El encarecimiento de la financiación lastra a los países emergentes
Brasil ha puesto este año todo su empeño en dar garantías a los inversores de la solidez económica del país, pero la estrategia ha fracasado. El índice riesgo-país, la prima de riesgo que deben rendir los bonos del Estado, ha crecido un 150% y el real ha perdido un 56% de su valor frente al dólar. Con el antecedente de la suspensión de pagos en Argentina, los inversores procuran retirar posiciones en Brasil y, por añadidura, en otras economías emergentes.
Los países en desarrollo empiezan a padecer así las consecuencias de una crisis de confianza. El índice EMBI, que mide la prima de riesgo del conjunto de emergentes, ha subido un 20% este año, pasando de menos de 600 a más 700 puntos básicos. Algunos expertos apuntan ya a México como el primer afectado.
'La prima de riesgo del país ha llegado a 4,5 puntos porcentuales sobre los bonos de EE UU, un nivel próximo a la crisis de 1997. Con la oposición de las Cámaras a las reformas económicas y la debilidad de EE UU destino del 90% de las exportaciones del país, los riesgos son claros', opina Rafael de Arce, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Otros especialistas tienen una visión más optimista respecto a México: 'El país tiene unos fundamentos económicos muy sólidos', señala Shelly Shetty, de Fitch. Los ingresos en divisas por la venta de petróleo, que se ha encarecido un 34% este año, han ayudado a México a paliar la mala situación externa.
Otro foco de atención es la gestión interna. 'Las necesidades de financiación para 2003 son de 58.000 millones de dólares (59.300 millones de euros), pero sólo una pequeña parte es pública. La vulnerabilidad de México dependerá del control de las fluctuaciones cambiarias a través de la política monetaria y del avance en las reformas', apunta Jesús Viejo, de Goldman Sachs.
Sin embargo, Shetty advierte de un riesgo palpable: 'Los bancos españoles y estadounidenses son los acreedores del 60% de la deuda en América Latina y más de tres cuartos en México. También son los más castigados en Brasil. Intentarán reducir su exposición al riesgo, precipitando una contracción del crédito que podría traducirse en presiones en el tipo de cambio y en el PIB'.
Con todo, los expertos creen que las economías emergentes están en buenas condiciones para afrontar los vaivenes de los mercados internacionales de capitales. Un informe de Fitch sobre 24 países cifra las obligaciones para 2003 en 467.000 millones de dólares (477.500 millones de euros), mientras que las reservas en divisas ascienden a 732.000 millones (748.460 millones de euros).