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Usuarios

La ministra de Consumo pide a la banca más transparencia en la información

La ministra de Sanidad y Consumo, Ana Pastor, reclamó ayer a las entidades financieras 'un esfuerzo' para que den al consumidor información más transparente y asequible, señaló en la clausura de las jornadas El papel de los medios de pago en la economía, organizadas por Cinco Días y patrocinadas por Servired. A ello contribuirá la norma que ultima el Ministerio de Economía en colaboración con su departamento para que los cajeros informen en pantalla sobre las comisiones de la retirada de efectivo.

Aunque en su discurso se refirió a que tendrán que reflejar el 'coste exacto', tras su intervención matizó que este aspecto aún no es definitivo. El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, anunció hace unas semanas que la orden ministerial está pendiente de las alegaciones que han presentado las entidades, quienes confían en que Economía acepte sus alternativas.

Han propuesto informar sólo de las comisiones máximas por el alto coste tecnológico que supondría dar a cada usuario la tasa exacta, además del problema de intercambiar información sobre el cliente considerada estratégica y confidencial. Piden también ampliar el plazo de tres meses para adaptar los más de 46.000 terminales existentes en España, una de las redes más tupidas del mundo.

Previamente, a lo largo de la jornada, los distintos ponentes dieron datos que pusieron de manifiesto el bajo uso de la tarjeta en España en comparación con otros países europeos, pese a que hay 41 millones de unidades, más de una por habitante. Sin embargo, representa el 11,4% del total del consumo privado, frente al más del 30% en Francia y Reino Unido. Entre 1989 y 1999, el gasto con tarjeta sobre el total de compras en comercios pasó del 4,27% al 14,12%, según datos de un reciente informe. 'Sólo se han ganado dos puntos a costa del efectivo en 10 años', señaló José Gabeiras, presidente de Servired. El restante crecimiento ha sido en detrimento de los cheques. Aún se paga con efectivo casi el 80% de las compras.

La gran banca quiere romper el 'freno que tienen los usuarios a pagar con dinero de plástico', que el director adjunto del SCH y responsable de medios de pago, Mario Cantero, apuntó como asignatura pendiente. Representantes de las cuatro primeras entidades del país (SCH, BBVA, La Caixa y Caja Madrid) desgranaron ayer en las jornadas sus planes para el negocio de las tarjetas, que centrarán en la renovación de la oferta de productos.

Personalización

El director de gestión de negocio del BBVA, José Manuel Tamayo, resaltó el dato de que sólo el 4,5% del crédito al consumo se paga con dinero de plástico, frente al 16% en Europa y el 33% en Estados Unidos. El BBVA aplica una estrategia orientada a dar un servicio a medida al cliente, explicó. A su juicio, el futuro está en basarse en un mayor conocimiento del cliente. Se refirió, además, a la entrada de nuevos competidores estadounidenses en el mercado, como MBNA, que conducirán a una 'diferenciación de precios'.

La Caixa, primera caja de ahorros del país, busca como elemento principal en la comercialización la adaptación del producto a cada cliente. Permite personalizar desde la imagen en la tarjeta hasta la forma de pago, explicó Victoria Matía, directora de banca electrónica en la entidad. Para una mayor eficiencia, segmenta su cartera de usuarios de tarjetas. Como muestra, en el segmento joven cuenta con un millón de unidades.

Pilar Aurrecoechea, responsable de la división de medios de pago de Caja Madrid, puso de manifiesto la importancia de aprovechar las ventajas de las nuevas tecnologías. La caja invertirá en este apartado 750 millones hasta 2005. Como ejemplos de las oportunidades que presenta la tecnología sin contacto (la tarjeta se activa a distancia gracias a un dispositivo electrónico) citó la Visa TPA para facilitar el embarque aéreo sin tener que pasar por el mostrador de la compañía que se pondrá en marcha el próximo mes. Además destacó los proyectos de una tarjeta para pagar los peajes en las futuras autopistas radiales de Madrid sin tener que parar (un pequeño equipo en el vehículo lanza una señal al receptor para que procese el pago) y una tarjeta para abonar los medios de transporte públicos madrileños.

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