La movilidad laboral no avanza
Carencias en formación, infraestructuras e intermediación frenan la reducción del paro
Aumentar la movilidad de los trabajadores es una ambición antigua. Ese objetivo, aprobado en la cumbre Europea de Barcelona, es una de las constantes reivindicaciones del Fondo Monetario Internacional y de otros institutos mundiales. Antes de las elecciones generales de marzo de 2000, el Gobierno ya dijo que esta era una de sus prioridades económicas y pidió un informe al Consejo Económico y Social. Aunque las grandes empresas tienen suficientes recursos para desplazar según convenga a su masa de trabajadores, no ocurre lo mismo con las pymes.
Según Manuel de la Rocha, abogado de la UGT, miembro del Consejo Económico y Social (CES) y ponente en el informe sobre movilidad encargado a ese organismo por el ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel, el Gobierno se equivoca al pensar que la movilidad laboral puede acabar con el paro. Explica que en España 12 provincias tienen menos del 10% de paro. En unas pocas es inferior al 5%, considerado paro friccional, mientras que en otras 12 la tasa de paro es superior al 20%.
El Gobierno, dice De la Rocha, se confunde al pensar que si los desempleados se desplazaran, se equilibraría la estadística. En su opinión, lo que de verdad ocurre es que las provincias con menos paro están perdiendo población, como Huesca, Teruel o Soria. No es que esas provincias tengan una economía tan dinámica que han terminado con el paro, sino que, muy al contrario, se están desertizando. En su opinión, los parados no se desplazan porque sólo en cuatro provincias hay pleno empleo. No es que dejen de hacerlo por gozar de excesiva protección, sino que no tienen esperanza de encontrar trabajo en otro sitio.
El sistema tradicional del boca a boca sigue siendo la forma habitual de cubrir los puestos de trabajo en España
Infraestructuras e intermediación
El segundo problema que menciona De la Rocha para explicar la inmovilidad es la existencia de un desajuste entre las necesidades de las empresas y la formación que se imparte. Denuncia, por ejemplo, que en España casi no hay encofradores, a pesar de que son muy demandados. En Córdoba, explica, en 2000 había al mismo tiempo un 32% de paro y una gran demanda de trabajadores de la construcción.
Otra barrera que impide la movilidad es la carencia de infraestructuras y una falta de servicios que impiden reajustar la situación de las familias. La mayor dificultad es el elevado coste de la vivienda en propiedad y la escasa oferta de alojamientos de alquiler. De modo que, según Julián Ariza, representante de CC OO en el CES, si el trabajador hace cuentas antes de mudarse a otra región, como cabe suponer, verá que las diferencias en el coste de la vivienda superan a las diferencias salariales que podría conseguir.
Ariza afirma que en Madrid la vivienda es un 300% más cara que en Extremadura. Sin embargo, la diferencia de renta entre la comunidad más afortunada, que es Navarra, y la más modesta, que es Extremadura, es de sólo un 50%. Y añade que 'más empleo suele coincidir con los lugares donde la vivienda es más cara'. Además, si hablamos de trabajadores temporales, 'tienen que asumir simultáneamente el coste de la vivienda de origen y el de la temporal'.
José de la Cabada, representante de la CEOE en el Consejo Económico y Social, también opina que 'el problema de la vivienda es básico'. En su opinión, es la partida que 'absorbe la mayor parte del esfuerzo financiero de las familias, lo cual produce apego y provoca que el alquiler no tenga suficiente demanda'. También fallan otras infraestructuras, 'como la cantidad de plazas de guardería'.
Cuando elaboró su informe sobre movilidad, el CES descubrió que el Inem sólo llega a tramitar el 10% de los contratos laborales que se firman en España, explica De la Rocha. En su opinión, las principales razones son dos. Primero, la escasa confianza de los empresarios en el sistema público de empleo. Pero aún 'más grave' es la falta de conexión entre unas oficinas del Inem y otras. Explica, por ejemplo, que según observó el CES, 'en las oficinas públicas de empleo de Lugo ni siquiera tienen los datos de las que hay en Mondoñedo, que está a 60 kilómetros, así que no se puede ni pensar en que dispongan de información sobre las ofertas existentes en Cataluña o en Canarias'. Esto, dice De la Rocha, se agrava aún más porque las transferencias a las comunidades autónomas en materia de empleo se han hecho de forma desordenada y sin haber previsto un marco legal adecuado.
Según Ariza, siendo España un país con tradición migratoria, resulta que el análisis de nuestras migraciones, y en particular de la movilidad geográfica, 'tropieza con escasa información estadística, de modo que es imposible precisar cuántos puestos están sin cubrir, en qué localidades y en qué oficinas, porque faltan datos'.
El propio ex ministro de Trabajo Manuel Pimentel, que fue quien encargó el informe sobre movilidad al CES, ahora está convencido de que vamos a 'necesitar más intermediación laboral', como afirmó en una reciente jornada de estudio organizada por Adecco y la APD. Afirma que el 'anacrónico boca a boca tradicional' sigue siendo la forma habitual de cubrir puestos de trabajo, y piensa que al trabajador debería bastarle con introducir sus datos en el sistema para poder obtener, sin ningún esfuerzo adicional, no sólo las ofertas existentes en España, sino también las que aparecen en el conjunto la UE.
Leyes sociales de los procesos migratorios
El ex ministro de Trabajo Pimentel afirma que existen unas 'irrefutables leyes sociológicas que condicionan la movilidad':
En todo el mundo las personas se desplazan de zonas de menos renta a regiones más ricas. 'Cuando a alguien le ofrecen más salario no duda en mudarse'.
La gente joven va del campo al pueblo, del pueblo a la ciudad, y de la ciudad a la gran ciudad. 'La dinámica comprobada es que si alguien de Cádiz encuentra trabajo en Barcelona, se desplaza al día siguiente'.
Los universitarios se van a Madrid o Barcelona, mientras Aragón o Andalucía tienen dificultades para retener a los jóvenes. En cambio, los que cobran salarios bajos nunca tendrán movilidad porque la diferencia de renta no compensa el mayor coste de la vivienda. 'Que se olvide de que se desplacen los no universitarios, más modestos y de más edad'.
Y, por fin, el problema del futuro ya no será la falta de migraciones, sino la simple escasez de personas en sí misma, pues España tiene la menor natalidad del mundo. 'Hay procesos demográficos de largo plazo predecibles'.
España tenía una gran natalidad que alcanza su máximo en 1978. Luego 'cae en picado brutalmente mientras en el resto de Europa disminuye con mucha mayor suavidad'. Esto se ha notado en los colegios, que 'alcanzaron un máximo de 5.200.000 alumnos y ahora sólo cuentan con 2.500.000'.
El ex ministro opina que la escasez de personas va a hacer más rígido el mercado de trabajo. Por eso hay que crear una legislación que permita una intermediación eficaz. 'Debemos ser ambiciosos. Es necesario que alguien busque un trabajo adecuado a mis cualificaciones, en cualquier parte de la UE, y me lo ofrezca'.