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Cúpula directiva

El presidente de Fiat se niega a dimitir y culpa a Berlusconi de su 'linchamiento'

Fresco no está solo en su pulso a los Agnelli, fundadores del grupo, y al mismo Gobierno italiano. El Americano, como se conoce en Turín a este ex ejecutivo de General Electric fichado por Fiat en 1998, se siente respaldado por los bancos acreedores, que acudieron al rescate de Fiat el pasado mes de mayo con 3.000 millones de euros y ahora se sienten traicionados tras ser excluidos de la toma de decisiones, que ha pasado al plano político.

Umberto Agnelli, cabeza visible de la familia que controla Fiat por la enfermedad del patriarca Giovanni, visitó el martes en Roma a Silvio Berlusconi para consultarle la cuarta remodelación directiva en un año. El primer ministro había reclamado en varias ocasiones un cambio drástico en la gestión de Fiat y llegó a decir la semana pasada que si estuviera libre aceptaría dirigir el reflotamiento de la compañía.

Fresco, que guardó silencio en las horas que siguieron al anuncio de cese de su número dos, se despachó en las páginas del diario La Repubblica. Preguntado por las críticas que recibió de Berlusconi, Fresco afirma: 'Pensé que se había vuelto loco'. Y añade que en Fiat se está produciendo 'un linchamiento político y mediático o, para ser sinceros, más político que mediático'.

Fresco parece tener apoyos sólidos en el consejo de administración, que el pasado martes, tras conocer la renuncia de Galateri -forzada por los Agnelli-, le expresó su 'aprecio' y 'confianza'.

En sus declaraciones publicadas ayer, Fresco desvela que tenía previsto retirarse en cuanto cumpla los 70 años, en julio de 2003, y así se lo había comunicado a Giovanni Agnelli. 'No estoy defendiendo mi poltrona. Está claro que me iré de aquí, ya lo había decidido', dijo.

Sin descartar expresamente una salida prematura, Fresco deja claro que mantiene sus planes. 'No me rebelo contra los accionistas, pero la dignidad del consejo de administración de una empresa debe ser defendida', afirma, consciente de que su futuro no se decide en el órgano gestor, sino en conversaciones a tres bandas entre los Agnelli, el Gobierno de Berlusconi y el banco de inversiones Mediobanca.

Tras publicarse la entrevista, el Gobierno reiteró sus ataques a Fresco. El ministro de Industria, Antonio Marzano, dijo que Fiat está 'pasando página' y tratando de poner en marcha 'una estrategia industrial que no ha existido durante mucho tiempo'. Sin embargo, trascendió que el Banco de Italia expresó su apoyo a Fresco, en línea con los intereses de los cuatro mayores acreedores de Fiat -IntesaBCI, Unicredito, Capitalia y Sanpaolo-IMI-, que financiaron al grupo a cambio de bonos convertibles en un 30% del capital.

El consejo de administración de Fiat no se reunirá hoy jueves, como se había anunciado, sino mañana viernes, precisó la empresa en un comunicado. En el orden del día figuran las 'renuncias y nombramientos de miembros del consejo' y la convocatoria de una junta de accionistas 'extraordinaria y ordinaria'.

Ante la escueta nota, el regulador de los mercados italianos exigió a Fiat más detalles sobre sus planes. Sólo queda confirmado que habrá más cambios en la dirección que la anunciada sustitución de Galateri. La convocatoria de los accionistas podría ser necesaria para reformar los estatutos. La prensa italiana señala que el nuevo presidente del grupo será Gianluigi Gabetti, ejecutivo de Ifi-Ifil, de 79 años, cuando los estatutos limitan la edad del máximo dirigente a 75.

El papel de Mediobanca

Según Il Corriere, el nuevo consejero delegado será Enrico Bondi, ex consejero delegado de Telecom Italia, quien exige plenos poderes ejecutivos. En el esquema anterior, Fresco y Galateri compartían esa responsabilidad.

En el nuevo escenario cobra gran influencia Mediobanca, el banco de inversión que tiene cerca del 3% del capital de Fiat y un 34% de Ferrari. A Bondi se le considera cercano a Mediobanca, donde se estaría diseñando un plan de futuro para Fiat que evitaría la venta de la división de automóviles a General Motors, acordada por Fresco en 2004 y que desea evitar el Gobierno. El proyecto de Mediobanca, filtrado a varios medios, mantendría las marcas Fiat y Lancia dentro de Fiat Auto, donde participa GM, y agruparía Alfa Romeo con Ferrari y Maserati en otra sociedad, donde Volkswagen podría ser socio minoritario.

Pero el consorcio alemán, que ya gestiona siete marcas, desmintió ayer a través de un portavoz cualquier conversación en ese sentido y sólo admitió haber explorado algún tipo de colaboración tecnológica entre Audi y Maserati.

La acción de Volkswagen remontó su fuerte baja inicial tras el desmentido y cerró con un leve alza del 0,15%. El título de Fiat recuperó un 3,4%.

Los riesgos de romper la alianza con General Motors

Hace tiempo que los inversores apuestan por una venta de Fiat Auto a General Motors, como la que los accionistas del grupo italiano pueden activar en cualquier momento a partir de 2004. En el mercado se cree que el grupo sería más valioso -y sin duda más rentable- sin el pesado lastre de su división de automóviles, así que las noticias que apuntan a una venta a GM son respondidas con subidas de la acción y, al contrario, el mercado penaliza ahora la posibilidad de que se anule el acuerdo de venta sellado por Paolo Fresco con el primer fabricante mundial de coches hace dos años.La versión oficial de Fiat era hasta ahora que la opción de venta sólo se ejecutaría si en 2004 Fiat Auto no ha logrado recuperar la rentabilidad. Pero en las últimas horas se insiste en la posibilidad de que ese put quede cancelado automáticamente si cambia la organización del grupo para agrupar Alfa Romeo con Ferrari y Maserati. 'Nos parece difícil de creer que Fiat pueda poner en peligro la opción de venta de Fiat Auto a GM', afirma un informe publicado ayer por el banco de inversión Merrill Lynch. 'Cualquier movimiento de Fiat para socavar la viabilidad de esa opción sin una alternativa equivalente o mejor elevaría sistemáticamente el riesgo en el grupo Fiat', añaden los analistas del banco Stephen Reitman y Michael Dean. En su opinión, GM no aceptaría que Alfa Romeo sea sacado de Fiat Auto, porque es una de las actividades más exitosas del grupo. Pese a las incertidumbres, Merrill Lynch recomienda comprar acciones del grupo italiano por considerar que su valor real estaría en 13,8 euros, frente a los 9 euros que costaba ayer el título en Milán. La deuda neta del grupo es de 7.355 millones, según Merrill Lynch, frente a los 5.844 millones que declara la compañía. La capitalización del grupo Fiat es de 4.800 millones de euros, tras registrar un descenso del 49% desde principios de año.

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