España sólo aprovecha el 1,7% de los contratos de la UE en Europa del Este
Las empresas españolas sólo han conseguido el 1,7% de los contratos financiados por la UE para inversiones en Europa del Este en el último cuatrienio. Esta participación subió hasta el 2,3% en 2001, pero sigue muy alejada de nuestros competidores y de la aportación de España a las cuentas de la UE.
La próxima ampliación de la Unión Europea y la prioridad que la Secretaría de Estado de Comercio está dando al incremento de la presencia española en los países de Europa del Este y en las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) no están siendo atractivos suficientes para estimular la participación empresarial en las iniciativas hacia estos mercados.
Así, los datos de la Comisión Europa sobre contratos del programa Phare para financiar proyectos desarrollo e inversiones en los países candidatos a la ampliación entre 1998 y 2001 no pueden ser más reveladores. Sólo el 1,7% del total de esas contrataciones fueron para empresas españolas, cifra muy inferior al 12% de Alemania, 7,4% del Reino Unido, 6,1% de Francia, o el 4,6% y 4,3% de Italia y Bélgica.
Cierto es que en el año 2001 la presencia española en la contratación del Phare muestra una ligera reactivación, hasta situarse en el 2,3%, superando a Italia, pero aun así continúa muy alejada de nuestros principales competidores y de la que nos correspondería por nuestra aportación al presupuesto comunitario, el 7,33% del total.
Esta escasa participación en el último cuatrienio no hace sino agravar una deficiencia histórica de España en estos mercados, reflejada también por los datos de la CE, que muestran como de los 3.336.62 millones de euros a que asciende el importe de los contratos adjudicados dentro del programa Phare entre 1990 y 1998, sólo 51,72 millones, el 1,5%, han sido para las empresas españolas.
La tardía incorporación de España a las IFI y una reducida presencia en sus órganos ejecutivos, la reciente evolución de nuestra política de ayuda al desarrollo y la limitada implantación en los países receptores de los fondos comunitarios son, junto a una competencia extranjera muy implantada y apoyada, algunas de las causas de la mínima contratación española en estos proyectos. Razones que, por otra parte, avalan el objetivo de reforzar la presencia institucional y los recursos españoles en los bancos de desarrollo, recogido en el nuevo Plan de Internacionalización.
Más de 2.600 millones anuales hasta 2006
Los países de Europa Central y Oriental (Pecos) absorbieron el 39,6% de la ayuda exterior de la Unión Europea durante 2001, cifra equivalente a 3.240 millones de euros sobre un total de 8.168,6 millones.
Estas ayudas a los Pecos se concentran, fundamentalmente, en tres programas: el Phare (equivalente a los fondos de cohesión para los países comunitarios), el ISPA (para proyectos de política regional) y el Sapard o instrumento agrícola de preadhesión. En conjunto, estas tres iniciativas disponen de un presupuesto de 2.645 millones de euros anuales durante el periodo 2000-2006, sin incluir los programas horizontales.
Polonia, con una asignación anual de 879 millones de euros, es el país más favorecido, seguido de Rumania con 601 millones, Bulgaria con 235 millones, Hungría con 207 millones, y la República Checa con 158 millones de euros.
El interés comunitario hacia estos países ofrece, todavía, interesantes oportunidades para las empresas españolas, especialmente en aquellos países más tardíos en sus esfuerzos de modernización y privatizaciones como Rumania y Bulgaria.
El conocimiento reciente del proceso de adhesión a la UE, la experiencia en la utilización de los fondos estructurales y el desarrollo reciente de tecnologías adecuadas para los Pecos son algunas de las ventajas que tienen hoy los empresarios españolas respecto a sus competidores en estos mercados.