El proteccionismo agrícola de EE UU
La nueva ley agrícola de EE UU constituye un retroceso para la política comercial internacional. Condena al comercio agrícola a soportar más subsidios del país agrícola líder para los años 2002-2007 y probablemente por 10 años, dada la intención de extender esas prebendas a la ley que sucederá a ésta en el periodo 2007-2012.
Décadas atrás, nuestro país [Argentina] consideró que, pese a sus subsidios, EE UU bregaba por una liberalización del comercio de los bienes agroindustriales. Tanto su voz como sus decisiones en el GATT, ahora Organización Mundial del Comercio (OMC), estuvieron en pugna con el proteccionismo europeo y japonés, y menos distanciados de los intereses de las naciones agrícolas sin subvenciones. Recuerdo que la primera moción de EE UU al iniciarse la Ronda Uruguay, en 1986, fue eliminar estos subsidios en 10 años. Si bien nadie lo creyó, fue una manifestación de esa diferencia con los ultraproteccionistas. Hoy no se puede pensar lo mismo.
Tanto el texto del Acta de Promoción Comercial (TPA), que definirá el sistema del país en las negociaciones internacionales, como la ley comentada muestran un cambio (...).
Si de anécdotas se trata, recordaré que los negociadores europeos siempre nos dicen que en materia agroindustrial 'no sabemos reconocer al enemigo', en directa alusión a la política norteamericana. Ahora, a partir de la nueva ley, sabemos otra cosa: que en este campo tenemos dos enemigos.
El euro en el Reino Unido, una decisión política
La clara indicación de Toni Blair del pasado miércoles [en la BBC] de que el referéndum para acabar con la libra esterlina tendrá lugar el próximo verano es una buena señal de que por fin está dispuesto a saltar la barrera.
Durante demasiado tiempo, el primer ministro se ha escondido detrás de los famosos cinco tests económicos de [su ministro de Economía] Gordon Brown (...).
Eso ha privado al electorado de la oportunidad de juzgar un cambio decisivo en la forma de gobernar el Reino Unido (...). Dejemos que se dirima la batalla. Pero no permitamos al Gobierno (...) que arroje arena a los ojos de los votantes afirmando que el asunto se resolverá en torno al análisis técnico de superar los cinco tests económicos.
Ese planteamiento ha sido siempre erróneo, sobre todo, porque entre los tests no figura el principal, que es el del tipo de cambio entre la libra y el euro (...).
Incorporarse al euro es sobre todo una cuestión política (...). Blair tiene ante sí la batalla política más dura de su vida. Para ganarla, tendrá que demostrar la clase de liderazgo que ha mostrado desde el 11 de septiembre en la lucha mundial contra el terrorismo.
The Daily Telegraph, Londres
El recorte de impuestos incentiva el crecimiento
El reelegido presidente [de Francia] Jacques Chirac ha prometido recortar un tercio en cinco años los impuestos sobre la renta, empezando por una rebaja del 5% en 2002.
Chirac se ha convertido con ello en el último pararrayos que atrae los ataques de los gnomos de la Comisión [Europea].
[La Comisión defiende] que cada céntimo de recorte fiscal vaya acompañado de un recorte igual en el gasto (...). Esto es erróneo (...). Los recortes fiscales estimularán el crecimiento trayendo, en su debido momento, mayores ingresos fiscales. No se trata de una noción sacada de los libros de texto, sino que es una premisa cuya certeza se ha demostrado en Europa.
Irlanda tenía una deuda pública del 130% del PIB antes de recortar sus impuestos (en medio de los reproches de la Comisión Europea) y ahora muestra una brillante deuda del 35%, la más baja de la Unión Europea (...).
La Comisión tiene en sus manos un producto difícil de vender. No solamente por las razones económicas apuntadas, sino porque el mercado único y el euro han sido de tal éxito que (...) cada Gobierno lucha ahora por hacer su rincón de Eurolandia lo más atractivo posible para el inversor (...).
The Wall Street Journal Europe, Bruselas