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'Prestige'

Zafarrancho en las Rías Bajas para hacer frente a la peor de las mareas negras

Exactamente un mes después de ocurrido el accidente, el veneno del Prestige sigue amenazando las costas gallegas. Una calma tensa se instaló ayer en las bocas de las Rías Bajas, donde marineros y mariscadores continuaron recogiendo las manchas de fuel que se acercaban a la costa.

Según datos no oficiales, unos 4.000 barcos, entre pesqueros y bateeiros, se encontraban en estado de máxima alerta en cada una de las rías ante la firme convicción de que la tercera marea (compuesta por dos grandes manchas) va a invadir las rías ayudada por los vientos del oeste.

Las últimas informaciones oficiales seguían situando estas dos manchas a 47 millas de cabo Silleiro y el empeoramiento del tiempo previsto para mañana hace temer lo peor. Además de un buque de la Armada y otros dos anticontaminación, los marineros han colocado en el interior de las rías miles de metros de barreras protectoras.

Se calcula que unas 7.500 personas se afanaron ayer en las labores de limpieza y se espera de nuevo una avalancha de voluntarios para el fin de semana. Decenas de iniciativas de solidaridad con las zonas afectadas, desde ayuntamientos, empresas e instituciones de toda España, se han producido en la última jornada.

El ministro de Medio Ambiente, Jaume Matas, que ha jugado un papel secundario en la crisis, cifró ayer el coste de la limpieza de las playas en 58,6 millones, frente a una previsión inicial de 43 millones. En su comparecencia en la Comisión de Medio Ambiente del Congreso, Matas aseguró que el Parque Nacional de las Islas Atlánticas está gravemente afectado y ya se han recogido 1.574 toneladas de materiales de la tierra. Cada una de las tres islas que componen esta reserva natural, las Cíes, Ons y Sálvora, tienen contaminado más del 90% del perímetro de sus costas.

Según los datos del ministro, en Galicia hay 271 playas afectadas, de las que 18 están totalmente contaminadas; en Asturias, todas las playas están parcialmente afectadas; en Cantabria son cuatro las que han recibido el azote del fuel, y en el País Vasco se han constatado algunas manchas en ocho playas.

El silencio del CSIC

Pese a las informaciones oficiales que apuntaban que desde ayer la página web del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) centralizaría todas las novedades informativas relativas a la comisión científica creada el pasado lunes, y que encabeza el presidente de este organismo, Emilio Lora-Tamayo, la citada página no ofrecía ni la más mínima referencia. æpermil;ste ha manifestado en varias ocasiones la voluntad de que su labor sea transparente para la ciudadanía, haciendo públicos los informes que elabore el grupo de expertos.

Precisamente, el personal del Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo, dependiente del CSIC, denunció ayer la actuación del Gobierno ante la catástrofe del Prestige y su política de 'contaminación' informativa.

En un manifiesto, el personal afirma que las decisiones adoptadas por el Gobierno y ejecutadas desde su delegación en Galicia son determinantes en esta catástrofe y 'de entre todos los escenarios posibles se ha optado claramente por el peor'. También señalan que los efectos de un vertido sobre el ecosistema, y por tanto sobre la actividad social y económica derivada de él, persistirán durante años.

Por su parte, la empresa holandesa de salvamento marítimo Smit, que fue la encargada de rescatar el submarino ruso Kursk, remitió ayer al Gobierno español y a la UE una oferta para bombear el fuel que todavía se encuentra en el petrolero. Según un portavoz de la compañía, la operación podría durar cuatro meses, con un coste de unos 50 millones.

Ayudas

El presidente del Grupo Socialista en la Eurocámara, Enrique Barón, urgió una vez más al Gobierno a que solicite a la CE las ayudas del fondo de solidaridad por catástrofes, ya que el plazo para solicitarlas expira el 31 de diciembre'. Según Barón, 'hay una cantidad de 54 millones de euros para desastres regionales, principalmente naturales, y bajo cualquier interpretación del reglamento, Galicia y las otras regiones afectadas tienen derecho a este apoyo'. El responsable de este fondo, Michael Barnier, señaló que si las ayudas se solicitan antes de fin de año, con una estimación de los daños, la cantidad sólo podrá alcanzar los cinco millones, ya que no se considera una catástrofe natural.

Por otro lado, el grupo Izquierda Unida presentó ayer ante la Fiscalía General del Estado una denuncia contra los ministros de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, y de Medio Ambiente, Jaume Matas, por presuntos delitos de riesgos y contra el medio ambiente en la gestión de la catástrofe ecológica del Prestige.

'Que reviente de una vez y se acabó'

Con lágrimas en los ojos, Alicia Rodríguez proclama que prefiere que el Prestige 'reviente de una vez y se acabó, así sabremos a qué atenernos'.Presidenta de la agrupación de mariscadoras de Moaña, una localidad donde los marineros se han plantado y se niegan a seguir colaborando con las tareas de limpieza del vertido, Rodríguez criticó ayer al ministro de Economía, Rodrigo Rato, por haberse reunido con empresarios y hoteleros en Vigo y A Coruña en lugar de hacerlo con los pescadores. 'Se reúne con los grandes, pero se olvida de que los que estamos limpiando el chapapote somos los marineros', dijo tras quejarse de la falta de medios para limpiar el mar en esa zona de Galicia. La negativa de los marineros de Moaña a colaborar ha surgido de las desavenencias con la empresa Tragsa, encargada por el Gobierno de la limpieza de las costas. A su juicio, la compañía sólo 'dividirá' a estos trabajadores y entorpecerá unas labores que los marineros ya habían emprendido por su cuenta. En este sentido, consideran que los voluntarios y los empleados de Tragsa 'no pierden nada' y reciben un jornal de 36 euros, en tanto que los marineros 'arriesgamos cada día nuestras embarcaciones, nuestro capital', según explica el vicepatrón de la cofradía de Moaña, Mario Pérez. Los marineros de este puerto pontevedrés iniciaron ayer por la mañana un encierro en el interior de la lonja de la localidad, para protestar por el trato recibido de las Administraciones en la lucha contra la marea negra. Por otra parte, miembros de la plataforma Nunca Mais y de otras organizaciones ecologistas se concentraron ayer ante las puertas del Parlamento Europeo, en Bruselas, para reclamar medidas que impidan nuevas catástrofes como las del Prestige y reclamar ayudas para paliar los daños causados por el petrolero.

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