La industria estadounidense relaja su ritmo de crecimiento
Cualquier cifra por encima de los 50 puntos de este índice refleja crecimiento, por lo que estas cifras muestran que la economía del país continúa dando pasos hacia la recuperación económica tras la corta recesión. Que, por cierto, aún no se ha dado oficialmente por finalizada. La caída respecto a marzo muestra, sin embargo, que la actividad de las fábricas está aumentando pero de una forma más modesta de lo que lo ha hecho en los meses precedentes. La producción industrial, que es lo que mide este índice, supone aproximadamente un sexto de la economía de los EE UU.
No es un dato que sorprenda si se atiende a los discursos del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, que en sus últimas intervenciones ha hablado de un crecimiento que no sería comparable al que se ha registrado en la década de los noventa. Y es que tras una contundente rebaja de los inventarios que ha permitido aumentar la producción de las fábricas, la salida de los productos almacenados se ha ido relajando en los últimos meses.
El índice de nuevas órdenes , que mide la demanda futura , ha caído hasta 59 puntos en abril cuando en marzo estaba en 65,3 puntos. A pesar de este drástico retroceso, desde el Instituto de Gestores de Compra se considera que aún era lo suficientemente fuerte como para confiar en que continuará el crecimiento en los próximos meses.
Materias primas
El aumento de los costes de productos como el aluminio, el petróleo y el acero ha provocado una subida de precios que ha llegado a 60,3 puntos el pasado mes, el nivel más alto desde enero de 2001. Sin embargo, algunos economistas como Maury Harris, de UBS Warburg, aseguran que estos precios son el resultado de una situación muy determinada temporalmente y que volverán a bajar.
En general, la percepción es que la inflación se mantiene controlada, a pesar de las materias primas, y que la Reserva Federal no subirá los tipos de interés en sus dos próximas reuniones de mayo y junio. Actualmente los tipos de interés están al 1,75% tras 11 bajadas consecutivas en 2001.
Los datos publicados ayer por el Instituto de Gestores de Compras se complementaron con los que el Departamento de Comercio hizo público respecto a la inversión en construcción referente a marzo, que cayó un 0,9%. A pesar de que la construcción de viviendas continúa por el camino del crecimiento, se ha reducido la actividad en la construcción de autopistas y otros proyectos gubernamentales.
Aunque el conjunto de los datos muestre una imagen de una recuperación más suave, el optimismo reina en la Casa Blanca. En su comparecencia ante el Senado de ayer, el secretario del Tesoro, Paul O'Neill, dijo que la economía se había recuperado totalmente de la recesión. Además de defender un dólar fuerte, el secretario del Tesoro dijo que las inversiones siguen llegando a EE UU porque la economía es sólida y los mercados financieros están consolidados.
El déficit por cuenta corriente no es problema
El secretario de Estado del Tesoro, Paul O'Neill, volvió ayer a quitar importancia al peligro que el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Unión Europea ven en el aumento del déficit por cuenta corriente del país. O'Neill dijo ayer ante el Comité de Banca del Senado que el Gobierno no tomará ninguna medida para atacar lo que ya ha dejado en más de una ocasión claro, 'no es un problema cuando la economía crece y se sigue creando empleo'. Lo cierto es que este déficit cuesta a los EE UU 30.000 millones de dólares al mes (33.300 millones de euros).
La teoría de O'Neill es muy personal y pocos la comparten incluso dentro del país. Ayer algunos economistas aseguraban que no era de recibo disminuir la importancia de este dato, que puede dar la vuelta a la evolución positiva de la salida de la crisis. Como reacción inmediata, el dólar aceleró su caída frente al euro coincidiendo con sus palabras.
A pesar de esta caída, O'Neill ya ha dicho que no se va a hacer nada por cambiar la política de dólar fuerte que muchos exportadores están solicitando para competir con los países de monedas más débiles. Las exportaciones del país siguen siendo muy caras, y las automovilísticas y la industria del textil están presionando para una reducción del valor del dólar.