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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Bolsas y prima de guerra

El acuerdo alcanzado la tarde del martes en Viena entre representantes de Irak, Naciones Unidas y el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) provocó la mayor subida de los tres últimos meses en un solo día en las Bolsas estadounidenses. La mejora se extendió ayer a los mercados europeos, que experimentaron alzas del 3% como promedio. La respuesta contundente de EE UU, al asegurar Colin Powell, secretario de Estado, que su país está dispuesto a impedir la vuelta de los inspectores de la ONU a Irak no ha sido escuchada por los mercados con tanto interés como hace unos meses, como tampoco la autorización de la Cámara de Representantes al presidente Bush para 'defender los intereses de EE UU contra la amenaza' de Irak. La sensación ahora es que la guerra entre EE UU e Irak puede evitarse.

A este cambio de percepción más optimista han contribuido en las últimas semanas las advertencias reiteradas de Alan Greenspan sobre los efectos negativos que el conflicto tendría sobre la economía de EE UU, en particular, y del resto del mundo, en general. Así como la presión en la misma línea que han ejercido los grandes organismos multilaterales como el FMI y, también, el alejamiento progresivo de muchos países de las tesis belicistas de la Administración Bush. Los mercados consideran, en este escenario, que los acuerdos de Viena aíslan más el virus de la guerra.

La reacción súbita de las Bolsas a este fenómeno es tan normal como deseable, porque en el proceso de deterioro que han vivido los índices los últimos meses, el ambiente y las tensiones prebélicas han tenido un peso singular. La sensatez de los agentes financieros y bursátiles se manifestará ahora con la importancia que se le otorgue a la disipación de los temores a la guerra en el movimiento de recuperación. Como ha sucedido en otras muchas ocasiones, los movimientos pendulares, el paso del blanco al negro sin tregua, no son buenos aliados de los mercados.

Quienes invierten en Bolsa tienen muy claro que la incertidumbre que genera cualquier situación geopolítica encrespada pasa factura a los precios de las acciones, y al revés. Es fácil pronosticar, así, que los mercados recuperarán el pulso a medida que esta situación se clarifique. Sin embargo, conviene no olvidar que, además del clima prebélico, hay otras incógnitas a despejar como los resultados empresariales y Latinoamérica.

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