Los expertos ven poco verosímil que EE UU sufra una crisis tan aguda como la de Japón
La simple mención a la crisis japonesa provoca escalofríos a muchos bolsistas. No es para menos. Un accionista que hubiera comprado una cesta de valores del Nikkei a finales de 1989 todavía no se habría recuperado del varapalo sufrido en su cartera. Es más, las pérdidas superarían a día de hoy el 75%. Por su parte, el S&P 500 ha caído un 45% desde que alcanzara su punto más alto el 24 de marzo de 2000 y son muchos los que consideran que aún puede bajar más.
Credit Suisse First Boston (CSFB) publicaba la semana pasada un estudio sobre el paralelismo entre las burbujas japonesa y estadounidense. La conclusión es que es muy difícil que una crisis como la de Japón, que dura ya más de 12 años desde que la Bolsa tocó el máximo histórico, se repita en EE UU. La economía estadounidense posee diferencias muy importantes desde el punto de vista regulatorio, de política económica, de precios de la vivienda y de fortaleza del sistema financiero que le blindan, de alguna manera, de una crisis tan profunda como la japonesa.
Sin embargo, el mismo estudio refleja que existen sorprendentes similitudes entre los sucedido en Japón hace poco más de una década y la situación actual de las Bolsas estadounidenses.
Los analistas de CSFB han comparado el comportamiento de los índices S&P 500 y el Topix de la Bolsa japonesa desde que ambos indicadores alcanzaron el punto más alto. La evolución del rendimiento mostrado por ambos índices desde ese punto es extraordinariamente similar y, de cumplir con el mismo patrón, el S&P 500 debería tocar suelo alrededor de los 600 puntos dentro de tres o cuatro meses, lo que implica que podría caer aún un 28% más.
El estudio de CSFB compara también la evolución del rendimiento mensual de los índices tomando como punto de partida 10 años antes de que ambos alcanzaran su punto más alto. De nuevo, el comportamiento es muy parecido, sobre todo en la fase posterior al pinchazo. Asimismo, el gráfico muestra que la Bolsa japonesa no encontró un nivel de soporte hasta dos años y siete meses después de los máximos, para moverse luego en paralelo prácticamente hasta hoy.
CSFB se ha fijado también en la evolución de dos variables económicas (el consumo personal y la inversión en bienes de equipo) estableciendo el mismo punto de partida, un periodo situado 10 años antes del máximo de los índices.
En el gráfico que representa al consumo, 'la tendencia es deslumbrantemente similar, como si la serie de EE UU fuera simplemente una versión corregida de la japonesa', apunta el informe de CSFB. 'No creemos que se produzca un colapso del consumo como ocurrió en Japón. No obstante, el gráfico nos sugiere que a partir de 2003 el consumo de EE UU se aposentará alrededor del 2% o en una banda del 1% al 3%, en términos interanuales', añaden estos expertos.
El crecimiento de la inversión en bienes de equipo en ambos países es también similar. No obstante, destacan en CSFB, refleja que EE UU ha sabido atajar de forma más rápida el exceso de capacidad productiva. El gráfico muestra cómo la inversión en Japón no dejó de crecer hasta dos años después de que el Topix alcanzara su máximo histórico y la fase de corrección se prolongó durante otros dos años.
Pese a todas estas coincidencias, en CSFB opinan que es muy difícil que la economía estadounidense se enfrente a 10 o 12 años de crisis. Así, destacan que la Reserva Federal ha sido mucho más ágil que el Banco Central de Japón una vez estalló la burbuja. Los tipos de interés reales se han situado en EE UU en niveles cercanos a cero en menos de dos años, mientras que en Japón tardaron más de cinco años en alcanzar ese nivel. 'Las rebajas de tipos han servido de poco para espolear a las Bolsas o mejorar la inversión, pero sí que ha animado el mercado de la vivienda y ha proporcionado liquidez al sistema financiero', apuntan en CSFB.
Por otro lado, insisten en CSFB, EE UU, gracias a un mayor crecimiento demográfico y la mayor oferta de terreno disponible, no ha sufrido una burbuja inmobiliaria como la que vivió Japón en los ochenta.