Los expertos piden consejos más independientes
Un grupo de expertos en empresas, economía y gobierno de las empresas pidió ayer mayor independencia en los consejos de administración y la división de los papeles del presidente y el consejero delegado para crear un mayor equilibrio en el poder y el control de la gestión de las empresas. Según este comité, del que forman parte el secretario del Tesoro, John Snow, el ex presidente de la Reserva Federal, Paul Volcker, y Andrew Grove, presidente de Intel, entre otros, el presidente tiene que ser un director independiente.
En el caso de que esto no ocurra, una situación muy frecuente cuando se trata de empresas en las que hay un mayor accionista o fundador, entonces el presidente no debe ser miembro del equipo de gestión ni informar al consejero delegado. Adicionalmente, se nombraría un primer director independiente (LID en sus siglas en inglés), que termine de buscar el equilibrio de funciones.
Y es que, para esta comisión, lo que es esencial es que el presidente no tenga relaciones con el consejero delegado o el equipo gestor. Con ello se logrará esa separación de poderes y funciones entre el liderazgo y supervisión del consejo y la gestión de la compañía. En la hipótesis de que un consejo no tenga separadas las funciones de su presidente y consejero delegado, o se esté en proceso de transición, debe nombrarse un director de presidencia para restablecer el equilibrio. Según el comité de la influyente institución privada Conference Board, los que no acepten esta estructura con todas las alternativas ofrecidas deben explicar el porqué.
En el capítulo dedicado específicamente al consejo de administración, el comité de expertos considera que éste debe estar compuesto por una sustancial mayoría de consejeros independientes que puedan dirimir en conflictos de intereses, que tengan tiempo para acudir a las citas del consejo y que conozcan no sólo sus responsabilidades, sino también las circunstancias en las que se mueve la empresa. Su función es vigilar la gestión de la empresa y su adhesión a la ley y el código ético.
Con esta serie de propuestas, el Conference Board trata de construir toda una teoría sobre cómo debe ser el gobierno de las empresas una vez que, durante todo un año, no se ha hecho más que recibir noticias de desmanes en las cúpulas de algunas empresas a todos los niveles, algo que ha precipitado la caída de la Bolsa y arruinado la confianza de los inversores y trabajadores. Según los datos manejados por el comité de estudio, que ya el pasado septiembre hizo una reflexión sobre lo disparatado de algunas retribuciones a directivos y la necesidad de contabilizar las opciones sobre acciones como gastos salariales, el 60% de los empleados de las empresas americanas presenciaron el año pasado violaciones de las leyes o los estándares de las compañías. Un 37% cree que la confianza en las empresas caería si se conocieran esas irregularidades. Entre las conductas reprochables, los empresarios incluyen en un 18% la contabilidad y en un 56% el maquillaje de cifras de ventas.