La dimisión de Arnault debilita la posición del presidente de Vivendi
El presidente del grupo francés LVMH, Bernard Arnault, disparó ayer toda una batería de interpretaciones tras presentar su dimisión como consejero en Vivendi Universal.
Arnault dimitió del cargo justo antes de que se reuniera el consejo de administración de Vivendi Universal. Con su actitud, provocó que de inmediato se valorara la posibilidad de que el propio Jean Marie Messier, presidente de Vivendi Universal, hiciera lo propio al perder uno de los más sólidos apoyos con los que ha contado durante la crisis bursátil y de resultados que sufre la compañía. La dimisión de Messier no llegó a producirse.
La salida de Arnault se produce al hilo del que fue el día más negro en la historia de la compañía desde la perspectiva de su evolución bursátil. El lunes pasado la cotización de sus acciones cayó un 23%, tras el anuncio de la venta de parte de su filial Vivendi Environemment, situando el valor de los títulos en su punto más bajo desde los últimos 13 años.
A falta de información oficial sobre las razones que han llevado a Bernard Arnault a dimitir, los analistas apuntaban a que ha decidido marcharse del consejo para dejar patente su desacuerdo con la forma en la que los principales accionistas de la compañía acordaron debilitar el mes pasado la capacidad de gestión de Messier. æpermil;stos acordaron formar un comité de dirección para supervisar la administración, sin consultarlo con el consejo de administración.
La salida de Arnault es la quinta dimisión que se produce en el consejo de Vivendi Universal desde principios de año. La última fue la dimisión forzada de Pierre Lescure, cofundador y primer ejecutivo de Canal +, filial de la multinacional francesa, que se enfrentó a Messier por el modelo de gestión en el grupo europeo de televisión de pago.
Después de la jornada negra del lunes, ayer las acciones de la compañía recuperaron una clara corriente alcista. El valor de los títulos se incrementó un 6,88%, hasta situarse en 20 euros.