La aplicación de sanciones contra EE UU por el acero divide a los Quince
La aplicación de sanciones contra Estados Unidos por la imposición de aranceles a las importaciones de acero ha abierto una brecha en el seno de la Unión Europea. Aunque la mayoría de los Estados apoyan la adopción de algún tipo de medida contra Washington, Alemania se ha desmarcado claramente en las últimas semanas de la línea marcada por la Comisión.
Berlín defiende que es mejor un mal acuerdo que un enfrentamiento y propone esperar a que la Organización Mundial del Comercio (OMC) dictamine si las medidas adoptadas por Estados Unidos se ajustan o no a la legalidad. En el polo opuesto, Francia, Portugal y Bélgica son favorables a una represalia inmediata contra los estadounidenses, según fuentes diplomáticas.
La Comisión Europea ha propuesto aplicar desde el 18 de junio sanciones contra EE UU, que incluirían un amplio rango de productos como cítricos, textiles y algunos productos del acero, y a los que se aplicarían aranceles del 100%. El alcance de las sanciones alcanzaría los 337 millones de euros.
La presidencia española parece ahora inclinarse por reducir el enfrentamiento con EE UU. Desde Nueva York, el vicepresidente Rodrigo Rato declaró ayer a Bloomberg TV que el acero ha abierto un 'conflicto' con EE UU que no ensombrece las buenas relaciones entre ambos, al tiempo que descartó que este capítulo haya iniciado una 'guerra comercial'. 'Europa va a defender sus intereses, no va a tomar represalias unilaterales', dijo Rato. Pese a las declaraciones del presidente de turno del Ecofin, la Administración estadounidense no está dispuesta a hacer ninguna concesión a sus amigos europeos.
El secretario de Comercio, Don Evans, aseguró ayer en China que EE UU puede incluir a un mayor número de países entre las excepciones a la aplicación de aranceles, pero que en ningún caso ofrecerá compensaciones en otros productos por las medidas impuestas al acero, que es lo que reclaman los Quince y Japón.