La economía mundial crecerá un 3% a pesar de los vientos de guerra
Las perspectivas económicas que barajan los principales analistas internacionales para el año que acaba de comenzar se centran en una recuperación de la economía mundial, pero sujeta a un alto grado de incertidumbre.
Según los expertos, el año 2003 puede ser el de la reactivación económica, hasta alcanzar un crecimiento medio global del 2,8%. La recuperación estaría liderada, una vez más, por la locomotora norteamericana, a falta de un motor económico más potente. Y es que los problemas presupuestarios que están sufriendo parte de los países centrales del área euro (Alemania, Francia e Italia) inspiran poca confianza a los analistas como para pensar que Europa pueda arrebatar las riendas de la reactivación a la economía norteamericana.
No obstante, todos confían en una recuperación en el Viejo Continente, que logre superar las cifras de 2002, en el que la Comisión Europea prevé que el PIB comunitario crezca por debajo del 1%.
Entidades financieras como HSBC prevén para la zona euro, y de cara al nuevo año, un crecimiento económico del 1,2%, ligeramente superior al de 2002, con posibilidad de incrementarse si el Banco Central Europeo (BCE) decide nuevos recortes en el nivel de tipos de interés (se encuentra en el 2,75%). La entidad estima que hay margen para una bajada adicional de medio punto en el precio oficial del dinero, que la autoridad monetaria con sede en Francfort efectuaría de forma gradual.
Desde Morgan Stanley se apuesta por un crecimiento del PIB en la zona euro del 1,6%, por debajo del escenario macro diseñado desde el BCE y la propia Comisión Europea (entre el 2% y el 3%). Goldman Sachs, por su parte, coloca el crecimiento de la economía europea en el 1,4%, por debajo de la previsión para Estados Unidos, situada en el 2,1%. Lehman Brothers, algo más optimista, eleva el crecimiento del PIB norteamericano al entorno del 2,5%, y no espera que la Reserva Federal aumente los tipos de interés hasta, al menos, la segunda parte del ejercicio.
Mucho más optimistas son otras fuentes. La presidenta del Banco de la Reserva Federal de Boston, Cathy Minehan, considera que la recuperación de la economía estadounidense se producirá de forma moderada, pero con seguridad, en 2003, a pesar de la incertidumbre sobre la situación internacional y los riesgos geopolíticos. Minehan cree que una 'combinación de resistencia económica, paciencia y mayor estabilidad de los precios' conducirán a una mejora de la economía de EE UU.
La confianza, clave
En su opinión, el crecimiento estadounidense se acelerará este año hasta alcanzar una tasa del 3% al 3,5%; frente al 'poco menos del 3%' previsto para 2002.
Con todo, Minehan avisa que el PIB del cuarto trimestre no será bueno. El Departamento de Comercio debe publicar sus primeras estimaciones el próximo 30 de enero.
Minehan cree que el consumo continuará 'relativamente sólido' en 2003, a pesar de que las cifras sobre el gasto a finales de año son menos buenas que los pronósticos de los expertos.
Para la dirigente estadounidense y gran parte de los analistas, los riesgos más importantes proceden de los acontecimientos geopolíticos, en un ambiente prebélico, derivado de la herencia de los ataques terroristas del 11-S.
'Incluso una sola eventualidad acentuada de tales acontecimientos podría minar la confianza de los consumidores y de los inversores', estima.
Lehman Brothers estima que una guerra contra Irak tendría un coste militar de entre 50.000 y 140.000 millones de dólares (una cifra similar en euros), en función de su duración, a sufragar por los contribuyentes norteamericanos. Si a ello se suma los gastos posteriores a la intervención militar (reconstrucción y pacificación del territorio), el coste podría alcanzar 500.000 millones, si el conflicto se alargara más de lo previsto.
Un año con dólar débil y petróleo caro
Uno de los principales efectos de un eventual conflicto bélico es su repercusión sobre los precios de la energía. El mercado del petróleo, tradicionalmente volátil, suele responder con enormes variaciones de precios ante circunstancias que repercutan sobre la oferta, concentrada en un grupo muy reducido de países. En el caso de la tensión prebélica que mantiene EE UU y sus aliados con Irak, los mercados llevan descontando ya varias semanas la posibilidad de un enfrentamiento. El precio del barril de crudo brent, de referencia en Europa, llegó a superar los 30 dólares a finales de la semana pasada.Los analistas esperan que se mantenga esta elevada cotización en la primera mitad del año. En parte también por la incidencia de otras causas, como la crisis interna que vive Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo. Sin embargo, confían en que la cotización de la materia prima vaya cediendo a lo largo del ejercicio, para acabar en un nivel cercano a 22 dólares, a final del año. Por otra parte, los analistas prevén que el euro siga apreciándose frente al dólar, hasta un nivel cercano a 1,10 dólares (ahora está en 1,03 dólares), más por la propia debilidad del billete verde que por la fortaleza de la moneda europea. Con todo y a pesar del terreno ganado, todavía queda mucho para que la moneda única europea reemplace al dólar en el comercio mundial.