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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Inundaciones en Europa

Desde Alemania hasta Rusia, pasando por Austria, Eslovaquia y la República Checa, Gobiernos de todo signo político tienen hoy una única prioridad: rescatar y poner a salvo al mayor número de personas posible. Las inundaciones que asolan Europa Central y del Este se han cobrado ya un centenar de víctimas mortales, han dejado a cientos de miles de personas sin hogar y están destruyendo las cosechas, los tendidos eléctricos, las redes telefónicas y las plantas industriales de las regiones afectadas. Crece, además, el riesgo de vertidos contaminantes (ayer se produjo uno en una planta química cercana a Praga) que pueden diseminarse por el corazón del continente a través de los caudales del Danubio y el Elba.

La gravedad de los hechos es tal que algunos Gobiernos han cambiado de forma radical el guión de su agenda política para avisar de que no escatimarán gastos en tareas de reconstrucción y que el equilibrio presupuestario es un lujo que no pueden permitirse en estos momentos. En Alemania, el canciller Gerhard Schröder (en plena campaña electoral) ya ha dicho que 'no le interesa en absoluto' el límite de déficit del Pacto de Estabilidad. El Gobierno austriaco también ha avisado que el objetivo de equilibrio presupuestario 'queda en el asiento de atrás'. Y el propio presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, reconoce por primera vez en público lo que resulta obvio, que los países que integran la unión monetaria pueden cambiar las condiciones del pacto si así lo deciden.

Oficialmente, todos los Gobiernos mantienen sus compromisos con el acuerdo que sirve de pilar para la estabilidad económica de la zona euro. Pero la desaceleración económica ha hecho que muchos países tengan dificultades para cumplir los objetivos de reducción del déficit (Alemania, Francia, Italia, Portugal...). Y el mandato de ajuste fiscal choca de frente con las promesas de bajadas de impuestos hechas por los Gobiernos de Berlusconi y Raffarin. De ahí que cada día surjan globos sondas, sobre todo desde Italia, a favor de una 'flexibilización' de los objetivos del pacto y una 'reinterpretación' del mismo, para dar más prioridad al crecimiento que al equilibrio de las cuentas públicas.

La situación de emergencia creada por las inundaciones es innegable. Pero también lo es que algunos Gobiernos intentarán aprovechar esta crisis para justificar un cambio en los objetivos de estabilidad fiscal que pensaban forzar en cualquier caso. Si esto ocurre, la UEM puede caer en una dinámica peligrosa de elevados déficit fiscales, similar a la adoptada por Estados Unidos desde la llegada al poder de George Bush. El líder republicano justificó con 'la guerra contra el terrorismo' un déficit generado por la crisis económica (agravada por el estallido de la burbuja de las tecnológicas) y la fuerte bajada de impuestos. En Europa se corre el riesgo de que la tragedia de estas inundaciones se convierta en la mejor excusa para autorizar déficit destinados a bajadas de impuestos electoralistas.

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