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Transparencia

Los directivos de EE UU apuran el plazo para firmar las cuentas de sus empresas

Las empresas estadounidenses apuraron el plazo para ratificar sus cuentas de resultados ante la SEC, la autoridad bursátil estadounidense. Ayer debían estar registradas las declaraciones juradas de los consejeros delegados y directores financieros de unas 702 compañías.

Sólo 307, menos de la mitad, cumplieron en los días anteriores. Por lo tanto, ayer debían hacerlo 395 compañías, un 56% del total.

En un intento de enfriar la polémica y en previsión de una avalancha documental de última hora, la SEC anunció que no dará a conocer cuántas empresas han entregado las firmas hasta la próxima semana. El plazo acabó a las 5.30 de la tarde de ayer en Washington, 11.30 de la noche hora peninsular.

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Las declaraciones fueron reclamadas por la SEC el pasado 27 de junio a las 947 mayores empresas de Estados Unidos, de las cuales 702 -las que cierran el segundo trimestre fiscal el 30 de junio- tenían hasta ayer para hacerlo.

El máximo ejecutivo y el director financiero de cada empresa deben declarar bajo juramento, en documentos separados, que las cuentas anuales de 2001 y las trimestrales de 2002 son correctas y han sido revisadas con los comités de auditoría o bien explicar qué irregularidades se han detectado y en qué plazo se habrán modificado las cuentas si es preciso.

La petición de la SEC, que se adelantó en un mes al paquete legislativo contra el fraude impulsado por George Bush, causó revuelo entre los directivos de grandes empresas, algunos de los cuales no confirmaban pocas horas antes de vencer el plazo si iban a poner sus firmas como garantía de las cuentas.

Con retraso

Delphi había sido, el 18 de julio, la primera compañía en entregar las firmas de sus ejecutivos. Por el contrario, grandes grupos como AOL Time Warner anunciaron sólo a última hora que lo harían.

Entre las empresas que tenían que cumplir ayer figuran Microsoft, General Motors, Wal-Mart, Coca-Cola, IBM, Dell, Nike, Pfizer, Philip Morris y Procter & Gamble.

Otras compañías no pudieron responder al requerimiento de la SEC, como las operadoras de telecomunicaciones Worldcom, Qwest y Adelphia, o las energéticas Enron y CMS Energy, que están siendo investigadas por falsedades contables. Ayer otra energética, Nicor, anunció que no entregaría las firmas en el plazo previsto porque está revisando sus cuentas, lo que, según avisó, podría afectar a beneficios pasados.

La SEC había adelantado que no tendría tiempo de colocar en su página web todas las certificaciones que esperaba recibir ayer, ni tampoco preveía difundir un comunicado. La norma obliga a las empresas a publicar esos documentos también en sus propios sitios de Internet.

Ayer no estaba claro qué consecuencias tendría para las empresas incumplir la instrucción de la SEC. El regulador bursátil sólo anunció que estudiará 'caso por caso'.

La firma del máximo ejecutivo y el director financiero es mucho más que un trámite. Según la nueva ley antifraude, los culpables de falsificación contable pueden ser condenados a 20 años de prisión y cinco millones de dólares de multa.

Los expertos discrepan sobre la efectividad de la norma. 'Ahora los comités de auditoría empiezan a asumir un mayor control en las empresas, pero no por la ley, sino porque sus miembros se han dado cuenta de sus responsabilidades', opina Roman Weil, profesor de contabilidad de la Escuela de Negocios de la Universidad de Chicago.

La opinión general es la de que las medidas antifraude tardarán en lograr su objetivo de restaurar la credibilidad de empresas e instituciones. Para María del Valle, de las Cámaras de Comercio, 'la sucesión de escándalos ha mermado la confianza de consumidores, empresarios y empleados'. Devolver esa confianza llevará tiempo. Según César Cantalapiedra, de Analistas Financieros Internacionales, 'sería muy duro que apareciera otro escándalo, porque el mercado lo vería como empezar de nuevo'.

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