_
_
_
_
Regulación

Los directivos critican el exceso de normas sobre el gobierno corporativo

Reglas, sí; pero sólo las necesarias. A esta conclusión llegaron este fin de semana varios altos ejecutivos de compañías españolas, entre ellos el presidente del BBVA, Francisco González; el presidente de Gas Natural, Antonio Brufau; y la presidenta de IBM España, Amparo Moraleda, que criticaron duramente el exceso de regulación del gobierno corporativo durante la Asamblea anual del IESE, a la que asistieron unos 1.800 antiguos alumnos.

Una regulación excesiva del gobierno corporativo limitaría la capacidad de actuación de las empresas, entorpecería su funcionamiento y, en última instancia, iría en contra de los intereses de los mismos accionistas a los que se pretende proteger', aseguró el sábado Francisco González, presidente de BBVA, durante su intervención en la Asamblea del IESE, celebrada en Madrid. Abogó por la adopción de unas reglas 'lo menos numerosas y lo más claras y simples que sean posibles', y recordó que un código de gobierno, por excelente que sea, no garantiza el buen gobierno de la empresa. 'Para ello, hacen falta personas que lo apliquen día a día. Todo lo que BBVA haga debe ser moralmente irreprochable y debe poder hacerse público sin ningún tipo de prevención o reparo', señaló González.

Durante el coloquio posterior a su intervención, el presidente del BBVA aseguró que 'le parece injusto que sean los políticos los que tengan que fijar la edad tope' del presidente y de los consejeros de las entidades financieras, tal como se refleja en la Ley Financiera. En este sentido, afirmó que la edad de cese de los presidentes de las entidades financieras debe ser una 'decisión personal' de cada uno y no política, y recordó que hay profesionales con 70 u 80 años que está fantásticos.

La misma fuerza

No obstante, Francisco González señaló que BBVA había limitado en sus estatutos la edad del presidente en 65 años y en 70 la de los consejeros porque él considera 'que a los 65 años, ya no tengo la misma fuerza mental y física para llevar la compañía como creo que debe hacerse'.

Con la misma contundencia se expresó durante su intervención el presidente de Gas Natural y director de La Caixa, Antonio Brufau, para quien el 'exceso de normativa no va a ser bueno'. En opinión de este directivo, el buen gobierno de las empresas está ligado a una serie de disfunciones, 'que no vamos a solucionar con comisiones ni normativas'. Enumeró entre estas disfunciones, las relaciones entre los auditores y las empresas, que han dado lugar a la incompetencia de los primeros y a la falta de honestidad de los gestores.

Brufau aprovechó la audiencia que tenía, 1.800 personas entre antiguos alumnos y profesores del IESE, para echar un jarro de agua fría sobre los organismos reguladores, como la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Comisión Nacional de Telecomunicaciones o la Comisión Nacional de la Energía, donde se 'producen pocas barreras entre el controlado y el controlador'. En su opinión, el buen gobierno de una compañía se sustenta sobre un pilar esencial: los valores del propio individuo. 'Es lo que creemos que en nuestra vida particular está bien o está mal y eso hay que aplicarlo a la empresa'. Así de sencillo.

Para la presidenta de IBM en España y Portugal, Amparo Moraleda, al margen de códigos internos y de normas lo que impacta en las compañías es la ética y la conducta que cada ejecutivo demuestra cada día. Y añadió que la clave está en ver al gobierno corporativo 'no como un sistema reactivo de control, sino como un elemento de gestión clave, inherente a los valores de la empresa y fundamental para las posibilidades de éxito y de futuro de la organización'.

Según Moraleda, 'es evidente que nunca una regulación por estricta que sea, ha impedido el fraude, en cualquier área que pensemos'.

Amenazados como los entrenadores de fútbol

Hay pocas especies tan amenazadas como el primer ejecutivo. En ello compiten con los entrenadores de fútbol. Con esta comparación comenzó su discurso en la Asamblea del IESE Jan Oosterveld, miembro del comité directivo del Grupo Philips. Y añadió que 'las decisiones del primer ejecutivo se miran con lupa por parte de las administraciones, de las instituciones oficiales, de los empleados y de la prensa'. Pero no queda ahí todo. Hay que añadir, además, la presión, cada vez mayor, 'de crear valor para los accionistas'. El responsable de estrategia corporativa de Philips, propuso, con el fin de cambiar esta percepción, mejorar el funcionamiento de los consejos de administración y la transparencia financiera. 'Pero quizás lo más importante es quitar la presión de los resultados cuatrimestrales y enfocarnos en el crecimiento a largo plazo. Junto a esto, el primer ejecutivo debe tener los estándares más altos de ética y ser la persona que personifique los valores de la compañía', añadió Oosterveld. Sobre el difícil papel que tienen hoy día los altos ejecutivos a la hora de gestionar una empresa, la presidenta de IBM, Amparo Moraleda, señaló que la globalización, la presión competitiva y la incertidumbre hacen que 'las variables a la hora de gestionar una compañía se hayan multiplicado enormemente'. Explicó que, en este sentido, 'la empresa tiene una mayor exposición y transparencia de cara a la opinión pública, lo que es enormemente sano y positivo'.

Más información

Archivado En

_
_