El traspié de la renta fija
El rendimiento del bono a 10 años de EE UU ha rebotado con fuerza desde mínimos, pero aún faltan datos que confirmen que la recuperación económica está en marcha
A comienzos de octubre, el estadounidense Pimco Total Return se erigió en el mayor fondo de inversión del mundo, tras superar en activos bajo gestión al Vanguard 500 Index. Pimco Total Return, un fondo de renta fija, alcanzó un tamaño de 64.600 millones de dólares la primera semana de este mes, precisamente en el momento en que el tipo de interés del bono a 10 años de EE UU alcanzaba, en el 3,56%, su nivel más bajo de los últimos 40 años. Era el 9 de octubre. Un día después, los mercados de valores rebotaban con una fuerza inusitada y se producía una salida masiva de capital del mercado de renta fija, que devolvía el tipo del bono estadounidense hasta el 4,2%, nivel de finales de agosto. Esta reacción ha puesto en guardia a los analistas del mercado de bonos, que temen que la buena racha de la renta fija haya finalizado.
La renta fija estatal se ha convertido en los últimos dos años en uno de los mejores refugios para los inversores que huían del chaparrón bursátil. Los flujos de dinero en Europa y Estados Unidos se han dirigido en los últimos meses hacia las categorías más conservadoras de fondos, esto es, la renta fija y los monetarios, provocando una caída del rendimiento de los bonos y una revalorización del precio de los mismos. Precisamente han sido estos fondos los que han cosechado ganancias en este periodo, frente a la debacle de los fondos de renta variable. En lo que va de año, por ejemplo, muchos fondos de renta fija a largo plazo acumulan revalorizaciones que oscilan entre el 3% y el 5%.
La situación, no obstante, podría darse la vuelta, a poco que la economía estadounidense muestre signos de fortaleza. 'Como consecuencia de la tremenda caída de los turbulentos mercados de renta variable, las rentabilidades de la renta fija han caído a niveles que muchos, incluido el equipo de renta fija de West AM, consideran exagerados', señalan en la gestora alemana. 'Nuestro escenario central mantiene la idea de que la economía mundial continuará su recuperación, aunque el ritmo será solamente moderado'. Esta circunstancia que apuntan los gestores hace pensar a muchos expertos que la Reserva Federal de EE UU (Fed) podría decidir en algún momento una subida de los tipos de interés oficiales, actualmente situados en el 1,75%. Esta posibilidad, que será más plausible cuanto mejor sean las perspectivas económicas y mayores los riesgos inflacionistas, redundará en un ascenso del rendimiento de los bonos de plazos más largos y, en consecuencia, en la depreciación de las carteras invertidas en ellos.
No obstante, las incertidumbres a corto plazo hacen difícil una decisión de este tipo por parte de la Fed. 'La inestabilidad en Oriente Próximo y la debilidad de los datos económicos y de los mercados de renta variable han provocado una disminución en las expectativas de endurecimiento monetario y una renovada atención hacia el potencial de reducciones de tipos a corto plazo', advierte el informe estratégico de octubre de Merrill Lynch Investment Managers.
De un lado, por tanto, son muchos los analistas que opinan que el precio de los bonos no es atractivo, sino que éstos están sobrevalorados. Por el otro, la falta de datos que confirmen la recuperación y la ausencia de síntomas inflacionistas inclinan a otro grupo de expertos a pensar que la renta fija aún no ha entrado en crisis. 'Puede que hayamos visto los mínimos del rendimiento de los bonos para este año, pero no se ha dado todavía una situación como la de 1993-94', apunta Stewart Cowley, gestor global de bonos de Mellon Global Investments. Cowley hace referencia al repunte hasta máximos del rendimiento de los bonos en aquellos años, lo que provocó una riada de pérdidas en los fondos de renta fija de todo el mundo. 'En primer lugar, porque deberíamos estar observando un potencial de crecimiento muy superior al que vemos. En segundo lugar, haría falta que los mercados de divisas rompieran con el cómodo equilibrio actual, o que sucediera un shock externo, lo que por definición es difícil de prever', añade.
Lo que han demostrado los últimos acontecimientos, en cualquier caso es que el mercado está ávido de buenas noticias y que cuando éstas llegan provocan una entrada inmediata de dinero en los mercados de valores. En previsión de una recuperación de la economía, recuperación leve que llegaría el año que viene, los expertos apuntan diferentes consejos para los bonistas. 'Seguimos prefiriendo los bonos europeos a los norteamericanos: el mercado europeo sigue siendo más atractivo que su homólogo norteamericano', señala el informe de octubre de BNP Paribas. Muchos analistas consideran más real la posibilidad de que el Banco Central Europeo rebaje sus tipos de interés -en el 3,25%- a que lo haga la Fed.
Asimismo, los expertos recomiendan ir saliendo de los tramos más largos de la curva para invertir en los más cortos. Estos bonos se benefician de las subidas de tipos oficiales. 'Como alternativa, los inversores deberían considerar un trasvase de fondos a bonos corporativos', sostienen en West AM. Si el escenario que se esconde detrás de la subida de las rentabilidades es correcto (una recuperación económica modesta), estos bonos se verán claramente favorecidos'.