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Bolsa

Bolsas y plataformas alternativas pugnan por el control de casar operaciones

A principios de año, Euronext elaboró un documento que abogaba por que las Bolsas o los mercados regulados fueran los únicos organismos autorizados para controlar la ejecución de órdenes de intercambio de acciones. Subrayaba que la calidad de los mercados financieros se veía seriamente dañada cuando las transacciones tenían lugar fuera de los canales tradicionales.

En los últimos años han nacido multitud de plataformas de negociación alternativas que ofrecen a los inversores contrapartidas de precio por cuenta propia. Al mismo tiempo, las grandes firmas de inversión han visto en esta actividad una oportunidad de negocio y han montado sus propias redes para casar las operaciones de sus clientes y las suyas propias al margen de los mercados regulados o tradicionales. Este tipo de operaciones, conocidas como internalización, no son más que una nueva versión de la tarea que tradicionalmente vienen ejecutando los creadores de mercado. El documento elaborado por Euronext pretendía alertar a la Comisión Europea de los peligros que supone para la transparencia y la fijación de precios que las firmas de inversión y las plataformas alternativas puedan ofrecer contrapartidas de precios sin un control exhaustivo del regulador. En este sentido, apuntaba que la internalización fragmentaba la liquidez y reducía la transparencia, lo que perjudicaba sobre todo al pequeño inversor, ya que distorsionaba los precios. Pero la posición de Euronext, secundada en España tanto por el presidente del holding de mercados, Antonio Zoido, como por Blas Calzada, de la CNMV, se ha encontrado con la protesta airada de diversas asociaciones profesionales de firmas de inversión. æpermil;stas, en un documento enviado a la Comisión Europea el mes pasado acusaron a Euronext de querer actuar como un monopolio. Así, argumentaban que sólo la competencia entre plataformas es capaz de ofrecer al inversor el mejor precio y reducir los costes de transacción, al tiempo que destacaban que la ejecución de órdenes en un único libro controlado por los mercados tradicionales no se adapta a las diferentes necesidades de los inversores. Su conclusión: el actual sistema funciona bien y no hay que cambiar nada, ya que se corre el peligro de que los grandes inversores desvíen sus órdenes a EE UU, donde la internalización está extendida.

Expertos consultados sostienen que la postura de Euronext es legítima si tenemos en cuenta que las exigencias de los reguladores hacia los mercados tradicionales son superiores a las de las plataformas alternativas. Otro reproche a la actividad de los intermediarios que ofrecen contrapartidas fuera de los mercados tradicionales es que, en el fondo, se basan en los precios que marcan las Bolsas para establecer sus contrapartidas, es decir, utilizan esos precios como referencia.

Según señalaba el consultor Francisco Vera en una tribuna publicada en Cinco Días el 27 de mayo, 'los intermediarios que internalizan aprovechan el libro de órdenes del mercado, pero no cooperan aportando la información que ellos poseen, con lo que actúan chupando rueda. También pueden incurrir en la compra de los valores demandados por sus clientes antes que éstos para, después, revendérselos. Además, fragmentan el mercado reduciendo la liquidez y aumentando el diferencial de precios'.

El telón de fondo de la polémica es la competencia entre Bolsas, plataformas alternativas y empresas de servicios de inversión. Francisco Vera destaca que 'los mercados regulados son empresas que producen información. Folletos, cuentas y un precio de referencia. Eso vale dinero y tiene un coste de producción. La queja de los mercados tradicionales es que hay quien actúa como ellos sin pagar un precio'.

Euronext y Madrid, frente a Francfort

 

 

Las diferentes Bolsas europeas no comparten una postura común frente a la internalización. Euronext y Madrid consideran que puede provocar un serio problema de transparencia, mientras que la Bolsa de Francfort intenta adaptarse y enfrentar la competencia que suponen las plataformas alternativas de negociación.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El presidente de la Bolsa alemana, Werner Seifert, explicó hace dos semanas en Zaragoza (en las jornadas anuales de los mercados financieros españoles) que Francfort prefiere adoptar un modelo intermedio entre Londres, donde la mayor parte de las órdenes se ejecutan a través de un grupo de proveedores de servicios financieros, y Madrid y Euronext, que abogan por que las Bolsas tengan el control sobre la operativa de ejecución.

 

 

 

 

 

 

 

En este sentido, Seifert señaló que ya están ofreciendo a los grandes intermediarios una plataforma donde llevar a cabo sus operativas de internalización controladas y supervisadas por la Bolsa. Según Seifert, este control garantiza la formación de precios, al tiempo que el arbitraje que existe entre la plataforma y la propia Bolsa da como resultado la fijación de precios objetivos. 'Nuestra iniciativa es un movimiento defensivo. Las Bolsas no deben resistirse a la internalización, sino sacar provecho de ello. Nadie puede parar a Merrill Lynch o a Deutsche Bank en este proceso. Es obvio que quien tiene más órdenes quiera ordeñar al máximo la vaca', apuntó Seifert.

 

 

 

 

 

 

 

La palabras de Seifert contrastan con las de Antonio Zoido, presidente de la Bolsa de Madrid, que calificó de 'error histórico' que la directiva sobre servicios de inversión permita 'como método normalizado' la internalización. Asimismo, el presidente de la CNMV, Blas Calzada, ha declarado que estas prácticas pueden llevar a los mercados europeos 'de vuelta al siglo XVIII', ya que fragmenta el actual proceso de concentración.

El desarrollo tecnológico, un factor clave

 

 

La proliferación de plataformas alternativas de negociación y el nacimiento de redes para casar oferta y demanda de operaciones por parte de las grandes firmas de inversión es fruto del adelanto tecnológico. Esta es la conclusión de Francisco Vera, consultor de empresas y experto en mercados financieros.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Según sostiene Vera, el desarrollo y el abaratamiento de las tecnologías de la información han facilitado la aparición de sistemas alternativos a los mercados tradicionales. 'Todos los adelantos tecnológicos en relación a los sistemas de casación han propiciado una reducción de costes de hasta tal punto que los intermediarios han podido desarrollar su modelo de negocio y ofrecer a sus clientes un servicio que hasta el momento sólo daban los mercados organizados'. En este sentido Vera sostiene que la llegada de estos nuevos participantes 'no debe ser contemplada como un peligro', sino como una tendencia inevitable fruto de los adelantos tecnológicos.

 

 

 

 

 

 

 

Por otro lado, Vera destaca que la polémica suscitada por la internalización no es nueva y responde al intento por cada una de las partes de influir en la Comisión Europea en vista a la revisión de la Directiva de Servicios de Inversión.

 

 

 

 

 

 

 

Es importante resaltar que los grandes bancos de inversión han registrado en los últimos años importantes caídas en los márgenes de intermediación bursátil, lo que les ha impulsado a buscar nuevas fuentes de ingresos. En este sentido, y aprovechando los elevados volúmenes que generan en los mercados, reclaman su parte del pastel en el negocio de la casación de órdenes. Muchos expertos recuerdan, no obstante, que las firmas de inversión que ofrecen contrapartidas de precios están en una posición de privilegio, ya que al tiempo que pueden controlar una plataforma de negociación y casar las operaciones de clientes pueden operar por cuenta propia, una posibilidad vetada a las Bolsas tradicionales.

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