México dice que las ayudas agrícolas de EE UU ponen en riesgo el ALCA
China, a su vez, amenazó con responder con un proteccionismo más fuerte a las decisiones de EE UU y Suráfrica anunció que se sumará a otros países para denunciar la política de Washington ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El ministro mexicano de Economía se mostró muy crítico con la política comercial de EE UU en una entrevista publicada ayer por el diario francés La Tribune, donde reconoce que 'México va a sufrir por estas subvenciones: en los mercados de hortalizas, aves y cerdo somos muy competitivos, pero las nuevas subvenciones van a falsear la competencia'. Derbez dijo que su Gobierno ya había enviado cartas de protesta a varios miembros de la Administración Bush, entre ellos al responsable de Comercio Exterior, Robert Zoellick.
La nueva ley de EE UU, que eleva hasta un 67% los subsidios agrícolas, con un presupuesto de 1.700 millones de dólares (1.900 millones de euros) en seis años, se suma al aumento hasta de un 30% de los aranceles al acero, lo que ha despertado las críticas internacionales. Los nuevos subsidios inciden directamente en el ALCA, que persigue la creación de una zona de libre comercio en todo el continente. Derbez consideró que el ALCA sólo verá la luz 'si EE UU acepta la apertura de su mercado agrícola' y afirmó que la actual política estadounidense 'es difícilmente aceptable'.
Las negociaciones del ALCA dependen, además, de la concesión de la Autoridad para la Promoción Comercial (TPA, en sus siglas en inglés), que daría a Bush la capacidad de negociar acuerdos comerciales en su totalidad, sin posibilidad de que sean modificados por el Congreso, lo que Derbez consideró 'crucial'. El ministro mexicano dijo que la Casa Blanca debe tener 'el margen de maniobra máximo y no estar sometido a las presiones proteccionistas del Congreso'.
Las críticas de Derbez no sólo estuvieron dedicadas a EE UU. El ministro mexicano afirmó que la política agraria común (PAC) de la UE es 'una política terrible' que crea 'una situación artificial en la que las subvenciones encarecen los costes para los consumidores y se derrochan inmensos recursos'.
Además de la UE y México, otros países como Brasil y Japón (este último presentó ayer su queja formal por los aranceles al acero ante la OMC) se han enfrentado a la política comercial de Bush. Ayer China y Suráfrica levantaron su voz contra la ley agrícola.
El viceministro chino de Comercio, Long Yongtu, denunció que Washington había aprobado los subsidios a pesar de las promesas de reducirlos, como se acordó en Doha en noviembre. 'Después de que el Congreso de EE UU aprobara una ley como esa, ¿por qué no podemos nosotros hacer lo mismo?', dijo Long, y explicó que China aún puede 'proveer de ayuda adicional a la agricultura sin infringir las leyes de la OMC'.
Suráfrica, por su parte, se mostró dispuesta a unirse a otros países como Australia y Brasil para rechazar los subsidios estadounidenses. 'No sólo es malo para el mundo en desarrollo, sino para la economía mundial', dijo el ministro de Comercio e Industria, Alec Erwin.