Los bancos ganan sólo un 4% más por los menores resultados de sus participadas
La banca profundizó en el primer trimestre del año la desaceleración de los resultados trimestrales iniciada en la segunda mitad de 2001. Pese a que el negocio resistió el embate de la ralentización económica, con síntomas incluso de reactivación del crédito en España, la necesidad de mayores saneamientos y los menores resultados aportados por las sociedades participadas drenaron considerablemente los resultados más recurrentes, los derivados del negocio típico.
El beneficio atribuido al grupo de los grupos bancarios consolidados ascendió a 1.623 millones de euros en el primer trimestre, con un crecimiento relativo de tan sólo el 4% respecto al primer trimestre del año anterior, según la información facilitada por la Asociación Española de Banca (AEB).
Se trata de una tasa de aumento menor aun que la obtenida en el último trimestre de 2001 (4,9%) y muy alejada de la registrada en el mismo trimestre de hace un año (25,8%).
Este crecimiento estuvo muy influido entonces por la ampliación del perímetro de consolidación como consecuencia de la incorporación de los bancos adquiridos por BBVA y Santander Central Hispano. En el primer trimestre de este año, no hay apenas variación del tamaño de los grupos, con un crecimiento de la cifra media del balance del 2,1%, inferior al crecimiento de la actividad, con un 5,4% más de inversión crediticia y un 6,2% más de recursos de clientes.
Hay que tener en cuenta que más del 80% de los activos y beneficios totales consolidados corresponden a los dos mayores grupos BBVA y Santander Central Hispano. Su fuerte exposición a Argentina y la necesidad de cubrir los riesgos de todas sus inversiones en aquel país explican la mayor parte del fuerte aumento de las dotaciones.
Así, el conjunto de provisiones y resultados no recurrentes disminuyeron el beneficio ordinario en 991 millones de euros, frente a los 351 millones de euros que detrajeron un año antes.
Eso hace que dé un margen de explotación de 3.725 millones de euros, un 16,7% más que en el primer trimestre de 2001, se pase a un resultado antes de impuestos de 2.733 millones de euros, un 3,8% menos que en 2001. El resultado del ejercicio bajó un 5,7% por la mayor presión fiscal este año, aunque la reducción de las participaciones de los accionistas minoritarios en las empresas consolidadas permitió un aumento del 4% del atribuido al grupo.
Al margen de explotación se llegó con un crecimiento del margen de intermediación del 4,1% que fue posible con un descenso de los tipos de pasivo superior al de los de activo. Es decir, los intereses cobrados por los créditos bajaron menos que los intereses pagados a los clientes por sus depósitos, lo que permitió ensanchar el margen cinco centésimas sobre los activos totales medios, a pesar de los menores dividendos de la cartera de renta variable.
Los ingresos por comisiones siguieron reduciéndose, aunque los derivados de operaciones financieras (compraventa de títulos, diferencias de cambio, etc.) crecieron un 40% gracias al efecto comparación con el primer trimestre de 2001.
La fuerte reestructuración de plantillas y red de oficinas acometida por los dos mayores grupos siguió reduciendo los gastos de explotación, que disminuyeron un 4% y permitieron mejorar 4,6 puntos la eficiencia de la banca, que se sitúa en un 59,5%.
Del análisis de los grupos considerados individualmente, sólo matrices, destaca un crecimiento medio del negocio típico del 3,1%. La inversión crediticia se aceleró, con una tasa de aumento del 9,8%, casi cuatro puntos por encima de la registrada hace seis meses, que puede estar descontando mejores expectativas de crecimiento económico. Los débitos a clientes crecieron en tasas similares y dejaron margen a los bancos para desendeudarse en el interbancario.
Menos dividendos
La cuenta de resultados de las matrices es menos significativa porque está muy influida por la no contabilización de dividendos. Así, la caída del beneficio generado por el negocio en España responde, fundamentalmente, a que los bancos contabilizaron menores rendimientos por dividendos en empresas del grupo, lo que impidió además que aprovechasen la deducción fiscal que se aplica con estas operaciones, además de a la nula aportación de los resultados por operaciones financieras. Eso explica las llamativas diferencias entre los márgenes de los grupos consolidados y considerados individualmente.
El de intermediación, por ejemplo, disminuyó un 7,2% frente a la subida del 4,1% en los grupos consolidados por el efecto de los dividendos no contabilizados. Sin este efecto, es decir, sólo con el resultado de la actividad con el cliente hubiese sido positivo, según los cálculos de la AEB.
Pese a la desaceleración económica, la morosidad sigue en mínimos históricos, en un índice del 0,93%. Además, los bancos nunca habían tenido un nivel de cobertura tan amplio como el actual (248%) gracias en parte al fondo de cobertura estadística, que representó en el primer trimestre 236 millones de euros de los 455 millones destinados a amortizaciones y provisiones por insolvencias.