de la UE, y su recaudación en 1999 supuso el 0,2% del PIB.

Efecto sobre las donaciones millonarias

'Si se suprime el impuesto de sucesiones tendrá un efecto devastador sobre organizaciones caritativas, desde las instituciones de educación superior y preservación de la naturaleza hasta organizaciones que asisten a los pobres y minusválidos'. Esta declaración de principios no la ha dicho ningún excéntrico español. Es fruto de una iniciativa de un centenar de millonarios de EE UU, encabezada por William Gates, padre del fundador de Microsoft, y que perseguía mantener el sistema de donaciones. En España, al menos públicamente, ningún rico parece haberse manifestado en este sentido. Muy al contrario, recientemente se ha visto cómo el premio Nobel Camilo José Cela murió sin dejar patrimonio alguno. Y no se trataba de un bohemios que vivió en la pobreza sin conocer las bonanzas de la fama. El truco, una fundación que gestionaba su patrimonio. Pero detrás de esta situación quizá hay que ver más razones de reparto entre herederos que temas puramente fiscales. En otros casos, por culpa de ese impuesto, que tan poco parece recaudar, se han enfrentado las CC AA al más puro estilo de familia latina. Fue el caso de la herencia de la familia Massaveu que se disputaban Asturias y Madrid. Al final, todo se saldó con obras de arte para Asturias. Y es que, este es otro tema, cómo pagar el impuesto con arte. Casos hay muchos. Ventajas también. Se compran cuadros y se entregan en lugar de dinero. La plusvalía, la diferencia entre valor de entrega y de adquisición, no tributa.

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