Inversiones, mejor que beneficios
La temporada de resultados en las empresas de Estados Unidos está dejando un aparente buen sabor de boca. La mayor parte de las compañías está mejorando las previsiones de los analistas, y ello ha contribuido al rebote del mercado. Según los primeros datos, alrededor del 60% de las empresas del Standard & Poor's 500 han batido las expectativas del mercado.
Ahora bien, estas expectativas están muy rebajadas. El 40% de las compañías del Standard & Poor's 500 han recortado sus previsiones a lo largo del trimestre. Es decir, ha advertido sobre beneficios, que ya se habían puesto el listón suficientemente bajo como para rebasarlo con relativa facilidad.
Es más, dos terceras partes de las compañías que mejoraron las expectativas lo hicieron por menos de un 10%.
La dinámica en la que se ha instalado el mercado empieza, pues, con la advertencia sobre beneficios, que provoca las caídas de las cotizaciones. Luego, cuando toca presentar las cuentas, los números son algo superiores a lo esperado. Menos de un 10% en la mayor parte de las ocasiones. Y eso sirve para inyectar algo de optimismo en el mercado, porque a nivel agregado parece que todo va bien, que la recuperación está en marcha.
Pero no hace falta poner a enfriar el champán todavía. El mercado no está como para despertar por sí solo. Necesita que las empresas inviertan, den buenas previsiones para el próximo año. Intel, hace un par de semanas, hizo justo lo contrario. Se mostró pesimista sobre el futuro a corto plazo y recortó inversiones nuevas.
La crisis ha venido por el lado de la oferta, no de la demanda. Pero, si ni el consumista consumidor estadounidense sigue pesimista, difícil será que las compañías inviertan y tiren de la economía. Datos como el de ayer hacen más por el desánimo que crean que por el impacto directo del consumo.