EE UU reconsidera el deber de delación de los letrados
Las críticas y la presión por parte de firmas de inversión, el colegio de abogados e incluso la UE han podido más, de momento. La SEC, el regulador de los mercados en EE UU, ha aceptado reconsiderar parte de la regulación que tenía previsto ver la luz a finales de esta semana con respecto al papel de los abogados de empresa. En concreto, las dudas de tres de los cinco miembros del comité de este organismo han forzado que se posponga la decisión de incluir en el reglamento de desarrollo de la ley Sarbanes-Oxley (para el gobierno de las empresas) una provisión que requería que los abogados informaran a la SEC de cualquier sospecha de fraude en las compañías para las que prestaran sus servicios profesionales.
La idea inicial del regulador de los mercados era que el abogado debía hacer llegar a los directivos y los miembros del consejo sus conclusiones en caso de que crea que se produce un fraude en la empresa. Si desde estas instancias no se tomara ninguna medida, el abogado debía dejar la empresa y comentar a la SEC los motivos. Desde todos los sectores afectados se ha puesto de manifiesto que semejante exigencia viola la cláusula de confidencialidad entre cliente y abogado y entre otras cosas puede terminar provocando que las empresas minimicen el papel de la asesoría legal. Parte de la crítica asegura que esta regulación va más allá de lo exigido a un reglamento de la ley que el Congreso aprobó tras los escándalos empresariales de Enron y Worldcom.
Mañana está previsto que se aprueben, sin embargo, las disposiciones que regulan el primer paso, es decir, que los abogados compartan sus sospechas de fraude con directivos y consejeros. La SEC examina ahora si es más conveniente que sea el propio consejo el que le informe cuando un abogado externo ha dimitido.
El debate sobre esta regulación y la vuelta sobre los pasos dados por el regulador es el último revés sufrido por el presidente en funciones, Harvey Pitt, quien presentó su dimisión la primera semana de noviembre del año pasado y era el más firme defensor de esta medida. Pitt sigue en su puesto a pesar de la dimisión y ha estado a cargo de prácticamente todo el desarrollo parlamentario de la ley Sarbanes-Oxley, considerada como una de las piezas angulares de la nueva ética empresarial estadounidense.
Su sustituto al frente de la SEC, William Donaldson, fue presentado por el presidente Bush, como su sucesor en el mes de diciembre, pero hasta ahora ni siquiera se ha fijado una fecha para que las dos Cámaras del Congreso le den su aprobación y pueda ser nombrado. John Snow, elegido como sustituto del dimitido secretario del Tesoro, Paul O'Neill, pasará el examen del Congreso el próximo lunes.