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Andalucía

La Junta exporta el modelo de empresas de economía social

Al concluir la guerra civil, el primer problema que tuvo que abordar la Administración salvadoreña fue qué hacer con los viejos combatientes y, lo que era más importante, cómo devolverlos al mundo laboral.

Así fue como se fijó en el modelo andaluz de escuela de empresas, una fórmula prevista para fomentar la creación de cooperativas y sociedades laborales entre colectivos como las mujeres y los jóvenes con más dificultades para la inserción laboral. Hasta ahora ha implantado dos escuelas, en Sonsonate y Nejapa, en las que se han fundado siete empresas.

Panamá ha sido el segundo país que ha importado la fórmula para crear empresas de economía social. Ya se han creado entidades de estas características en Colón y San Miguelito, en las que han germinado nueve empresas.

En conjunto, en Latinoamérica se han invertido en poner en marcha estas cuatro escuelas de empresas algo más de dos millones de euros, de los que la Junta de Andalucía ha aportado el 74%, y el resto, los Gobiernos de El Salvador y Panamá. Estos centros han favorecido una inversión de 617.592 euros en la creación de 16 empresas, que emplean a 76 personas.

La aceptación del modelo ha favorecido que se acabe de firmar un acuerdo con el Gobierno de Guatemala para instalar otro centro de estas características.

Pero la exportación de la fórmula andaluza para crear cooperativas no se circunscribe exclusivamente a Latinoamérica. Actualmente están en fase de edificación otras dos escuelas en las ciudades marroquíes de Beni Makada, en la provincia de Tánger, y Sidi el Mandri, en Tetuán, con un presupuesto global de un millón de euros, que en un 79% es satisfecho por la Junta de Andalucía.

Ahora está a punto de iniciarse el proceso de selección de los directores técnicos de estos centros, de modo que en julio de 2003 empezarán a seleccionarse los proyectos empresariales que aspiren a instalarse en ambos centros.

Financiación local

Aunque la expansión exterior de las escuelas de empresas sigue las rutas abiertas por la Administración andaluza en sus políticas de cooperación internacional 'y las inversiones se hacen sin ánimo de reversión', según apunta el director general de Economía Social de la Junta, Fernando Toscano, también requieren que un porcentaje significativo del capital sea aportado por el Gobierno de cada país. 'De esa forma buscamos que se impliquen en los proyectos para garantizar su continuidad y supervivencia', apunta Toscano.

La colaboración andaluza, además del aspecto económico, incluye la aportación de conocimientos, colaboración en la selección de las empresas y del personal técnico y durante tres meses formar en Andalucía a los directores de los centros extranjeros. 'En este tiempo se les facilita la convivencia en varias escuelas de la comunidad para que conozcan las fórmulas que se aplican a entornos rurales y urbanos, en unos casos con escuelas más enfocadas hacia la actividad industrial y, en otros, en el sector servicios', explica.

Además, a través de una comisión técnica de seguimiento, mantiene bajo control la actividad y decide las reestructuraciones que haya que aplicar.

El perfil del emprendedor que acude a la escuela, como ocurre en Andalucía, es una persona profesionalmente cualificada que, sin embargo, tiene ciertas dificultades para integrarse en el mercado laboral y carece de conocimientos suficientes para crear y gestionar una cooperativa o sociedad laboral.

En la escuela, en primer lugar, recibe enseñanzas teóricas sobre gestión y administración de empresas, se le enseña a hacer su plan de negocio y durante un periodo de tres años, al tiempo que se le proporciona un local, está permanentemente sometido a control tutorial.

Fernando Toscano aprecia que existen grandes similitudes entre los emprendedores de economía social andaluces y latinoamericanos, a pesar de las evidentes diferencias sociales, económicas y culturales. 'Siempre son buenos profesionales que no tienen capacidad para hacer llegar sus productos al mercado, que les faltan conocimientos técnicos'. En este sentido, señala cómo 'hay, por ejemplo, buenos carpinteros que, no obstante, no saben cómo vender su producción y desconocen cómo hacerla llegar a los mercados'. Y en cuanto a las actividades, 'también se repite el tipo de empresa que se crea en Andalucía'.

Por ejemplo, en El Salvador tres hombres y una mujer, antiguos combatientes integrados en el Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí han creado Importadora Loboparts, una firma que importa y distribuye bicicletas, al tiempo que también fabrica accesorios y repuestos.

También hay otros perfiles. Es el caso de los cooperativistas de Informática Servipc, empresa fundada por seis ingenieros electrónicos e informáticos, todos menores de 35 años, que han creado la primera firma que se dedica a actividades informáticas en Sonsonate, localidad de 76.000 habitantes en el norte de El Salvador.

148 nuevas cooperativas hasta junio

 

Andalucía tiene en este momento operativas 77 escuelas de empresas que en el primer semestre del año han impulsado la creación de 148 cooperativas y sociedades laborales. Entre todas han generado 666 puestos de trabajo y 33,6 millones de euros de inversión.

 

 

 

 

 

 

 

La Junta andaluza puso en marcha este programa hace diez años con el objetivo de favorecer el espíritu emprendedor en entornos desfavorecidos, como el medio rural, y en colectivos con menos posibilidades de acceder al mercado de trabajo.

 

 

 

En este periodo se han creado 568 cooperativas que han generado 2.665 empleos y una inversión global de 42,3 millones de euros. A comienzos de este año el programa se ha completado con una Red de Agencias para la Economía Social que, con el mismo objetivo. æscaron;nicamente se diferencian en que las agencias no disponen de naves industriales para empresas.

 

 

 

El objetivo marcado por la Junta de Andalucía para este ejercicio pasa por agregar 14 escuelas más a las 77 que ya operan y elevar el número de agencias a 32. De este modo, pretende cubrir toda la región.

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