Retener las inversiones y el pago de la deuda, los retos urgentes de Brasil
Las miradas están puestas en la elección del equipo económico del nuevo Gobierno. 'Cuando se conozcan los nombres del equipo, el componente de incertidumbre desaparecerá', afirma Renato Baumann, director de la Comisión Económica de Naciones Unidas para América Latina (Cepal). La caída de la confianza de los inversores ha supuesto un desplome de la divisa brasileña, que se ha depreciado un 56,5% desde enero.
Además, el efecto contagio de la crisis argentina ha hecho mella en la economía vecina. 'El contagio se ha visto en la reacción de los inversores, que han actuado de forma exagerada cuando se han percibido problemas políticos', apunta Rafael de la Fuente, economista de BNP Paribas en Nueva York.
El riesgo-país de Brasil se ha disparado este año un 150%, desde los 800 puntos de enero hasta algo menos de 2.000 del pasado viernes.
El cambio de Gobierno y la ventaja de Luiz Inácio Lula da Silva, un candidato de izquierdas, en las encuestas despertó los temores entre los analistas. 'La confianza de los inversores no va a volver hasta que no vean que el próximo Gobierno es conservador', afirma De la Fuente.
En su opinión, es necesario que se continúe la política fiscal conservadora y una política monetaria restrictiva aplicada por el presidente, Fernando Henrique Cardoso, para forzar un recorte de los tipos de interés, que en la actualidad están en el 18%.
La posibilidad de una victoria de Lula da en parte al traste con esta idea. De momento, el candidato del Partido de los Trabajadores ya afirmó que no mantendría en su puesto al presidente del Banco Central, Arminio Fraga. No obstante, para tranquilizar a los mercados, Lula se comprometió a no romper el acuerdo alcanzado en agosto con el Fondo Monetario Internacional (FMI), por el que el organismo le autorizó un préstamo de 30.000 millones de dólares. De ellos, se han entregado 6.000 millones, pero el desembolso de los restantes 24.000 millones se negociará con el nuevo presidente. El requisito impuesto por el Fondo es tener un superávit fiscal del 3,75% del PIB.
Aunque Lula ha asegurado que continuará el acuerdo, 'los mercados no se han creído ese compromiso, por eso es indispensable que la formación de Gobierno sea rápida y se conjuren los fantasmas', señala David Beers, responsable de calificación de deuda de Standard & Poor's.
La convocatoria de elecciones coincide con la concentración de pagos de la deuda interna (que asciende a 173.000 millones de dólares) y externa (219.000 millones de dólares). Según Baumann, las empresas acuden al mercado para conseguir dinero y poder pagar sus deudas, y ello 'es el principal determinante de que el tipo de cambio esté injustificadamente alto'. La deuda está además afectada por la debilidad del real, pues un 40% de ella está indexada al dólar.
El tipo de cambio influye a su vez en los precios, por lo que algunos analistas pronostican un problema de inflación, que este año se espera alcance el 6,7%.
Como telón de fondo queda uno de los problemas de mayor tradición: la redistribución de la riqueza. De una población de 170 millones de personas, 43 millones son pobres. El paro, que se situó en el 7,2% en agosto, es una de las principales preocupaciones, según se reflejó en una encuesta de Datafolha, en la que el 42% de lo encuestados señaló el desempleo como el mayor problema.