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América Latina

Perspectivas positivas, pese al mal dato del primer trimestre

La cifra de crecimiento del PIB del primer trimestre de 2002 para Brasil conocida recientemente indicaba que la economía carioca se sumergía en su segunda recesión desde 1999 al encadenar dos trimestres consecutivos de caída. Sin embargo, pese al efecto psicológico que puede generar esta noticia, la contracción interanual del PIB del 0,73% (frente al 0,69% del trimestre anterior) no debe tomarse con pesimismo.

En efecto, los datos con ajuste estacional arrojan un crecimiento del 1,3% con respecto al último cuarto de 2001, señalando el inicio de una recuperación económica en 2002. Si además consideramos que hasta marzo la crisis energética que sufrió el país obligó a imponer un racionamiento eléctrico que afectó ampliamente al sector industrial, la recuperación en el segundo trimestre podría ser aún más pronunciada.

El cambio de ciclo en la economía mundial, con el área euro y EE UU creciendo a su potencial ya en el cuarto trimestre, debería favorecer la recuperación de la demanda externa.

No obstante, para cumplir con las proyecciones de crecimiento del 2,1% que se barajan para 2002, también es necesario el empuje de la demanda interna. La anticipada caída de la inflación debería permitir una reducción de tipos por parte del Banco Central (actualmente en el 18,5%) que serviría de apoyo a la reactivación del consumo y la inversión. La benigna evolución de los precios también serviría de base para una recuperación de los salarios en términos reales, que se encuentran en mínimos desde 1995. Otro factor favorable para la reactivación de la demanda interna es la recuperación de la confianza de los consumidores que se ha producido en 2002.

De darse este escenario, las expectativas de crecimiento para 2002 deberían alcanzarse o, incluso, superarse. Pero cabe la posibilidad de que la incertidumbre política generada por las elecciones, que se ha traducido en una depreciación del real de casi un 10% en las últimas semanas, ponga en duda la ansiada caída de la inflación y revierta el paulatino retorno de la confianza en la economía brasileña. Si a esto sumamos las dudas sobre la intensidad de la recuperación de la economía mundial, el crecimiento para 2002 corre riesgo de ser revisado a la baja en los próximos meses.

La divisa mexicana se ha depreciado hasta su nivel mínimo de los últimos 14 meses ante las expectativas de que el Banco de México prosiga con su relajación monetaria. La autoridad monetaria de ese país no ve riesgos inflacionistas, por lo que los inversores temen nuevas caídas en los diferenciales de tipos dólar-peso mexicano. Por otro lado, el real brasileña frena la tendencia depreciadora gracias a las expectativas de que el candidato oficialista Serra suba en las encuestas ante el inicio de su campaña en los medios.

La independencia del Latibex

 

Desde su creación a finales de 1999, el Latibex, índice que agrupa a las empresas latinoamericanas que cotizan en la Bolsa de Madrid en euros, ha tenido un comportamiento significativamente peor que el de los principales índices regionales, asemejándose más a lo acontecido en los mercados bursátiles europeos. Esta tendencia, lejos de haberse corregido, ha continuado siendo la tónica general durante el presente ejercicio. De hecho, a pesar de su mejor evolución relativa respecto a las Bolsas europeas, el Latibex ha retrocedido un 3%, frente a unas ganancias cercanas al 7% que se obtendrían si ponderásemos los respectivos índices nacionales latinoamericanos por su peso en el índice. En este resultado, no cabe duda de que es especialmente relevante la composición geográfica del Latibex. En concreto, la exposición a México es superior al 50%, seguido de un 38% a Brasil y un 6% a Chile.

 

 

 

 

 

 

 

Resulta paradójico que dada la elevada concentración de México y el buen comportamiento del IPC (+19%), el Latibex (-19%) se haya comportado tan mal desde su creación. Entre las razones que explican esta dispar evolución conviene destacar, en primer lugar, la evolución del tipo de cambio entre las divisas latinoamericanas y el euro y, en segundo lugar, el elevado peso que el sector de las telecomunicaciones (TMT) tiene en el Latibex (40%).

 

 

 

En conclusión, junto a la composición geográfica y sectorial, la evolución del tipo de cambio es clave para analizar la escasa correlación existente entre los índices bursátiles, siendo la más elevada (0,25) con el Ibex 35 y la más reducida con el Merval (0,04).

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