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Venezuela

Un gran despliegue militar mantuvo la calma en la huelga general contra Chávez

La tranquilidad dominó la jornada de huelga convocada ayer en Venezuela contra el presidente, Hugo Chávez. El Gobierno ordenó un gran despliegue militar y policial para asegurar la calma en las principales ciudades del país durante las 12 horas que duraba la huelga (de seis de la mañana a seis de la tarde, hora local).

El seguimiento de la huelga, cuyo objetivo era exigir elecciones anticipadas, fue interpretado de forma dispar por los organizadores y el Gobierno. Mientras los primeros afirmaron que la huelga la había seguido más de un 90% de la población, el Ejecutivo de Chávez despreció el seguimiento, asegurando que el país había funcionado con total normalidad.

En Caracas, la mayoría de los comercios permanecieron cerrados, a excepción de las panaderías, las tiendas de comida y los quioscos de prensa, pese a que los periódicos se sumaron a la huelga.

El transporte público, incluido el metro de Caracas, circuló normalmente, aunque la mayoría de los taxis y autobuses llevaban pocos usuarios.

Los centros privados de enseñanza no abrieron sus puertas, a diferencia de muchas escuelas públicas, en las cuales destacó la ausencia de profesores y alumnos.

El sector petrolero no se sumó a la huelga, aunque algunos empleados administrativos de la estatal Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA), no acudieron a sus puestos de trabajo.

'Todo funciona con normalidad. Trabajamos muy fuerte la semana pasada para que todo se desarrolle normalmente hoy. Aquéllos de nosotros que no están trabajando son personal administrativo, y entiendo que el personal operativo está allí para asegurarse de que las operaciones continúen', dijo un gerente de PDVSA. Según fuentes de navegación, las exportaciones de crudo se despacharon sin problemas.

El mayor sindicato petrolero, Fedepetrol, no participó en la protesta.

Carlos Fernández, el líder de la patronal venezolana Fedecámaras, calificó de 'rotundo éxito' la huelga, que, según afirmó, fue seguida por la mayoría de las 23 regiones del país. 'Este contundente paro cívico debe ser evaluado por el Gobierno, que debe dar una respuesta pronto; hoy si es posible', dijo Fernández en referencia al adelanto de la convocatoria de elecciones para echar a Chávez del poder.

Carlos Ortega, presidente de la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y principal promotor de la protesta, anunció que si el Ejecutivo no anunciaba ayer mismo las elecciones anticipadas, desarrollarían 'nuevas acciones a partir de mañana'. De ellas sólo especificó la recogida de firmas para lograr la consulta popular en los próximo meses, un mecanismo que recoge la Constitución.

Chávez, que vivió ayer la tercera huelga general en un año, ya ha advertido que no cederá. El vicepresidente venezolano, José Vicente Rangel, recomendó a la oposición 'no seguir convocando' huelgas 'porque les espera el fracaso' y reiteró el llamamiento al diálogo que promueve el Ejecutivo.

Chávez propuso un proceso de diálogo nacional el 14 de abril, al volver al poder después del golpe de Estado que le mantuvo alejado 48 horas.

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