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Imposición

Los bancos hacen valer su poder en Fiat y mantienen a Fresco al frente del grupo

Paolo Fresco se mantiene en la presidencia del grupo Fiat resistiendo a las presiones del hombre más rico de Italia, el primer ministro Silvio Berlusconi, y de una de las familias más poderosas del país, la familia Agnelli.

El consejo de administración ratificó ayer en su cargo a Paolo Fresco y anunció el nombramiento de Alessandro Barberis como consejero delegado, en sustitución de Gabriele Galateri, que dimitió de su cargo el pasado martes. Galateri pasará a ocupar el mismo cargo en Ifil, holding a través del cual la familia Agnelli controla su participación en Fiat (del 30%). Las acciones del grupo cayeron ayer un 2,29%.

La decisión refuerza los planes de reestructuración emprendidos por la compañía, con una deuda superior a los 6.000 millones de euros y unas pérdidas de 976 millones en los primeros nueve meses de año, que incluyen el despido de 8.100 trabajadores. También fortalece el acuerdo firmado con General Motors en virtud del cual la multinacional estadounidense, que ya posee un 20% de Fiat Auto, puede adquirir la división de automóviles del grupo a partir de 2004.

Los cuatro bancos que el pasado mes de mayo prestaron 3.000 millones de euros a Fiat -IntesaBci, Sanpaolo- IMI, Unicredito y Capitalia- han apoyado en todo momento los planes de Fresco. Lo que chocaba con la intención de la familia Agnelli de renovar la cúpula directiva. Y con la oposición del Gobierno de Silvio Berlusconi a la venta a General Motors. Al final se han impuesto los bancos, que el martes, ante la fortaleza que adquirían los rumores sobre una salida de Fresco, advirtieron que dichos movimientos en la dirección constituían una 'violación sustancial' de sus acuerdos.

Paolo Fresco es el principal artífice de la posible venta, a partir de 2004, de Fiat Auto a General Motors. Fresco, apodado El Americano -fue vicepresidente de General Electric- gestionó hace dos años la venta a la multinacional estadounidense del 20% de la división automovilística.

Por su parte, Alessandro Barberis ha sido quien ha dado la cara cuando Fiat ha tenido que defender el plan de reestructuración y el despido de 8.100 trabajadores y quien ha negociado con los sindicatos.

Sin embargo, llegar a pensar que los Agnelli o que el propio Berlusconi han dicho su última palabra sería, cuando menos, aventurado.

Paolo Fresco ya ha anunciado su intención de retirarse cuando cumpla 70 años, a mediados del año que viene. Y Alessandro Barberis puede ser considerado como un hombre de los Agnelli. Barberis ha desempeñado la mayor parte de su carrera en Fiat, fue nombrado presidente de Piaggio tras la muerte de Giovanni Agnelli, y accedió a su cargo como director general del grupo cuando los Agnelli promocionaron a Galateri como consejero delegado.

Por otro lado, Fininvest, el holding controlado por Berlusconi, posee el 35,5 % de Mediolanum, una compañía de servicios financieros que ha creado una empresa conjunta con el banco italiano Mediobanca, según indagaciones de la agencia Bloomberg. Mediobanca posee el 34% de Ferrari, división de Fiat Auto.

El Gobierno de Berlusconi declaró ayer a través de un portavoz gubernamental que por ahora 'no existe ninguna intención de entrar en el capital de Fiat con una participación minoritaria'. Poco antes el senador Ivo Tarolli había asegurado que el Gobierno estudiaba la entrada en el capital del grupo.

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