Medicamentos sin control invaden la Red
La venta de fármacos por Internet ha crecido en los últimos años, alarmando a los Gobiernos. La Unión Europea busca la forma de regular una actividad peligrosa e ilegal
El Zoloft es un antidepresivo indicado para el tratamiento de trastornos obsesivo-compulsivos y ataques de pánico. Comercializado en España bajo el nombre de Besitrán, provoca graves efectos secundarios y su tratamiento debe efectuarse bajo estricto control médico. Sin embargo, en Internet es tan fácil obtenerlo como la última novela del escritor de moda. Su elevado precio, 153 euros, no es impedimento para que miles de personas lo compren diariamente en farmacias virtuales radicadas en Nueva Zelanda, Tailandia o Brasil. Lo mismo ocurre con los comprimidos de la popular Viagra.
Mientras en España hace falta receta médica para obtenerlos, ya que está indicado sólo para personas con disfunción eréctil, su consumo está al alcance de cualquiera con sólo teclear las múltiples direcciones web, que como www.ispexplorer.co.uk, se comprometen a enviarlo en un plazo máximo de 48 horas.
La venta de medicamentos, con o sin receta, a través de Internet ha experimentado en los últimos años un espectacular aumento, hasta el punto de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se ha visto obligada a emitir varias recomendaciones al respecto, advirtiendo de que 'la venta incontrolada de fármacos por la Red representa un peligro para la salud pública y un riesgo real para los pacientes'.
Garantía de calidad
En concreto, la OMS alerta sobre la dudosa calidad de los productos ofertados en Internet, ya que las farmacias virtuales no tienen concesión para vender medicamentos y no existe garantía alguna sobre la calidad de los fármacos que ofrecen. Justamente esta semana, más de 200 ciudadanos japoneses enfermaron gravemente y cuatro murieron, tras ingerir píldoras para adelgazar que contenían fenfluramina, una sustancia que la Dirección de Alimentos y Fármacos de Estados Unidos retiró del mercado en 1997, tras hallar evidencias de que puede dañar las válvulas del corazón cuando se combina con otros compuestos.
Los afectados no pueden reclamar ninguna responsabilidad al Ministerio de Sanidad japonés, ya que la mayoría de los fármacos, fabricados en China, se adquirieron por Internet. Las autoridades japonesas, impotentes, afirman no poder hacer mucho más que advertir a la población de los riesgos de adquirir medicamentos fuera de las vías legales, lo mismo que les está ocurriendo ahora a todos los países europeos.
Este creciente problema ha hecho que la Confederación alemana de Farmacias haya impulsado la recogida de firmas en su país para pedir la prohibición de la venta de medicamentos por catálogo y a través de la Red. La primera semana de julio habían apoyado la iniciativa 7,7 millones de personas, la mayor recogida de firmas realizada nunca allí. Aunque en Alemania existen leyes muy restrictivas sobre este tema, los farmacéuticos quieren ir más allá e impedir que los ciudadanos alemanes adquieran medicamentos por Internet en otros países europeos, como Holanda y Reino Unido, donde está permitido vender fármacos que no precisen receta.
El blanco de las quejas alemanas se dirige a la farmacia virtual más popular dentro de la UE, la holandesa DocMorris, que consigue el 70% de sus ingresos desde Alemania. Este establecimiento en la Red ofrece un amplísimo catálogo de medicamentos, con o sin prescripción médica. Desde anabolizantes como Andriol hasta productos dietéticos con riesgos para la salud como Xenical, pasando por la demandada Viagra. La forma de pedir el fármaco es sencilla.
El cliente sólo tiene que rellenar un breve cuestionario con sus datos personales e ir metiendo en la cesta de la compra los medicamentos que desee. La factura se carga en la tarjeta de crédito del interesado y los productos llegan en dos o tres días al domicilio del paciente, si es un país de la UE. DocMorris, que tuvo un beneficio de cinco millones de euros en 2001 con sólo dos años de funcionamiento, se jacta en su web de ser una farmacia totalmente normal, con un farmacéutico licenciado al frente, cuya única diferencia es que su canal principal de ventas es Internet.
Los farmacéuticos españoles se muestran contrarios a estas prácticas. 'Una función de la farmacia es la custodia y conservación de los medicamentos, y es ahí donde tiene la responsabilidad el farmacéutico. Internet no cumple esto. Cuando el ciudadano compra un medicamento por la Red no tiene garantías de que lo que viene dentro de la caja sea lo que se piensa', afirma Isabel Vallejo, presidenta de la Federación Empresarial de Farmacéuticos Españoles.
Camuflados como juguetes
También piensa así Luz Lewin, directora técnica del Grupo Cofares. 'La prohibición actual de venta de medicamentos por Internet tiene una justificación sanitaria', asegura. 'Los fármacos, desde su producción, van pasando de un director técnico a otro hasta que llega a la farmacia. Con Internet se pierden las buenas prácticas de distribución del producto, la garantía de que los medicamentos han sido conservados en las condiciones adecuadas'.
La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) comprobó esta falta de control con un estudio práctico que llevó a cabo hace unos meses, comprando en 10 farmacias virtuales medicamentos que necesitan prescripción médica en España. En cinco casos el envase original había sido abierto y se mandaban directamente los blíster con los comprimidos. En el caso de tres fármacos, Tamalon, Andriol y Fluoxetina, llegaron sólo los comprimidos con los blíster envueltos en papel carbón y en papel de periódico, dentro de sobres normales de correo aéreo.
'Es un mercado clandestino que no tiene fronteras', afirma José María Múgica, director general de la OCU. 'Los Gobiernos sólo pueden luchar contra él de dos formas. Una, lanzando campañas masivas de concienciación para que la población sea consciente de los riesgos. Otra, extremando las barreras y el control en las aduanas'. Un trabajo sumamente difícil, ya que los medicamentos llegan camuflados en cajas con etiquetas identificativas con términos como 'juguete para niños Lego', 'ratón de ordenador' o 'maquillaje', según ha comprobado la OCU.
La ilegalidad de este tipo de comercio está haciendo difícil que las autoridades cuantifiquen el negocio que genera. En España, según el Ministerio de Sanidad, no llega al 0,04%, referido además al 20% de los hogares que tienen acceso a Internet. 'Una actividad residual, pero hay que ponerle coto para que no vaya a más', afirma la presidenta de la federación de farmacéuticos.
Está previsto que la Unión Europea se pronuncie sobre esta cuestión en los próximos meses para tratar de establecer una norma común en todos los Estados miembros en un tema que genera muchos intereses enfrentados y requiere cooperación internacional. No parece haber consenso entre los diferentes países europeos. Mientras que Alemania, por boca de su ministra de Sanidad, Ulla Schmidt, se muestra partidaria de legalizar las farmacias virtuales 'porque lo demandan los consumidores', España insiste en que es un riesgo para la salud y que la prohibición debe extenderse a toda la Unión Europea.
'Bruselas ha presentado ya una propuesta de modificación de la actual ley, para permitir que en determinadas áreas terapéuticas, como sida, asma y diabetes, los laboratorios farmacéuticos puedan facilitar información y medicamentos con prescripción médica a través de Internet', explica Alfonso Rodríguez, subdirector de Asistencia y Prestación Farmacéutica, perteneciente al Ministerio de Sanidad.
Otras voces abogan por crear un certificado de calidad que se otorgue a las farmacias virtuales que cumplan los criterios para la venta de medicamentos.
La OCU, por su parte, no es contraria a las farmacias en Internet, 'siempre y cuando cumplan los mismos controles y tengan las mismas garantías que los establecimientos físicos', afirma José María Múgica. 'El problema es que los farmacéuticos se muestran totalmente contrarios porque ven amenazado su negocio, ya que permitir la venta en línea supondría ampliar el número de licencias de farmacias'.
Los farmacéuticos españoles, por su parte, se oponen a legalizarlo alegando que 'con Internet se pierde el valor añadido del contacto personal con un profesional, la educación del especialista al paciente, que le habla de pautas y de cómo ingerir un determinado fármaco. Los farmacéuticos somos los ingenieros del medicamento y conocemos todas sus interacciones', según explica la directora técnica del Grupo Cofares. Esta especialista afirma no ver ventajas en la compra de fármacos por Internet, ya que desde un punto de vista logístico no es rápido y, además, hay una farmacia muy cerca de cada hogar.
Atraídos por los fármacos baratos y milagrosos
Enfermos terminales, personas obesas, pacientes con patologías que les causan vergüenza, etcétera se dejan atraer, en su desesperación, por los productos milagrosos que se ofrecen en Internet. æpermil;ste es uno de los perfiles más comunes del comprador de medicamentos a través de la Red, pero hay otras razones, como la de saltarse las leyes y adquirir fármacos prohibidos en el país del demandante, o que requieran prescripción médica.
Otra motivación puede ser que el medicamento sea caro y se trate de conseguirlo más barato. Sin embargo, en la OCU advierten que 'si alguien pretende comprar fármacos con la esperanza de ahorrarse dinero, se llevará un buen chasco'. En su informe, la OCU ha comprobado que en los productos que se venden en la Red y en España hay diferencias de precio de más del doble. Por ejemplo, la Viagra cuesta en Internet unos 83 euros, mientras que en la farmacia española la misma cantidad cuesta 35,56 euros.
Venta de medicamentos a granel
'Nos interesa entablar relación comercial. Somos fabricantes de medicamentos de línea humana (sic). Le proporciono teléfonos para contactar con nosotros y para que conozca nuestra línea de productos y precios con interesantes ofertas y descuentos'. En la sección compraventa de la página web buscamed.com se ofrecen medicamentos a granel a precios muy competitivos para que cualquiera pueda montar una farmacia en Internet sin necesidad de acudir a los laboratorios.
Desde la web se asesora acerca de los requisitos legales para comenzar a vender fármacos en la Red. Pero en Buscamed no sólo se ofrecen medicamentos. También es posible adquirir todo tipo de instrumental médico, desde ecógrafos hasta marcapasos, e incluso hay una oferta de venta de una 'clínica con quirófano'.
Mucho más peligroso es el apartado sobre enfermedades. Ahí se leen ofertas como la que sigue: 'Vendo riñón por motivos económicos. Soy un chico normal y sano, y el precio del riñón son 50.000 dólares'. El donante se ofrece a ampliar la información en una dirección de correo electrónico privada de Yahoo.