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Análisis

La paridad euro-dólar, una realidad

Vamos a analizar las razones que están llevando al euro a alcanzar niveles desconocidos frente al dólar desde hace 28 meses, tanto desde el punto de vista macroeconómico como técnico, y las previsiones del Grupo Analistas para los próximos meses.

La debilidad del dólar viene motivada principalmente por las siguientes razones:

En primer lugar, podemos afirmar que el dólar ha estado sobre valorado durante los últimos años y en cierta medida aún lo está. Este hecho viene refrendado por las medidas proteccionistas, restricciones al comercio y aranceles proteccionistas, impuestas por el gobierno de los EE.UU. La industria americana no es competitiva en muchos de los sectores básicos como el acero, la cual no viene motivada por la ineficacia en la gestión de sus recursos, si no porque simplemente comprar en los Estados Unidos es más caro que en otros mercados, como el europeo, que ofrecen los mismos estándares de calidad.

El cambio en los flujos de inversión que se han venido produciendo en los últimos trimestres están llevando a la depreciación del dólar. Durante los últimos años, Estados Unidos era objetivo de los inversores internacionales, principalmente por las importantes revalorizaciones que se obtenían. Tenemos que tener en cuenta que el inicio del fenómeno de Internet y en menor medida de las telecomunicaciones se ha producido al otro lado del Atlántico, y que las revalorizaciones esperadas tanto en renta variable como en renta fija eran espectaculares si tenemos en cuenta que el mercado parecía obviar el factor riesgo.

Una vez que se ha demostrado que se trataba de una burbuja financiera y que un alto porcentaje de los proyectos han fracasado, unido a la incertidumbre política y el miedo a nuevos atentados terroristas, ha originado una ralentización en la compra por parte de inversores extranjeros de acciones americanas y una moderación en la compra de bonos. La compra de renta variable en los primeros cuatro meses del año ha bajado a 25.500 millones de dólares comparado con los 47.200 millones del mismo periodo del año anterior. Esto se traduce en un cambio de flujos de capital que antes demandaba dólares y ahora invierte en otras divisas.

Como hemos visto, las inversiones no estaban exentas de riesgo, lo que unido a las dudas sobre la veracidad de los estados contables de las compañías estadounidenses ha vuelto a poner de manifiesto la vulnerabilidad de la divisa americana que se deprecia frente a la práctica totalidad de monedas. Si primero fueron las irregularidades contables encontradas en la empresa norteamericana de telecomunicaciones Worldcom, ahora la que parece encontrarse en problemas es Xerox. El sentimiento del mercado es que nuevos escándalos contables están por llegar y esa etapa en la que valía todo con tal de publicar excelentes resultados ha terminado.

El déficit por cuenta corriente, es sin duda alguna otro de los factores que está influyendo en la caída de la cotización del dólar. En los últimos meses ha aumentado y en estos momentos puede alcanzar el 4,5% del PIB americano, lo que tal y como se ha demostrado históricamente, ejerce una presión a la baja sobre la divisa.

En definitiva, los factores que acabamos de describir son el detonante para la depreciación del dólar y el motivo principal por los que el mercado está ignorando datos económicos alentadores que indican la recuperación del mercado americano, como por ejemplo la subida por encima de las expectativas de los analistas del ISM manufacturero (antiguo NAPM) de junio en Estados Unidos, el cual ha ascendido hasta los 56,2 puntos desde los 55,7 puntos del mes anterior.

La tendencia alcista del euro es evidente, sin embargo las intervenciones conjuntas por parte del BCE y de la Fed, unido a la preocupación mostrada por el G-8 ante los riesgos de una excesiva depreciación hacen pensar que la subida del euro va a ser moderada y por lo tanto desde el Grupo Analistas, contemplamos una gradual apreciación de la divisa europea hasta alcanzar la paridad en septiembre. Las apreciaciones continuarían hasta alcanzar un máximo de 1,02 a finales de 2002. A partir de entonces, creemos que podría recuperarse parte de la confianza en la economía estadounidense, que volvería a ser capaz de atraer capitales a un ritmo más elevado, lo que se traduciría una ligera depreciación del euro.

Estos ajustes que vaticinamos en el medio plazo, desde el punto de vista técnico a corto plazo indica que tras haber testado el lado superior del canal alcista desdoblado en el cual se encuentra inmerso, ha alcanzado niveles de resistencia situados en 0,9970 ­ 0,9986.

La sobrecompra que muestran los osciladores del modelo diario, RSI y STK lento, podrían respaldar el escenario de cesiones que hemos señalado, las cuales podrían corregir parte del fuerte movimiento alcista que ha sido observado en estas últimas jornadas. Las depreciaciones del euro podrían tener un carácter correctivo, que anticiparía a nuevas apreciaciones que lo dirigirían hacia los niveles de resistencia situados en 1,0089 -1,0120.

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