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Actividad

Los expertos creen que España no podrá crecer más que la UE los próximos años

La economía española ha resistido el proceso de fuerte desaceleración internacional con un sólido crecimiento del PIB, muy cercano al 2%, mientras que los países del entorno, los que conforman la Unión Europea, escasamente llegarán al 0,6%. Este apreciable diferencial, que se ha mantenido a lo largo del último ciclo alcista de la actividad, es consecuencia de un modelo de crecimiento impulsado por factores extraordinarios 'que no se mantendrán en el futuro y que no irrepetibles', asegura Josep Oliver, catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona y director del servicio de Estudios de Caixa Catalunya.

Desde 1995 'el crecimiento económico está sustentado en los impulsos de las reiteradas devaluaciones de la peseta, que han elevado el grado de internacionalización de la economía española; el intenso descenso estructural de los tipos nominales y reales de interés; el fuerte empuje de la demanda de viviendas con condiciones de financiación desconocidamente atractivas; la inversión de los recursos de los fondos estructurales y de cohesión; las reformas de trabajo que flexibilizaron contratación y despido, y las fuertes entradas de turistas por ser España un destino seguro', asegura Oliver.

Todos los expertos consultados por Cinco Días afirman que éstas han sido las circunstancias que han azuzado el ciclo, y estiman que puede estar a punto de agotarse. De hecho, algunos institutos de análisis ya advierten que en 2003 el crecimiento será inferior incluso al de 2002.

Más impulso inversor

Todos coinciden en que sólo con profundas reformas puede mantenerse el diferencial de crecimiento con la Unión Europea, que ha oscilado entre uno y dos puntos en los seis últimos años. Sólo con profundas reformas puede mantenerse el crecimiento potencial de España por encima del de la UE.

'La economía española ha cambiado mucho: es menos industrial y más terciaria, y eso la convierte en menos volátil; no habrá tantos picos cíclicos y debe ir ajustándose al comportamiento europeo', asegura Julián Cubero, del servicio de estudios del BBVA. No obstante, admite que el 'reto básico de la economía es aumentar la productividad, y eso sólo se consigue con más inversión'.

Para algunos analistas, como Víctor Gonzalo, de Intermoney, 'en España hemos aprovechado la bajada de tipos para consumir, no para invertir; hemos hecho esfuerzos de gasto poco productivos; sólo hemos recortado el diferencial con Europa en casas; no hemos destinado recursos a economía productiva, ni el sector privado ni el Gobierno'. A su juicio, la inversión, 'en la que las empresas han hecho más cosas que el Gobierno, debe centrarse en equipamiento físico, en formación profesional y en tecnología; si no, en España, cuando se acabe el boom de la construcción, que explica la cuarta parte del crecimiento económico, nos vamos a quedar a dos velas'.

Las dos últimos reformas laborales han estimulado la generación de empleo, con una elasticidad mayor con relación al avance del PIB, aunque esta mejora de la elasticidad pueda estar ocultando un descenso de la productividad. Pero siguen siendo 'necesarias nuevas cotas de flexibilidad en horarios, así como una mayor seguridad y uniformidad regulatoria, ahora distorsionada por las distintas Administraciones', según Nuria Bustamante, del servicio de estudios de Caja Madrid. Destaca también la moderación de los costes salariales desde 1995, admitidos por los sindicatos a cambio de altas tasas de generación de empleo, aunque se haya concentrado en las actividades con poco valor añadido.

Mejorar la cualificación

'No deberíamos perder impulso de actividad si sabemos resolver y compensar nuestra debilidad; no somos líderes en nada, y eso debe compensarse con la disposición de la mano de obra mejor preparada para aprovechar las oportunidades que nos dé el crecimiento', dice Ángel Laborda, de Funcas. 'Tenemos una mano de obra abundante, pero hay que hacerla empleable, dinámica, flexible y capacitada; especialmente preparada para la sociedad de la información; la UE ha sido hasta ahora una factoría para nosotros, sobre todo Francia, Alemania e Italia, y debemos prepararnos para aprovechar su crecimiento', concluye.

El catedrático Josep Oliver advierte que 'desde 2001 el modelo ha cambiado y no se volverá a tasas de crecimiento como las anteriores en varios años, por el fuerte deterioro de la economía norteamericana, con un déficit corriente que es una amenaza para la estabilidad mundial; EE UU nos dio el crecimiento, y EE UU nos lo puede quitar si no se corrigen pronto sus desequilibrios exteriores, reflejados en su abultado déficit corriente'. Advierte que la solución por una caída del dólar sería peligrosa, pues si es brusca, puede provocar un repunte de tipos que pondría contra las cuerdas a los agentes más endeudados.

La investigación y el capital tecnológico, los mayores déficit

El principal déficit que tiene la economía española es el que afecta a la capitalización tecnológica. En ello han hecho incidencia especial en las últimas semanas tanto el presidente de la patronal CEOE, José María Cuevas, como el propio ex gobernador del Banco de España Ángel Rojo, aun reconociendo ambos que el sector privado ha hecho incluso menos esfuerzos que el público. Ambos, así como los expertos consultados por Cinco Días admiten que 'la productividad, el valor añadido, el crecimiento y la eficiencia de la economía en el futuro depende de las inversiones intensivas que se hagan en el presente en capital tecnológico'.Todos coinciden en la timidez de la inversión en I+D+I. 'Sólo la inversión intensiva en tecnología garantiza la eficiencia y competitividad de las empresas españolas en el futuro; es la principal fuente de productividad, si va acompañada de una buena formación intelectual y profesional del capital humano', asegura Nuria Bustamante, del servicio de estudios de Caja Madrid. 'El gasto en I+D no pasa del 0,3% del PIB, menos que otros países y menos que otros años', asegura. Reconoce también que no ayuda el hecho de que las empresas españolas, por su limitada dimensión, no afronten grandes proyectos de investigación científica.Víctor Gonzalo, de Intermoney, destaca también los escasos esfuerzos por la investigación para buscar la excelencia: 'Los planes de investigación son muy precarios, por falta de decisión política y a veces por prejuicios; y si no tienes una investigación tecnológica y científica puntera, no tendrás nunca una economía puntera'.Hoy por hoy, España sigue arrojando las peores ratios en materia de investigación técnica en toda la UE. Pero los diferenciales son especialmente acusados en aprendizaje permanente, en el porcentaje de empleo en servicios de alta tecnología, en gasto en I+D y en patentes de alta tecnología.

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