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Michael Peace

'España no podrá competir en Europa con un doble régimen fiscal de fondos'

Michael Peace es el primer ejecutivo de Lipper, compañía del grupo Reuters especializada en el análisis de fondos de inversión que es líder en Estados Unidos. Tiene 38 años y es de origen británico. Pero, con oficina en Denver, Colorado, su carácter, optimista, directo y abierto, es tan estadounidense como su acento. Ha estado en Madrid entregando los Premios Cinco Días Lipper a los mejores fondos y gestoras de inversión del año.

Pregunta. ¿Qué significa para un gestor recibir un premio como éste?

Respuesta. Es el reconocimiento a la trayectoria de un fondo o de un gestor durante un periodo de tres años de competencia con otras entidades. No es sólo una carrera de rentabilidad, pues nos basamos en una serie de criterios. Tampoco es una recomendación de compra necesariamente. Que un corredor haya ganado una carrera no quiere decir que vaya a ganar la siguiente.

P. Tras casi dos años en España, ¿cuál es su visión del sector de los fondos?

R. Está superpoblada. Hay 8.000 productos para 40 millones de personas. Esta relación [un fondo por cada 5.000 personas] es extremadamente alta, y pone en duda la viabilidad a largo plazo de muchos de estos productos. Por otro lado, la distribución sigue muy centrada en los canales bancarios. Pero la tendencia es hacia un cambio muy profundo, desde un mercado institucional donde el banco controla la gestión y la distribución a otro centrado en el consumidor, que elige el producto más adecuado. El cambio fiscal que permitirá a los inversores cambiar de fondo sin retención acelerará esta transición. Las gestoras españolas van a notar mucha presión de las extranjeras, porque los rendimientos son superiores en las de fuera. Otro problema es la incapacidad de distribuir fondos españoles fuera de España, limitada por razones fiscales. Tener un mercado doméstico con cada vez más competencia extranjera sin poder salir es una amenaza.

P. En la próxima reforma del impuesto sobre la renta se eliminará la retención al cambio de fondo, pero hay dudas sobre si la exención afectará a las Sicavs, vehículo utilizado masivamente por las gestoras extranjeras. ¿Cómo valora esta posibilidad?

R. Sí, hay un debate entre fomentar el crecimiento y el desarrollo de la industria nacional o aumentar la transparencia y la competencia. Es difícil que España pueda competir en Europa con un sistema fiscal dual. La cuestión no es hasta qué punto es necesario un régimen así, sino por qué motivo hay disparidad entre gestores nacionales y extranjeros. Ello está muy relacionado con la asignación de activos. Históricamente, con fondos de un solo país el gestor lo tenía fácil. Pero ahora la asignación de activos ha pasado a ser global, y es mucho más complicado para los gestores competir, pues deben tener conocimientos sobre muchos más activos. Por eso los resultados entre gestoras nacionales y extranjeras son distintos.

P. ¿Los fondos cotizados son una oportunidad o una amenaza para las entidades españolas?

R. Los fondos cotizados tienen un lugar como vehículo de inversión para que los inversores accedan a una cesta de activos a bajo coste. Han tenido mucho éxito en EE UU, pero no tanto fuera. Su lanzamiento puede afectar a algunos fondos que replican índices, de gestión pasiva.

P. ¿Cuánto daño ha hecho el caso Enron a los fondos y a la confianza del inversor?

R. Hay dos tipos de inversores, los voluntarios y los involuntarios. Los empleados de Enron perdieron 650 millones de dólares en fondos de pensiones que no habían sido elegidos por ellos. Cualquier persona con planes de pensiones en EE UU o en el Reino Unido está empezando a tomar conciencia de que su dinero puede peligrar, y pregunta por las inversiones, el riesgo, por dónde están los activos. Se ha acabado la confianza que era implícita a cualquiera que trabajase en los mercados financieros, pues también los analistas están cuestionados. Cuando una acción se derrumba, no sólo afecta a quienes compraron esa acción, sino también a aquellos cuyo fondo de inversión o plan de pensiones había invertido en ella.

P. ¿Cambiará Enron el modo de trabajar de los mercados financieros a largo plazo?

R. Ha habido un desplome de la confianza, y en cualquier proceso de venta de activos ésta es fundamental. Si se rompe la confianza en las recomendaciones, en el individuo que vende el activo, el mercado se vuelve muy complicado. Una consecuencia de la caída de la confianza es el resurgir de las organizaciones independientes. Hay una reversión del proceso de integración de todas las actividades en un banco. Ahora las casas de análisis se segregarán y se harán independientes. Ahora bien, la cuestión es si el inversor estará preparado para pagar por un análisis independiente. En el Reino Unido y en Estados Unidos hay muchas casas cuyo principal objetivo es hacer al inversor más rico, no vender un producto.

El inversor de EE UU, más atento al mercado

 

 

La crisis bursátil ha provocado que los inversores se vuelvan mucho más conservadores, señala Peace. Antes todo, el mundo iba a fondos de acciones, mientras que ahora están de moda los productos garantizados o de capital asegurado. Es un fenómeno global. La época de la rentabilidad de dos dígitos se ha terminado. En este sentido, el inversor estadounidense parece haber asumido mejor este movimiento del mercado.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Así, ha optado por entrar en el segmento de los valores medianos y pequeños, que este año está ofreciendo unas rentabilidades mucho mayores que los índices. Asimismo, en los meses posteriores al 11 de septiembre, en los que la Bolsa retrocedió con fuerza, se apreciaron entradas de dinero en fondos de inversión en renta variable porque el mercado estaba barato. El inversor de Estados Unidos está mucho más atento a las oportunidades que se producen en el mercado que el español o europeo en general.

 

 

 

 

 

 

 

En todo caso, Peace considera que no hay un fondo que sea el mejor, sino, en todo caso, el más apropiado según el inversor que lo compre. 'Comprar un fondo sólo a partir del rendimiento es como comprar un coche teniendo sólo en cuenta la aceleración', señala. La labor de su compañía, asegura, es contribuir a educar a los inversores, a mejorar la relación entre el inversor y el vendedor de activos. Peace considera que, en los algo menos de dos años que Lipper lleva en España, el sector ha reconocido la independencia de la empresa.

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